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LOS BENEFICIOS DE LOS PENSAMIENTOS POSITIVOS EN LA MENTE, EL CUERPO Y LAS RELACIONES de Anthony Strano











El propósito de estas cinco lecciones es ofrecer una introducción sencilla al papel que tienen nuestros pensamientos en nuestra vida y en el desarrollo de nuestra personalidad. Nuestros pensamientos juegan un papel muy importante en todos los aspectos de la vida, incluso podríamos afirmar que todo depende de ellos.

Se dice “Eres lo que piensas”, es verdad ya que la calidad de nuestros pensamientos tarde o temprano se hace visible mediante nuestras palabras, nuestro comportamiento e incluso a través de las experiencias de nuestra cara. La semilla de nuestras palabras y acciones es el pensamiento.

Todo lo que está hecho por el hombre empezó primero con un pensamiento o una idea que vino a la mente, sea de una casa nueva, un descubrimiento científico o incluso una guerra. Primero hay un pensamiento, después se hacen los planes y finalmente ese pensamiento se exterioriza en la forma de palabras o acciones.

Pero ¿por qué hemos de pensar en forma positiva? Y, ¿Quién dice que todavía no tenemos la maestría en este arte? Como entendemos que los pensamientos son la raíz de las acciones y de la actitud, hemos de cambiar estas raíces para que nuestras acciones y comportamiento se hagan más positivos.

Lo primero, antes que empecemos a aprender este arte de pensar en positivo, es descubrir cuántos tipos de pensamientos puede crear nuestra mente. Normalmente emergen cuatro tipos de pensamientos de nuestra mente.

Entendiendo cada uno de ellos podemos empezar a escoger los pensamientos que nos den beneficio y descartar los que son inútiles o dañinos para nosotros. Los cuatro tipos de pensamientos son:

1. Pensamientos necesarios o mundanos.

2. Pensamientos inútiles.

3. Pensamientos negativos y/o destructivos

4. Pensamientos positivos y/o sutiles.

1. Pensamientos necesarios: son aquellos que se refieren a nuestra rutina diaria como “qué comemos, qué tengo que hacer hoy, cuándo tengo que pagar el alquiler, etc.” Pensamientos que tratan con la vida diaria.

2. Pensamientos inútiles: son los que no tienen utilidad ni constructiva ni particularmente negativa. Se refieren a cosas del pasado, como “si esto no me hubiera ocurrido, por qué me dijo eso, si sólo hubiera hecho esto o lo otro, etc.” Demasiados pensamientos sobre algo que ya no podemos cambiar. Los pensamientos inútiles tratan también sobre el futuro, como: “¿Qué va a ocurrir si...?, ¿Cómo va a ocurrir...?, ¿Qué haré si...?, etc.” Muchos de nuestros pensamientos entran bajo esta categoría de pensamientos inútiles (y la ciencia dice que diariamente creamos entre 30,000 y 50,000 pensamientos) y aunque no son negativos, aun así, nos vacían de nuestra fuerza interior y nos hacen sentir cansados. Nuestra habilidad de concentración también se debilita mediante los pensamientos inútiles; y por eso si tenemos muchos de tales pensamientos utilizaremos mucha más energía y tiempo para llevar a cabo una tarea.

3. Los pensamientos negativos: son los más dañinos, especialmente hacia nosotros mismos. Aparte del impacto que puedan causar en los demás, estos pensamientos causan una gran pérdida de nuestra paz y fuerza interior. Los pensamientos negativos están basados en la ira, avaricia, expectativas insatisfechas, desacuerdos, celos, etc. Si nuestros pensamientos están basados en estas debilidades es como si estuviéramos envenenando nuestra propia mente y también la atmósfera de nuestro alrededor. No importa cuánta razón tengamos, pensando con negatividad siempre seremos los perdedores ya que los pensamientos negativos nos arrebatan nuestro autorrespeto y también los demás pierden el respeto hacia nosotros. Por lo general vemos que la gente que piensa muy negativamente sobre los demás a menudo se encontrará sola, aunque tenga muchas relaciones. Si, por ejemplo, tenemos pensamientos de ira, los demás intentarán evitarnos ya que la ira es como un fuego que destruye y hace daño y nadie puede acercarse a tal fuego.

4. Los pensamientos positivos: son los únicos que nos permiten acumular fuerza interior y nos capacitan a ser constructivos. Los pensamientos positivos son los que siempre dan beneficio en todas las situaciones sin atraparnos en la apariencia externa de una situación. Pensar positivamente no significa que ignoremos la realidad a nuestro alrededor y pretender vivir en lo irreal o pretender ser otro. Por ejemplo: cuando pasamos por la calle y hay mucha basura por todas partes, el decir que no lo veo, que no huelo nada, es irreal, o cuando estamos enfermos y nos repetimos una y otra vez: estoy sano, estoy sano, esto no es lo que queremos decir con pensamiento positivo. Pensar positivamente significa ver los problemas y reconocer su realidad, pero al mismo tiempo ser capaces de encontrar soluciones a ese problema. A menudo, esto requiere tolerancia, paciencia y sentido común. Es fácil ser pesimista, así como ser optimista, pero necesitamos ser muy cuidadosos y maduros si queremos ser realistas. Una persona que piensa positivamente será consciente de las debilidades de los demás a su alrededor, pero aún así dirigirá su atención hacia las buenas tendencias de los demás. Los pensamientos positivos nos dan el sentimiento de contentamiento interior y gracias a esto nuestras expectativas hacia los demás disminuyen cada vez más. Esto no significa que no nos importen, sino que dejamos de pedirles amor, respeto, reconocimiento, etc. y hacemos que la relación sea más ligera. Este es el mejor método para crear relaciones duraderas y armoniosas. También cuando estamos contentos interiormente tenemos la fortaleza para aceptar a los demás tal como son sin querer cambiarles como nosotros pensamos que sería correcto. Junto a esto somos capaces de darnos tal como somos, con nuestros talentos positivos y nuestras limitaciones sin pretender otra cosa. Nuestro cuerpo también experimenta gran beneficio, ya que cuando nuestra mente está en equilibrio y en armonía somos menos sensibles a las diferentes enfermedades.

Todos conocemos el término “enfermedades psicosomáticas” y vemos como la ciencia está descubriendo cada vez más la profunda interacción y conexión entre el espíritu y el cuerpo.

Una persona que tiene muchos pensamientos inútiles a menudo se encontrará muy cansada ya que está gastando su energía en crear miles de pensamientos sin sentido. Nuestra mente se hace fuerte y sana si la alimentamos con pensamientos positivos. Una mente sana se convierte en la base para una personalidad equilibrada. Nuestros pensamientos, sean positivos o negativos, crean nuestra conciencia y nuestra actitud hacia los demás o sobre las situaciones. Si nuestros pensamientos son positivos nuestra actitud también será positiva y esa es la mayor protección de la negatividad en nosotros y a nuestro alrededor. Teniendo una actitud positiva podemos permanecer pacíficos cuando afrontamos las dificultades y por lo tanto, rápidamente encontramos la solución correcta sin quedarnos atrapados en esa dificultad. De esta forma, siendo capaces de tomar la decisión correcta en el momento adecuado, uno es capaz de ahorrar mucho tiempo y energía.

