lunes

Hola, soy tu sistema inmune






Hola, me presento: soy tu sistema inmune…una especie de cerebro periférico, compuesto por linfocitos, esos pequeños vórtices energéticos transmisores de conciencia que vehiculan tus pensamientos hasta hacer diana en cada una de las células de tu cuerpo.

Resido en tus órganos linfoides, en tus amígdalas, en tus ganglios linfáticos, en tu médula ósea y permanezco atento transitando por tu sistema circulatorio de forma incansable desde antes que nacieras y hasta que mueras.

Mi trabajo consiste en estar enterado de todo lo que pasa en cada rincón de tu cuerpo y atento a los visitantes que puedas tener, pero nunca hago nada por mi cuenta, sino que estoy a tus órdenes, para hacerte vivir y aprovechar las oportunidades que la vida te da, ya sean dolorosas, como cuando sufres una infección o un tumor, o cuándo son dichosas, como cuando comes tu plato favorito o haces el amor.
Mis cartas de poder son conocidas como citocinas y son los mensajeros que llevan la orden de trabajo de los linfocitos. Tengo muy buenos amigos y hasta enamorados, especialmente tu sistema hormonal endocrino, con el que siempre estoy abrazado. Los dos estamos siempre atentos a las órdenes de tu sistema nervioso, que continuamente nos habla, o mejor nos canta, con su melódico ritmo de día y de noche, de luz y de oscuridad, de bienestar y de emoción, de placer y de dolor, pero nunca calla, ni tan siquiera cuando duermes, ni cuando descansas, ni cuando no tienes energía…que por cierto, perdona que en esos casos yo me la lleve toda, pero es que la necesito porque es cuando más trabajo tengo, cuando enfermas o cuando te deprimes.

No solo estoy siempre alerta a lo que tu me mandes, también yo te informo permanentemente de lo que está pasando en cada rincón de tu cuerpo. Igual que tus otros sentidos, yo represento tu sexto sentido, aquel que te informa de las cosas que tu no puedes ver, ni tocar, ni degustar, ni oír ni oler. Y aviso a tu cerebro de lo que está ocurriendo para que todos nos podamos poner a trabajar en armonía, a las órdenes que tu nos des, por contradictorias que puedan a veces ser. Así tus sistemas nervioso, endocrino e inmune, encarnamos literalmente en tu cuerpo el proceso de tu conciencia.

Como yo tengo capacidad de aprendizaje, memoria y evolución, no solo soy capaz de aprender los parámetros afectivos y cognitivos que tu me enseñas y de afectar tu cerebro y tu comportamiento. Es que además transmito ese aprendizaje a cada célula de tu cuerpo, y soy tu primer embajador y especialista en relaciones públicas. A veces emulo un poco el comportamiento de tus padres,confundiendo el cuidarte con dominarte y esa situación de comunicación excepcional y privilegiada da lugar a graves conflictos; es lo que pasa cuando me haces ver enemigos en ti mismo, yo los ataco porque aunque sean tuyos dejas de reconocerlos y te doy esos problemas que llamas alergia oautoinmunidad. Otras veces tu conciencia se queda dormida y no se entera de que algo se está pudriendo en tu interior, y entonces tu me mandas que no reconozca ni expulse a los enemigos confundidos como amigos que proliferan y se desarrollan dentro de ti en forma de cáncer. Cuando van pasando los años y me hago viejito, entonces me cuesta más hacer mi trabajo, aunque claro mi estado de forma dependerá en gran medida de la vida que me hayas dado, porque a mí también me gusta que me cuiden y hasta que me mimen, y ya sabes que hay cosas que me hacen daño…lo más venenoso, esos pensamientos tuyos que te asaltan de vez en cuando, de rabia y de ira, de pesimismo, o de desilusión.

Es entonces cuando lo que haces, a dónde vas y sobre todo como lo vives, hace que tu cerebro me envíe órdenes maléficas. ¿Te acuerdas el cambio radical que me ordenaste cuando te separaste de tu pareja?, ¿y aquella época tan dura de stress y problemas en el trabajo?, ¿y cuando estuviste con aquella pandilla de drogas, tabaco y alcohol?. Luego vino la soledad…¿recuerdas que mal lo pasamos?

Creo que fue entonces cuando entendiste que mi trabajo obediente y esmerado no sería suficiente para cuidar el vehículo de tu cuerpo al servicio de tu misión. Fue en aquel estado ampliado de conciencia cuando viste mi dinámica no lineal, caótica, y mi sensibilidad a los pequeños cambios; fue entonces cuando entendiste que toda aquella crisis tenía el sentido de una gran limpieza de desescombro para poner los cimientos de un nuevo marco de sentido y significado.