Sobre todo, una actitud positiva nunca permite la falta de esperanza o que la confusión entre en la mente y por eso nos ayuda a mantener nuestra dignidad y nuestro autorrespeto. Realmente, la forma en la que afrontemos a los demás o a las situaciones depende completamente de nuestra actitud. Algunos, por ejemplo, consideran una botella de agua medio vacía, mientras que otros la consideran medio llena. Para las personas con una actitud positiva, todos los obstáculos serán simplemente una oportunidad para mejorar aún más, no para reaccionar con negatividad. Se dice: “Así como es tu actitud, así es el mundo”.

Estamos acostumbrados a ver la negatividad que existe en el mundo, sin embargo, al dirigir constantemente nuestra atención hacia ella, no hemos conseguido cambiarla por lo mejor. Tenemos que ser conscientes de que donde quiera que se dirijan mis pensamientos es ahí donde irá también nuestra energía. Concentrándonos ahora en el aspecto positivo de nosotros mismos, hacemos algo constructivo para llevar a cabo un cambio en nosotros y en nuestro entorno inmediato. Esto se puede entender como el mayor desafío de nuestros tiempos para el que necesitamos valentía y autoconfianza.

Ejercicio de Silencio

Ahora podemos experimentar creando un pensamiento positivo y ver por cuánto tiempo podemos mantenerlo. El pensamiento positivo debería ser sobre el ser: tenemos que aprender a convertirnos en nuestro mejor amigo. El pensamiento más positivo es experimentarse uno mismo como un ser de Paz. La Paz se considera como el poder y la religión original del ser humano. Para concentrarnos con facilidad imaginemos un punto de luz, un pequeño punto de energía en el centro de la frente. Enfocad vuestra atención en este punto, relajaros y empezad a crear estos pensamientos:

“¿Quién soy yo?, ¿Quién soy verdaderamente?

Me dirijo hacia el interior para conocerme a mí mismo. Relajado, concentro toda la energía de mi mente y poco a poco me concentro en un pensamiento:

Soy un ser de paz. Soy un punto de energía, un átomo de luz.
Así como es mi pensamiento, es mi conciencia.
Voy a descubrir mi cualidad eterna, interior de Paz,
Viéndome como un ser pacífico.
Experimentarme como un ser de paz es el pensamiento más positivo de todos.
La paz es mi naturaleza
La paz es mi religión
La paz es mi poder original
Paz significa armonía, significa equilibrio
Soy pacífico Soy un ser de paz Siento cómo viene esta energía interna a mi conciencia
Permanezco enfocado en mí mismo como un punto de energía, como un punto de paz eterna.
Yo, un ser eterno, soy pacífico
Siento una profunda paz
Voy a las profundidades de esta experiencia
¿Quién soy yo?
Soy un ser de paz.
En silencio, permanezco absorto en este pensamiento de paz completa.”


CONVIERTE A TU MENTE EN TU MEJOR AMIGO

La razón por la que queremos alcanzar un conocimiento más profundo de nuestra mente es para poder entender cómo se crean nuestros pensamientos, y cómo se expresan en palabras y acciones.

Nuestra mente es nuestro mejor amigo si la alimentamos sólo con pensamientos positivos, pero se convierte en nuestro peor enemigo si le permitimos que piense pensamientos negativos o inútiles. La cualidad de este “alimento” depende por completo de nosotros. Aunque las circunstancias exteriores nos influyen fuertemente aun así podemos convertirnos en los maestros de nuestra mente e ir más allá de esa influencia. Nuestro esfuerzo para lograr este estado depende del objetivo que nos hemos fijado para nosotros mismos. Este objetivo elevado depende de cuánto hayamos entendido los beneficios prácticos de pensar de forma positiva. Sin este reconocimiento básico no nos sentimos motivados para cambiar lo necesario en nosotros mismos.

La mente es probablemente la parte menos comprendida del ser humano, tan poco conocida que le ha sido muy difícil a la gente entender qué es, cómo funciona y, sobre todo, cómo controlarla. Es sólo cuando comprendemos cómo funciona algo que podemos tenerlo bajo nuestro control y dominarlo.

Pero en nuestra sociedad, especialmente en el mundo occidental, queremos probar y tener una demostración de todo, y esta actitud hace difícil que la gente pueda entender qué es la mente; ya que, la mente no es algo material que podamos ver, tocar o medir con instrumentos científicos. La mente es algo invisible, pero, aun así, sus efectos se pueden ver en nuestra cara, nuestras palabras o en nuestro comportamiento. Si, por ejemplo, nuestros pensamientos son de tristeza, aunque intentemos evitar esa tristeza con una sonrisa artificial, tarde o temprano se hará visible a través de los ojos o de las palabras. La mente es como el viento, invisible, no podemos verlo pero podemos ver sus efectos. Es como los cimientos de una casa, no podemos verlos, pero son los responsables de la estabilidad del edificio. O es como las raíces de un árbol, están bajo tierra y no las podemos ver, pero aun así le dan al árbol la fuerza para soportar las tormentas. Algo muy importante que se aplica a muchos aspectos en la vida es: “Lo invisible determina la cualidad de lo que es visible”. Nuestras palabras y acciones son el espejo de nuestros pensamientos.

Al principio, hablamos de alimento para la mente. De la misma forma que alimentamos a nuestro cuerpo diariamente para que pueda mantenerse sano y fuerte, lo mismo se aplica a la mente. La gente hoy en día pone más atención a tener una dieta sana y equilibrada, pero ¿Cuántos de ellos ponen en la misma atención al alimento de la mente, es decir, a la cualidad de sus pensamientos? Hay dos factores que influyen en nuestra forma de pensar:

1. Dependiendo del interés o la atención que les demos, de acuerdo a ello es su influencia en nuestra mente.

2. Impresiones de nuestro subconsciente; estas impresiones pueden ser positivas o negativas, las últimas son a menudo debidas a profundos hábitos causados por acontecimientos del pasado, todo lo que está profundamente alojado en el ser. Todas las influencias externas en nuestra vida diaria, por ejemplo, la gente con la que entramos en contacto, situaciones que debemos afrontar, todo tipo de noticias de la prensa, objetos materiales

Con atención y algunas disciplinas, las influencias externas y mis reacciones hacia ellas se pueden cambiar. Por ejemplo, veo que me estoy enfadando debido a lo que alguien me está diciendo y esto está creando pensamientos negativos en mi mente, así que poniendo atención en mí mismo pongo un freno, un punto final para parar la expansión o reacción innecesaria. Sin embargo, la influencia de los hábitos fuertes o del pasado, profundamente enraizados en la conciencia del ser, son más difíciles de detectar y, por tanto, más difíciles de revisar y de controlar. Pero, sea la influencia del exterior o del interior o de ambos, la respuesta es la misma. En algún lugar en mi interior tengo que tener la capacidad o el poder para filtrar o analizar los patrones o tipos de pensamientos creados, de manera que mis palabras y acciones puedan ser positivas y de beneficio para mí y para los demás.

¿Cuál es esta capacidad, este poder o facilidad para filtrar y analizar? Se llama intelecto. En el ser hay tres facultades que forman la conciencia humana: la mente, el intelecto y las impresiones.

El trabajo de la mente es crear pensamientos, luego éstos se convierten en palabras y acciones.

Las impresiones son características de la personalidad que constantemente alimentan a la mente y determinan la reacción con las influencias exteriores. Estos rasgos o hábitos trabajan automáticamente. Por ejemplo, si desde pequeño se me ha dicho que no soy bueno, que no valgo, etc. y esto lo oigo de la familia, en la escuela y en otros lugares, al cabo del tiempo se desarrolla un sentimiento de inferioridad que arraiga profundamente en la personalidad de hecho se convierte en la personalidad y por eso se dice que esa persona no tiene confianza en sí misma, no tiene autorrespeto, depende de la opinión de los demás, etc. Cualquier patrón de pensamiento o acciones que se repite por un período de tiempo se convierte en un hábito arraigado o rasgo de la personalidad. Lo mismo se aplica a malos hábitos físicos, tales como fumar, comer sin control, etc.

Así que, ¿Cómo revisarse y cambiar? ¿Cómo hacer que estas impresiones paren de crear automáticamente patrones de pensamientos y de acciones negativas? La respuesta es utilizar el filtro del intelecto en el ser. Cuando hay el objetivo de cambiar entonces también hay que tener un método. El poder para cambiar, para ser más positivo y mejor, reside en uno mismo no en ningún poder exterior.

El intelecto, cuando está atento, puede desapegarse y observar los hábitos y cómo influyen en el ser. Con práctica el intelecto aprende a filtrar lo que es correcto de lo incorrecto e intenta poner sólo los pensamientos correctos en la mente. Es muy importante darse cuenta de que tenemos este filtro en nuestro interior que nos permite discernir y tomar decisiones precisas y beneficiosas.

Sin embargo, a menudo, aunque el intelecto se da cuenta de lo que es correcto e incorrecto, no hay el poder para poner lo correcto en la práctica. Especialmente cuando uno se ha hecho adicto a ciertos hábitos o impresiones subconscientes, es como imposible. Por ejemplo, una persona puede comprender perfectamente que fumar mucho es muy malo para la salud; o que no tener autoconfianza sobre algo influye mucho en el estado mental, sin embargo, no hay el poder para cambiar tales hábitos o patrones de pensamientos.

Ahora bien, necesitamos comprender que hay impresiones positivas en el ser, de la misma forma que están las negativas. Las positivas pueden considerarse como fuentes de energía que son cualidades eternas o poderes que existen en el interior de cada ser humano. Por ejemplo, la paz, la felicidad, la verdad son recursos de energía eterna que la gente no toma constantemente. Aunque a veces hay la experiencia de paz, amor o felicidad es pocas veces constante, hay muchas interferencias de las impresiones negativas tales como el miedo, dudas, celos, ira, ego, etc. Estas impresiones negativas destruyen o polucionan el libre fluir de las energías positivas y eternas hacia el ser.

El intelecto tiene que trabajar para separar los flujos negativos y positivos que a menudo están mezclados para permitir que sólo los positivos entren en la conciencia. ¿Cómo entrenar al intelecto para hacer esto? ¿Cómo permitir que el flujo positivo entre la mente y en las acciones? ¿Cómo revisar y transformar los flujos negativos?

Es por esta razón que practicamos los ejercicios de silencio. Los ejercicios de silencio me ayudan a concentrar mi mente e intelecto, ir hacia mi interior hacia las energías positivas y eternas. Con la concentración adecuada de la mente y del intelecto hacia mis fuerzas constructivas interiores de paz, amor y felicidad, puedo hacerme poderoso. Poderoso en el sentido de permanecer positivo frente a situaciones negativas; pacíficas cuando todo alrededor mío es caótico, es decir, no ser influenciado negativamente sino influir con mi positividad. Cuando estoy estable en mi poder interior de paz, entonces puedo dar esto a los demás y ayudarles a calmarse.

Siempre recordad que el primer paso hacia la paz reside en el interior. Cuando he aprendido el arte de filtrar lo negativo de lo positivo entonces puedo dar verdadera paz y amor a los demás a mí alrededor.
Vamos a hacer ahora un ejercicio de silencio, entendiendo que utilizo la energía de la mente, de los pensamientos, y la energía de mi intelecto, comprendiendo cómo profundizar hacia mi interior y emerger los recursos interiores de paz, amor o cualquier recurso que yo desee. En estos ejercicios de silencios de silencio nos concentraremos principalmente en la paz. Esta es la fundación, ya que cuando hay equilibrio y armonía interior se hace fácil construir sobre ella los otros poderes del amor, felicidad, verdad, etc. La experiencia de paz profunda me calma, me clarifica y me llena de energía para pensar y actuar positivo.

Vamos a empezar. Ejercicio de Silencio

Me relajo totalmente, y sigo las palabras del comentario con facilidad, sin esfuerzo

“Me veo a mí mismo como un punto de luz, un punto de energía en el centro de la frente. ¿Quién soy? ¿Quién soy en verdad?
Soy energía,
Soy un punto de luz pura,
Y dentro de esta luz
Está mi mente, mi intelecto y mis impresiones.
Voy a crear un pensamiento y situarlo en mi mente:
Soy un ser de paz, soy un ser pacífico.
Me sumerjo en este pensamiento,
Suavemente me concentro en este pensamiento de paz
Y ahora, con mi intelecto, entiendo que tengo
Una gran fuerza interior de paz, la tengo que alcanzar
Y utilizar para recargar mi ser.
Esta fuente de paz eterna está siempre en mi interior
Ahora voy allí con mi pensamiento.
Me dirijo profundamente con mi pensamiento, muy profundamente hacia mi interior. Empiezo a experimentar esta fuerza interior de mi ser, esta fuente eterna de paz.
Absorbo esta paz,
La absorbo y me hago totalmente pacífico.
En silencio, en concentración,
Me experimento como un ser totalmente en paz.
Soy un ser de paz.
Soy paz, completa paz.
En silencio permanezco en este pensamiento.
Soy un punto de energía viviente.
Soy un ser de paz.”



EL ARTE DE MANTENER UN EQUILIBRIO

La razón por la que queremos entender cómo funciona nuestra mente es para que podamos crear un equilibrio entre nuestro mundo interno (pensamientos, sentimientos, impresiones) y nuestro mundo externo (palabras, acciones, comportamientos, relaciones, etc.)