Allí cambió todo. Empezaste a cuidar tu dieta, a hacer ejercicio y conociste el tai-chi …mmm!, qué bien para mí!…por primera vez me llegaron oleadas hormonales de autoamor … y yo hablé con tu cerebro y entre los dos pusimos en marcha su capacidad de plasticidad estructural y reordenamos tu paisaje neuronal. Buscaste apoyo en la familia y los amigos; por primera vez entendiste a tus padres y perdonaste a tu pareja; sin saber como tus hijos de nuevo se acercaron a ti, y brotaron lágrimas de dicha y de perdón para ti mismo en aquel momento que tu llamaste “el gran cambio”…tus ratos demeditación se hicieron estables y mucho más profundos… a cada paso yo crecí, me fortalecí y mi patrón de coordinación vibró de forma armónica con tu estado de serenidad y plenitud…acaricié las células de todo tu organismo y desaparecieron las alergias, los resfriados y sobre todo aquel cáncer de pulmón que tu médico confundió con una pulmonía. Ahora hacemos el camino juntos, buscando el sentido a través de la espiritualidad y la trascendencia…todo va cobrando sentido, eh?. Gracias por estar ahí y ser como eres!.

Conclusiones:

El Sistema inmune es el órgano con el que percibimos el yo, un rasgo individual que prolonga nuestra personalidad, un cerebro periférico compuesto por linfocitos, esos pequeños vórtices energéticos transmisores de conciencia que vehiculan los pensamientos hasta hacer diana en cada una de las células del cuerpo, un sexto sentido que lee el campo de bioinformación holográfico y lo expresa a través de los portales físico y mental, un auténtico eslabón de enlace entre la Conciencia y la Materia. (de T. Alvaro) 


💗


  Web  https://pacotraver.wordpress.com/hola-soy-tu-sistema-inmune/




sábado

”Somos lo que pensamos”: Deepak Chopra








Para Chopra, todo está interconectado. "Somos uno con la naturaleza, con los demás, con el Universo“.

Usted se ha puesto a pensar... ¿Cómo es su diálogo interno? ¿Qué dice su mente a diario? ¿Cuál es el contenido de sus pensamientos?

El diálogo interno de muchas personas es sumamente agresivo, lleno de ira, culpa, miedo, tristeza, resentimiento o desprecio por sí mismo y por los demás. No es de extrañar que la salud de estas personas sea frágil o que, incluso, puedan llegar a sufrir ataques cardíacos a temprana edad o a desarrollar enfermedades agresivas como el cáncer. O sufrir accidentes de todo tipo.

Con esta reflexión comenzó su charla el médico indio Deepak Chopra, que el sábado 5 de septiembre en la tarde dictó una conferencia de dos horas en el Centro de Eventos Valle del Pacífico, en el marco de la feria Exposer, organizada por Coomeva.

El autor de más de 50 best sellers de sanación y espiritualidad explicó cómo nuestro sistema inmunológico es susceptible a esa conversación o diálogo interior que nos acompaña en todo momento.

“Si nuestros pensamientos son caóticos, el cuerpo reaccionará de igual manera; si los pensamientos son de alegría y armonía, el cuerpo responderá en consecuencia y el sistema inmunológico estará mejor preparado contra la enfermedad”, dijo Chopra, un médico endocrinólogo que desde hace más de 30 años está dedicado a estrechar los lazos entre la medicina occidental y la sabiduría oriental que entiende al ser humano como un todo: mente-alma-cuerpo, y no como una máquina que hay qué reparar, explicó su visión del cuerpo:

“Durante siglos hemos creído que la mente está localizada en el cerebro. Sin embargo, lo que la ciencia moderna está demostrando es que la mente está presente en todas las células del cuerpo”, dijo. El cuerpo físico –añadió- está atravesado por todas nuestras creencias y realidades interiores, por todo lo que comemos, leemos, pensamos, sentimos, imaginamos, etc.

“Esto quiere decir que los pensamientos no sólo están en el cerebro sino que constantemente están afectando cada célula de nuestro cuerpo”, dijo.

“Cuando meditamos, la química del cerebro cambia”. Deepak Chopra, médico y escritor

Cuando observamos un río, parece que fuera siempre el mismo, pero en realidad es siempre distinto. Lo mismo ocurre con nuestro cuerpo según Deepak Chopra.