El equilibrio es la base para la armonía en todos los aspectos de la vida: en el universo, en la naturaleza, en el entorno, en la sociedad, en la familia e incluso en el individuo. No importa cuán bueno o beneficioso sea algo, si no lo entendemos y pasamos sus límites se convierte en algo que finalmente causa daño (por ejemplo, la buena comida). Muy a menudo tendemos a realizar un exceso de cosas y vamos a los extremos; mantener un equilibrio requiere un claro entendimiento de cuando hacer algo y cuando no hacerlo, cuando empezar y cuando parar. A esto también lo llamamos la habilidad de discernir y de tomar decisiones, que es la tarea de nuestro intelecto. Un intelecto claro tiene objetividad y nos da una amplia perspectiva en nuestra actitud hacia los demás y las situaciones, de esta forma uno puede fácilmente mantener el equilibrio interior y exterior.

Cuando hablamos de equilibrio no nos referimos a equilibrio entre lo positivo y lo negativo sino equilibrio solo entre aspectos positivos que son opuestos uno con otro. Por ejemplo, el equilibrio entre la tolerancia y la valentía, o entre el amor y el desapego, o entre la paciencia y la determinación, o ser preciso y a la vez estar libre de preocupaciones, o ser activo y silencioso.

Vamos a tomar el ejemplo de la tolerancia y la valentía. Todos sabemos lo importante que es la virtud de la tolerancia, que tan a menudo es necesaria en nuestra vida diaria para evitar conflictos y para permanecer en paz con nosotros mismos. Con tolerancia somos capaces de aceptar las diferencias que existen y no tenemos miedo de ellas. La tolerancia viene del entendimiento de que cada persona es como un actor que representa su papel propio e individual y de comprender que yo tengo que representar mi propio papel lo mejor que puedo. La tolerancia nos capacita a aprender de cada situación, incluso aunque parezca muy negativa, ya que mediante la tolerancia aprendemos a no reaccionar negativamente, permitiéndolos así ver el beneficio que está escondido en esa pérdida. Sin embargo, si nos excedemos de tolerancia, entonces el resultado es que nos hacemos apáticos, indiferentes, despreocupándonos de lo que sucede. La razón por la que la tolerancia puede llegar a un extremo, es decir, a la indiferencia, es debido a que no la hemos equilibrado con la valentía (afrontar a los demás o a las situaciones) y ser activo. Muy a menudo es necesario que digamos nuestra opinión acerca de algo que es erróneo, pero por falta de autoconfianza, un poco de inseguridad o por tener miedo a la reacción de los demás, preferimos mantener silencio y no hacer o decir nada.

No hacer o no decir por miedo a lo que los demás dirán eso no es tolerancia. Aunque es muy importante que digamos nuestra opinión claramente sobre algo que no nos gusta o que no estamos de acuerdo, aun así tenemos que poner atención que lo hagamos con buenos sentimientos o ego. Ya que si la ira, la irritación o el odio está detrás de nuestras palabras entonces la otra persona no lo escuchará, pensando en que la queremos corregir. Por eso, necesitamos ser capaces de ver el momento adecuado para decir algo y también cómo decirlo de manera que pueda haber comunicación.

Si por ejemplo, alguien está enfadado con nosotros e intentamos en ese momento decirle que lo está haciendo mal, entonces es imposible hacerle comprender. Es más sabio esperar el momento adecuado cuando la persona esté calmada y entonces hablarle sin malos sentimientos. Ya que tolerancia no significa aceptarlo todo a ciegas, sino por el contrario, entender y cambiar lo que puedo y aceptar lo que no puedo cambiar.

Otro equilibrio importante en la vida es el de ser amoroso y desapegado al mismo tiempo. Si mantenemos este equilibrio podemos ser amorosos con los demás y a la vez estar libres de desacuerdos y preocupaciones. El amor probablemente es el valor más elevado que todos los seres humanos desean experimentar desde el momento del nacimiento hasta la muerte. El amor verdadero y desinteresado se ha hecho tan escaso que la mayoría de la gente no cree en su existencia. Por amor verdadero entendemos la capacidad de respetar a los demás tal como son y ser capaces de dar sin esperar un retorno de lo que se ha dado. El verdadero amor da libertad y nos crea el espacio para crecer y expresar nuestra individualidad. A menudo, sin embargo, no mantenemos la distancia adecuada entre nosotros y aquellos a quienes amamos y entonces en lugar de dar desinteresadamente empezamos a tener expectativas a poseer y a exigir. Es cuando confundimos el amor con el apego que creamos ataduras hacia nosotros mismos y con los demás. El apego significa que no respetamos la libertad de los demás e incluso peor, desarrollamos el sentimiento de posesividad con los demás. El signo de este apego o posesividad es que habrá miedo, preocupaciones, inseguridad, celos y finalmente sufrimiento. Este amor malentendido no sólo destruye la amistad y las relaciones en general sino que nos hace perder el respeto por nosotros mismos. Por supuesto que necesitamos también amor y respeto, pero nunca podemos recibirlo pidiéndolo o esperándolo de los demás o dándolo por sentado en nuestras relaciones. Es cuando empezamos dar estas cosas que automáticamente las recibimos. Cuanto más demos más recibiremos, pero tenemos que dar de forma altruista, sin expectativas de recibir un retorno, de otra forma puede que demos mucho y no recibamos nada. Solo podemos dar desinteresadamente cuando primero descubrimos que tenemos estas cualidades en nuestro interior y cuando nosotros primero las experimentamos. También viendo el lado positivo en los demás somos capaces de darles respeto y consideración. Si tomamos el ejemplo de una madre, ella trata de hacer crecer a sus hijos y educarlos lo mejor posible; cuida amorosamente de ellos y olvida sus errores por amor. Ella constantemente da mucho, pero ¿Qué ocurre si el resultado final no es el que ella esperaba, si su hijo no toma todos los buenos consejos que le ha estado dando y sigue sus propias ideas (erróneas)? Lo que ocurre a menudo en tales casos es que la madre tiene una conciencia negativa pensando que no fue lo suficientemente buena, o culpará o acusará a sus hijos por ser tan desagradecidos. En ambos casos, ella no ha entendido una ley básica y eterna que es: “no importa cuánto demos a alguien, depende de él cuanto quiere tomar”. De la misma forma, como esta madre, nuestra tarea es la de ser capaces de tener pensamientos positivos y sentimientos de cooperación hacia los demás, pero no es nuestra tarea el preocuparnos por cuanto quieren tomar o no, o culparlos si no toman nada. Cada uno es libre de escoger para sí mismo qué quiere hacer y hasta qué punto. Lo importante es que yo esté haciendo lo que es correcto; revisar esto es mi primer deber.