“Creemos que habitamos el mismo cuerpo siempre, pero la realidad es que nuestras células son como un río que fluye, que está en constante renovación. El cuerpo en que vivimos hoy no es el mismo de hace una semana, de hace un mes o hace un año, porque las células viejas mueren y son reemplazadas por nuevas”.

El 98% de los átomos de nuestro cuerpo –explica Chopra- se renuevan. Tenemos nueva piel cada mes. Tenemos nuevos átomos en nuestra estructura ósea cada tres meses. Y los átomos de nuestro ADN (carbono, hidrógeno…) cambian cada seis semanas. Así pues, en sólo 1 año hemos cambiado prácticamente todo nuestro cuerpo.

Incluso nuestra genética puede cambiar. No estamos condenados a desarrollar enfermedades hereditarias, éstas son como interruptores que podemos encender o podemos mantener apagados para que no afecten de forma negativa nuestra vida.

Tenemos voz y voto sobre nuestro bienestar total: “Está en nuestras manos transformar el contenido de nuestros pensamientos, podemos alimentarnos mejor, relacionarnos mejor con los demás, hacer felices a otras personas y tener hábitos de vida más sanos para que nuestras nuevas células tengan nueva y mejorada información”, expresó Chopra.

Somos energía

Las partículas del cosmos no son estáticas, hay infinitas posibilidades. Podemos cambiar la realidad con nuestra conciencia Deepak Chopra. Cuando vamos al cine, en la pantalla vemos imágenes que parecen muy reales porque nuestro cerebro experimenta la continuidad. Pero, en realidad, esas imágenes son sólo fragmentos de luz en movimiento. Lo mismo ocurre con nuestro cuerpo: lo percibimos como un hecho físico, pero en realidad está compuesto por moléculas, las cuales están conformadas por átomos, y éstos a su vez están hechos de partículas sub atómicas que vibran a diferentes velocidades. Y si seguimos adentrándonos en las profundidades, lo que encontraremos es energía.

Así pues, lo que creemos “material” no es físico, sino energía que percibimos de determinada forma por la configuración de nuestro cerebro.

Chopra da otro ejemplo para explicar este fenómeno: “Si tomo una foto con mi celular y la envío a una persona que está en la China, lo que estoy enviando es energía e información, esa es la base de toda la tecnología de nuestra época: la constatación de que la energía y la información son reales, aunque no las veamos”.

¿Y esto cómo nos afecta? La mente consciente (a la que llegamos a través de la meditación) tiene acceso a la infinita energía creadora del cosmos. Si dirigimos nuestra intención hacia la paz, la salud, la abundancia, la generosidad, la compasión y la armonía, podremos transformar nuestras realidades físicas y espirituales, asegura el médico de India.

La fórmula de la felicidad

Creemos que cuando tengamos salud, éxito, dinero y amor, seremos felices. “Todo lo contrario: si somos felices, tomaremos buenas decisiones que nos conducirán al éxito; forjaremos excelentes relaciones interpersonales y seremos más saludables...”,
Si cambias tú, cambia tu mundo. El ‘mundo’ es la manifestación de nuestra conciencia colectiva. Podemos mejorarlo .

Por eso repitió la fórmula de la felicidad que le oyó un día al Dalai Lama:

H=S+C+V. Donde H representa la felicidad, y es igual a S (puntos fijos) + C (condiciones de vida) + V (buenas elecciones). Vamos por partes:

1. Puntos fijos: Desde que somos niños, nuestros padres entrenan nuestros cerebros para ver problemas u oportunidades. Esto es una programación mental.

Sin embargo, podemos cambiar nuestra programación mental, podemos aprender a pensar diferente con ayuda de la meditación (cuando meditamos la química del cerebro cambia) y con un cambio en nuestras creencias.

Si nos repetimos “nunca seré exitoso”, “nunca voy a encontrar a alguien que me ame”, esos pensamientos limitantes se volverán realidad tarde o temprano, pero podemos cambiarlos. Lograrlo representa el 15% de la felicidad.

2. Condiciones de vida: tener buenas condiciones de vida materiales sólo incide el 10% en la felicidad. Por ejemplo, la gente de Colombia es más feliz que la de Estados Unidos, aunque este último tenga mejores condiciones de vida.

3. Buenas elecciones: el restante 75% de la felicidad tiene que ver con las decisiones que tomamos. Si actuamos en sintonía con nuestra expresión creativa, si nuestras acciones tienen propósito, significado, y hacen a otros felices, caminaremos hacia la felicidad.


💗