El equilibrio más importante es el de los pensamientos, palabras y acciones. O en otras palabras, el equilibrio entre el mundo interior y el mundo exterior. Solo cuando hablamos lo que pensamos y hacemos lo que decimos puede empezar a crecer en nosotros el autorrespeto y la autoconfianza. Cuando mi entendimiento, mis experiencias y mis acciones son uno, entonces puede haber armonía y estabilidad interior. Y sólo cuando estamos estables los demás pueden confiar en nosotros. Ni los demás no pueden confiar en mí ni yo no puedo tener fe en mí mismo si un día estoy en paz y coopero y al día siguiente estoy enfadado y de mal humor. Probablemente fe en nosotros mismos es la fe más difícil de tener. Es fácil tener fe en Dios, por lo menos cuando tenemos problemas o tenemos necesidad. Es fácil también tener fe en los demás si nos ayudan. Pero para desarrollar fe en nosotros mismos necesitamos poner atención a no repetir el mismo error por segunda vez. La hipocresía, es decir, hablar una cosa y hacer otra es lo que destruye la fe y la confianza en mí mismo y la fe de los demás en mí. La honestidad conmigo mismo es muy importante para ser capaz de crear ese equilibrio interior entre pensamientos, palabras y acciones. La honestidad hace que haya claridad y sencillez en todo; no hay complicaciones ni confusiones.

El equilibrio es una función especial del intelecto ya que es solo mediante el entendimiento de lo que se necesita, cuándo se necesita y hasta qué punto, que nuestra vida podrá ser positiva y con contentamiento.

Hemos hablado del equilibrio entre tolerancia y valentía, amor y desapego, los cuales nos ayudan mucho en nuestras actividades diarias. Otro equilibrio es entre la determinación y la paciencia. Necesito determinación para conseguir una meta. No dejo que las distracciones me alejen de lo que me he fijado hacer. Esa firmeza es muy admirable, sin embargo, llevada al extremo, esa determinación se convierte en cabezonería y, con cabezonería la persona se olvida del arte de escuchar a los demás y no permanece fácil ni flexible. La determinación, para que sea correcta, tiene que ir equilibrada con la paciencia. Paciencia significa cambiar y seguir un objetivo, pero sin presión. La paciencia me enseña que no todo depende de mí; a menudo tengo que esperar, tengo que tolerar situaciones y personas mientras intento conseguir mi objetivo. La paciencia es calma y quietud, permitiendo que el gran factor del tiempo juegue su parte.

El jardinero tiene la determinación de plantar un hermoso jardín y hace todos los arreglos adecuados, sin embargo, necesita paciencia. El sol, la tierra, las estaciones, el tiempo, todos tienen su papel que representar e incluso las semillas mismas germinan a su propio tiempo. El jardinero no puede insistir para que todas germinen juntas y den el mismo perfume.

La paciencia es una gran virtud, pero en su extremo puede convertirse en descuido y pereza. “Mañana, mañana”, “no tengo prisa”, algunas veces tales frases pueden vencer de la pereza más que de la sabiduría. Así que, de estos ejemplos, podéis ver como cada una de las situaciones de la vida requiere un número de virtudes trabajando al mismo tiempo para que haya éxito.
¿Podéis pensar en otros equilibrios importantes y necesarios para un estilo de vida positivo y con contentamiento?

Para mantener cualquier equilibrio es importante interiorizarnos y tomar poder de nuestras fuerzas interiores y después utilizar ese poder en los patrones de pensamientos, palabras y acciones que creamos. No vamos hacia dentro para quedarnos allí, sino para descubrir aquello que falta en nuestras vidas. Es en el verdadero y profundo silencio que emergemos de nuevo el poder para mejorarnos a nosotros mismos.
Repetir el ejercicio de silencio de la lección 2.

EL JUEGO DE LA VIDA

¿Cuáles son algunas de las características de un juego?

A) Cada jugador debe conocer exactamente su posición, papel y responsabilidades.

B) Cada jugador debe conocer la posición exacta, el papel y las responsabilidades de los demás en su equipo.

C) Normalmente hay un equipo de jugadores; cada miembro del equipo necesita cooperar completamente con el otro, de lo contrario no puede haber victoria.

D) Cada jugador debe conocer la meta y el objetivo del juego.

E) No hay dos jugadores en un equipo que tengan exactamente la misma función.

F) Hay leyes y reglas para cada juego. Romper o desafiar una regla en particular supone una penalización, una pérdida de algún tipo.

G) A menudo los juegos tienen un árbitro, alguien que no está jugando pero que observa el juego asegurándose de que se juega de acuerdo con las reglas.

H) Se necesita mucho entrenamiento para perfeccionar el arte del juego y, en particular, el papel de uno dentro del juego.

La vida humana es similar a un juego. Cada persona es un jugador que tiene un papel específico que desempeñar. Cuando hay el reconocimiento del ser o autoconocimiento de mi papel entonces puedo jugar correctamente en el juego de la vida, es decir, con contentamiento, propósito y éxito. El éxito me da felicidad y realización y, mis interacciones con los demás son positivas y no están llenas de negatividad como la ira, desconfianza, celos egoísmo, etc.

Otra imagen que también podemos utilizar para describir la vida humana es la de un teatro. La vida es una obra de teatro y cada ser humano es un actor que interpreta su papel.

La esencia del tema, sea que veamos la vida como un juego o como una obra, es que cada uno debe conocerse a sí mismo y su papel, de lo contrario las interacciones, es decir, las relaciones con los demás son confusas y alteradas. También, para una interacción correcta con los demás jugadores, necesito conocer qué es lo que son y cuál es su papel; necesito valorar y respetar, eso si queremos relacionarnos los unos con los otros con facilidad, flexibilidad y tolerancia.

También dijimos que dos jugadores de un equipo o dos actores no pueden tener exactamente la misma parte que interpretar. Esto también es una regla para la vida: cada uno de nosotros es un individuo único interpretando un papel único. Si yo no entiendo, valoro o precio mi propio papel, entonces me comparo a mí mismo con los demás y desarrollo un tipo de pensamientos y hábitos negativos, tales como culpar a los demás por mi propia falta de felicidad o paz, también celos, competitividad, incluso se desarrollan complejos de inferioridad y depresión. Cando estas actitudes entran en la conciencia, significa que otra regla o ley básica del juego de la vida ha sido olvidada, que es: cada persona en el juego tiene su papel distinto e individual a interpretar, al igual que yo. Cuando nos olvidamos de nosotros mismos, fácilmente nos olvidamos de esta regla. El resultado es que una observación excesiva de los demás, así como analizarles provoca una “crisis de identidad” dentro del ser. “Debería ser yo así; debería hablar como éste, debería...”

Yo soy yo mismo; debo aprender el arte del autoconocimiento. A partir de este primer paso al interior del ser se inician unas relaciones sanas con los demás.

Por supuesto, aunque uno necesita apreciar y valorar al ser, no debería haber ego: “Soy esto, soy eso, tengo este talento, esta posición social, etc. etc.” Tal ego, que está basado en un entendimiento limitado del ser, significa perder el juego. Tal falta de autoconocimiento significa que no puedo jugar con precisión, facilidad ni éxito. Los objetivos más importantes de la vida son las experiencias del amor y la felicidad; una persona egoísta nunca puede experimentar estas cualidades porque el amor, respeto y felicidad sólo pueden ser dados libremente desde los corazones de los demás, no pueden pedirse o tener expectativas sobre ellos. Una persona con complejo de inferioridad ni puede ganar el amor ni el respeto de los demás, sólo pena o compasión en el mejor de los casos.

Para ir más allá del sentido de superioridad e inferioridad hay otra regla: “Nunca pensar que yo soy todo, nunca pensar que no soy nada”. Mantener siempre reconocimiento de que existo, por lo tanto, tengo algún valor y sea lo que sea tengo que dejar desarrollarme y así utilizar de manera altruista para el beneficio de los demás. Esta actitud automáticamente trae consigo felicidad y beneficio para el ser. Lo que se comparte es lo que tiene valor.

La libertad es un ingrediente esencial para experimentar felicidad. Cuando hay un amor y respeto verdaderos por los demás, automáticamente tal persona utiliza su libertad con un sentido de responsabilidad; sabe no infringir en los derechos de otro porque este también tiene derecho, tiene un papel que interpretar, tiene un valor y por encima de todo, también tiene un derecho a la libertad.
Una persona irresponsable nunca es libre; irresponsable significa el que usa mal su propia libertad o restringe la libertad de los demás debido al egoísmo o al ego. Tal persona nunca es libre ella misma porque siempre tiene que pagar el efecto de tal actitud y tales acciones. Las consecuencias pueden ser en forma de soledad, falta de amor, vacío interior, depresión, etc.

La libertad y la responsabilidad son las dos caras de una moneda y son absolutamente inseparables. Es una regla fundamental de todas las relaciones e interacciones humanas. En otras palabras, es la ley del karma, que enunciada de una forma sencilla dice que por cada acción hay una reacción igual y opuesta. Opuesta significa opuesta en dirección. Lo que yo doy a los demás sea bueno o malo, es lo que recibiré. Somos libres de elegir, pero cada elección que hago lleva consigo una responsabilidad personal y unas consecuencias.

¿Cómo puedo interpretar el juego de la vida con éxito, interactuando con los demás con Positividad mediante el hecho de mantener tanto mi autorrespeto como el dar respeto a los demás?
El primer paso, como se ha mencionado, es conocer ¿Quién soy yo? Y ¿Cuál es mi papel? Sin autoconocimiento preciso el juego está ciertamente perdido.

Hemos estado hablando en tres cursos previos de un punto de energía y de la mente, intelecto e impresiones. Ahora voy a entender que yo soy este punto de energía eterna al que se le llama alma y que dentro de yo, el alma, está en la mente, el intelecto y las impresiones, las tres energías que constituyen la conciencia humana. ¿Quién soy yo? Soy un ser eterno, pienso, decido, siento, actúo. Yo soy un alma, un actor dentro de este traje físico el cuerpo y estoy interpretando mi papel, en el escenario del mundo. Yo no soy este traje de materia, sino que lo utilizo y lo necesito para interpretar mi papel.

Cuando me entiendo a mí mismo como un ser eterno, entiendo que tengo recursos de energía eternos en mi interior, es decir, paz, amor, felicidad, verdad. Puesto que soy eterno y tengo cualidades eternas, no importa cuán escondidas pueda parecer que están, entonces entiendo que las demás personas son lo mismo. Nosotros, como actores eternos, estamos en un juego, en esta obra juntos. Con esta conciencia de mi individualidad y del respeto por la individualidad eterna de los demás, el juego de la vida puede jugarse correctamente, con armonía.

Sin embargo, cuando me hago “consciente del traje” me siento como que, si fuera solo el cuerpo, eso crea actitudes y emociones negativas tales como el odio, los celos, los complejos de superioridad o inferioridad, el ego, etc.

Así que cuando se pierde la verdadera identidad del actor o jugador, entonces nuestras interacciones con los demás se vuelven confusas, negativas y nos cansan. Volver a jugar el juego de la vida correctamente significa que la paz y la armonía reinarán en el individuo y a nivel global. Todos queremos paz, pero necesitamos estabilizarnos en el punto correcto y este es el interior del ser. Necesito volver a la identidad original, donde todos somos lo mismo: puntos de luz eterna, seres individuales, todos tenemos un derecho a estar aquí.

Con este conocimiento del ser eterno, uno desarrolla una gran fortaleza interior y con ella es capaz de superar muchos obstáculos y negatividades de la vida. Cuando más estable estoy en mi autoconocimiento más fácil es para mí ser tolerante, flexible y paciente. El éxito de mi papel en el juego de la vida depende de esto.

Ahora, en el ejercicio de silencio, podemos practicar el ver, entender y experimentar el ser como un ser eterno con recursos interiores eternos.

Ejercicio de Silencio

Utilizaremos la expresión “Om Shanti” para ayudarnos a enfocarnos y concentrarnos.

Om significa soy un alma

Om Shanti: soy un alma de paz

Este término, realmente, es un pensamiento que podemos mantener de forma firme en nuestra mente
Cuando tal pensamiento positivo se mantiene con firmeza uno es capaz de obtener poder de él.

Relajémonos y empecemos:

“Suavemente me concentro en el centro de la frente.

A medida que me concentro Me veo a mí mismo como un punto de energía,
Un punto de luz pura.
Soy energía
Y dentro de esta energía Hay muchas cualidades.
La cualidad más poderosa de todas ellas es la paz;
Om Shanti
Soy un alma
Un ser de paz.
Me concentro suavemente en este pensamiento:
Om Shanti,
Y experimento mi estado original de paz eterna.
Om Shanti
Soy un alma llena de paz
Soy un punto de luz, de energía.
Con concentración
Voy en lo profundo de mí mismo
Y absorbo este poder de la paz.
En silencio
Permanezco absorto en este pensamiento
De Om Shanti
De paz pura y eterna.
Om Shanti”.



MEDITACIÓN. EL PODER DEL PENSAMIENTO CONCENTRADO

Cuanto mayor es la concentración, más puede profundizar uno, tanto en el entendimiento como en la experiencia. Cuando la mente y el intelecto chapucean en la superficie cuando la vida es simplemente una continuación de rutinas y hábitos superficiales, entonces la vida se vuelve vacía, seca y sin significado.

Una vida sin una meta es como un barco sin timón. El resultado es un ir a la deriva, agotador y sin un objetivo. Las energías, especialmente las de la mente, están dispersas y esparcidas, no hay un foco donde reunir y concentrar las energías del ser y así utilizarlas de forma constructiva. La sociedad moderna tiene este mal o enfermedad interior, la falta de contentamiento, propósito y valores apropiados con los cuales la vida puede ser guiada. Esta carencia produce frustración personal, estrés, y una variedad de pesares.

¿Cómo superar esta enfermedad interior del alma humana? ¿Cómo organizar y dirigir las energías del ser hacia objetivos dignos?

La meditación ha sido reconocida como un método viable para ayudar al ser humano a reorientar su vida y conseguir una estabilidad interior. La palabra “meditación” procede de la palabra latina “mederi” que significa “curar”. La curación del ser interior no es una cuestión de tomar ninguna medicina física, sino que depende de reestablecer el equilibrio interior mediante el conocimiento espiritual, las actitudes correctas y la utilización correcta de la energía mental. En la meditación, tal y como se ha enfatizado, durante todo el curso entero, aprendemos a mirar a nuestro interior y es el interior del ser donde hallamos los recursos que puedan sanarnos. ¿Qué recursos? Los recursos de paz, amor, verdad, felicidad... que son energías eternas del interior del ser y mediante el pensamiento concentrado aprendemos a dejar que en estas energías puras se manifiesten en la conciencia, y después, en nuestras acciones diarias. En Grecia, la palabra meditación se traduce como “dialoguismos”, de donde procede la palabra española “diálogo”. En Grecia, la idea de la meditación es la de tener un diálogo con uno mismo, con el ser, un proceso muy necesario para desarrollar el autoconocimiento y acumular fortaleza interior.

El diálogo con uno mismo, con su ser, cuando se dirige correctamente y se basa en las perspectivas y valores espirituales, limpia la mente de ideas negativas acerca de uno mismo y clarifica el intelecto, tanto para formular como para seguir ideas correctas para el desarrollo del autorrespeto.

Diálogo no significa quedarse atrapado en sentimientos de culpabilidad sobre los errores o limitaciones, ni significa blanquear cosas obvias que deben cambiarse, significa la eliminación de repetidas auto- imágenes negativas que vacían al ser de felicidad y confianza en sí mismo. La base de este diálogo espiritual con el propio ser es la introspección. La introspección es la habilidad de examinar, revisar y cambiarme a mí mismo, dondequiera, como sea y cuando quiera que deba hacerlo. Sin una reevaluación consistente de mis actitudes y modelos de pensamientos, los hábitos negativos dominarán mi conciencia con mucha facilidad. Por supuesto, un diálogo sano con el ser significa que interactúo positivamente con los demás, no quedarse atrapado o perdido en mí mismo. Los demás, las situaciones, son todos mis profesores; ellos me ayudarán a crecer si tengo la sensatez de tomar beneficio de todas las cosas.

Sin embargo, cualquier cosa que entre en la mente y el intelecto siempre necesita ser evaluado y revisado. Tal evaluación es necesaria a fin de que no se produzca ningún daño para el ser ni para los demás.

La introspección trae al estado de ser un observador: observar el ser y no reaccionar a las situaciones con emociones negativas tales como la ira, el odio y el resentimiento.

El estado del observador desapegado conserva la energía interior y al mismo tiempo mantiene al ser espiritual, mental y emocionalmente sano. Así, si aprendo a dialogar conmigo mismo positivamente, es decir, no quedarme atrapado en sentimientos de culpabilidad, remordimiento, proyección de culpa sobre otros, comparación con los demás, entonces puedo convertirme en mi mejor amigo.

El tercer significado de meditación podemos tomarlo de la palabra sánscrita “Yoga”. Es a través del entendimiento de esta palabra que aprendemos a cómo obtener ayuda, es decir, cierto poder espiritual externo que puede ayudarme a sanar y también a dialogar positivamente conmigo mismo. La palabra yoga significa juntar o volver a unir. ¿Volver a unirse con qué y con quién? La respuesta es, en primer lugar, con mí ser original y eterno, el alma, y en un segundo lugar con la eterna fuente suprema de todo poder y energía; esa fuente me ayuda a reenergetizarme y volver a conocerme a mí mismo.

Sobre este planeta tierra, todo depende de alguna fuente externa de energía para el movimiento y el crecimiento. Por ejemplo, las semillas de las plantas y árboles tienen su propia fuente de energía dentro de sí mismas: a esta se le llama la energía de la naturaleza. Sin embargo, esta energía no puede liberarse a menos que actúe sobre ella una fuente de energía externa, es decir, la energía del sol. Sólo a través del poder de la luz del sol las semillas de la tierra brotarán en la vida y crecerán.
El cuerpo humano mismo tiene su propia energía, pero diariamente necesita fuentes externas de energía, comida, aire, luz del sol, agua. Sin estas fuentes externas, el cuerpo humano no podría existir.

Incluso una batería gastada, necesita otra batería o alguna fuente de energía para recargarse. El ser humano se ha debilitado, no hay paz constante ni sensación de propósito, felicidad o contentamiento, etc. El alma humana necesita recargarse. Aunque el alma humana tiene grandes potencialidades dentro de sí misma como las semillas de la naturaleza, se necesita una fuente de energía externa para que emerjan los poderes latentes. Esta fuente externa de poder no es física, puesto que el alma humana tampoco lo es. A esta fuente de poder se le ha llamado tradicionalmente Dios o el ser supremo. Muchos nombres, de hecho, se le han dado a la fuente. Por el momento es suficiente saber que este Poder Supremo es el Punto Eterno de Referencia para toda Creación, cuya tarea es de recargar y limpiarlo todo. Siendo eternamente pura y no polucionada por ningún rastro de egoísmo o violencia, el Ser Supremo es totalmente benevolente y a través de las energías eternas de Amor y Verdad es capaz de recargar y llenar al alma humana con todos los poderes. Por supuesto, cada uno elige su propio nivel de limpieza, recarga o plenitud. De acuerdo a la elección individual así serán los poderes resultantes de amor, paz, felicidad y verdad visibles con claridad en el ser.

El Ser Supremo es entendido como un punto eterno, de Luz pura, que reside en el mundo del silencio eterno más allá del Tiempo y la Materia. Podemos alcanzar esta fuente de Amor y Pureza, o a la inversa el Ser Supremo puede alcanzarnos a través del poder del pensamiento concentrado. Solo toma un segundo para que empiece tal comunicación. Cuando alcanzamos tal lugar del silencio eterno, el mundo de la luz silenciosa, enfocamos nuestra atención amorosa sobre el Ser Supremo y, si nuestro enfoque es concentrado, podemos sentir cómo el ser se llena de paz y el amor más puro que jamás hayamos sentido en toda nuestra existencia.

Esto es yoga: volver a unir a ser con el Supremo y a través de esto recordar todas las cosas de valor que habíamos olvidado. Yoga significa recordar: recordar el ser original, la relación original y eterna con el Ser Supremo y recordar, mediante la experiencia, el significado puro de amor, paz y felicidad.

Ahora, vamos a experimentar con un ejercicio de meditación sobre esta unión con el Supremo:

Me enfoco suavemente en el centro de la frente

Soy un punto de energía viviente
Soy energía
Soy un alma
Suavemente me concentro en este pensamiento
De ser un alma
La personificación de la paz
Om Shanti
Yo, el alma
Estoy llena de paz
Om Shanti
Ahora con un pensamiento, sólo un pensamiento
Voy más allá del tiempo, más allá de esta tierra;
Voy a un mundo de silencio, un mundo de luz
En este mundo veo una luz.
Es un punto de luz pura, irradiando luz.
Es la luz de la sabiduría, la luz del amor.
Este es el supremo entre todos los seres
Es mi padre, y mi madre eternos
Es la fuente suprema de poder espiritual
En profundo silencio, con el pensamiento suavemente concentrado
Me acerco más y más
A esta fuente de luz y amor
Yo, el alma, el punto
Estoy absorto en las olas de amor
De esta fuente
Me lleno con poder, con luz
Con paz.
En silencio, en profunda paz,
Permanezco aquí contigo
Mi amado padre
Absorbiendo suavemente amor y fortaleza.
Déjame permanecer aquí contigo
En paz, en amor y en silencio;
Silencio puro y profundo.
Om Shanti



💗







sábado

AMAR A UN SER HUMANO








Amar a un ser humano es aceptar la oportunidad de conocerlo verdaderamente y disfrutar de la aventura de explorar y descubrir lo que guarda más allá de sus máscaras y sus defensas; contemplar con ternura sus más profundos sentimientos, sus temores, sus carencias, sus esperanzas y alegrías, su dolor y sus anhelos; es comprender que detrás de su careta y su coraza, se encuentra un corazón sensible y solitario, hambriento de una mano amiga, sediento de una sonrisa sincera en la que pueda sentirse en casa; es reconocer, con respetuosa compasión, que la desarmonía y el caos en los que a veces vive son el producto de su ignorancia y su inconsciencia, y darte cuenta de que si genera desdichas es porque aún no ha aprendido a sembrar alegrías, y en ocasiones se siente tan vacío y carente de sentido, que no puede confiar ni en si mismo; es descubrir y honrar, por encima de cualquier apariencia, su verdadera identidad, y apreciar honestamente su infinita grandeza como una expresión única e irrepetible de la Vida.

Amar a un ser humano es brindarle la oportunidad de ser escuchado con profunda atención, interés y respeto; aceptar su experiencia sin pretender modificarla sino comprenderla; ofrecerle un espacio en el que pueda descubrirse sin miedo a ser calificado, en el que sienta la confianza de abrirse sin ser forzado a revelar aquello que considera privado; es reconocer y mostrar que tiene el derecho inalienable de elegir su propio camino, aunque éste no coincida con el tuyo; es permitirle descubrir su verdad interior por si mismo, a su manera: apreciarlo sin condiciones, sin juzgarlo ni reprobarlo sin pedirle que se amolde a tus ideales, sin exigirle que actúe de acuerdo con tus expectativas; es valorarlo por ser quien es, no por como tu desearías que fuera; es confiar en su capacidad de aprender de sus errores y de levantarse de sus caídas más fuerte y más maduro, y comunicarle tu fe y confianza en su poder como ser humano.

Amar a un ser humano es atreverte a mostrarte indefenso, sin poses ni caretas, revelando tu verdad desnuda, honesta y transparente; es descubrir frente al otro tus propios sentimientos, tus áreas vulnerables; permitirle que conozca al ser que verdaderamente eres, sin adoptar actitudes prefabricadas para causar una impresión favorable; es exponer tus deseos y necesidades, sin esperar que se haga responsable de saciarlas; es expresar tus ideas sin pretender convencerlo de que son correctas; es disfrutar del privilegio de ser tu mismo frente al otro, sin pedirle reconocimiento alguno, y en esta forma, irte encontrando a ti mismo en facetas siempre nuevas y distintas; es ser veraz, y sin miedo ni vergüenza, decirle con la mirada cristalina, "este soy, en este momento de mi vida, y esto que soy con gusto y libremente, contigo lo comparto...si tú quieres recibirlo".

Amar a un ser humano es disfrutar de la fortuna de poder comprometerte voluntariamente y responder en forma activa a su necesidad de desarrollo personal; es creer en él cuando de sí mismo duda, contagiarle tu vitalidad y tu entusiasmo cuando está por darse vencido, apoyarlo cuando flaquea, animarlo cuando titubea, tomarlo de las manos con firmeza cuando se siente débil, confiar en él cuando algo lo agobia y acariciarlo con dulzura cuando algo le entristece, sin dejarle arrastrar por su desdicha; es compartir en el presente por el simple gusto de estar juntos, sin ataduras ni obligaciones impuestas, por la espontánea decisión de responderle libremente. Amar a un ser humano es ser suficientemente humilde como para recibir su ternura y su cariño sin representar el papel del que nada necesita; es aceptar con gusto lo que le brinda sin exigir que te dé lo que no puede o no desea; es agradecerle a la Vida el prodigio de su existencia y sentir en su presencia una auténtica bendición en tu sendero; es disfrutar de la experiencia sabiendo que cada día es una aventura incierta y el mañana, una incógnita perenne; es vivir cada instante como si fuese el último que puedes compartir con el Otro de tal manera que cada reencuentro sea tan intenso y tan profundo como si fuese la primera vez que lo tomas de la mano, haciendo que lo cotidiano sea siempre una creación distinta y milagrosa.

Amar a un ser humano es atreverte a expresar el cariño espontáneamente a través de tu mirada, de tus gestos y sonrisas; de la caricia firme y delicada, de tu abrazo vigoroso, de tus besos con palabras francas y sencillas; es hacerle saber y sentir cuanto lo valoras por ser quien es, cuánto aprecias sus riquezas interiores, aún aquellas que él mismo desconoce; es ver su potencial latente y colaborar para que florezca la semilla que se encuentra dormida en su interior; es hacerle sentir que su desarrollo personal te importa honestamente, que cuenta contigo; es permitirle descubrir sus capacidades creativas y alentar su posibilidad de dar todo el fruto que podría; es develar ante sus ojos el tesoro que lleva dentro y cooperar de mutuo acuerdo para hacer de esta vida una experiencia más rica y más llena de sentido.

Amar a un ser humano es también atreverte a establecer tus propios límites y mantenerlos firmemente; es respetarte a ti mismo y no permitir que el otro transgreda aquello que consideras tus derechos personales; es tener tanta confianza en ti mismo y en el otro, que sin temor a que la relación se perjudique, te sientas en libertad de expresar tu enojo sin ofender al ser querido y puedas manifestar lo que te molesta e incómoda sin intentar herirlo o lastimarlo. Es reconocer y respetar sus limitaciones y verlo con aprecio sin idealizarlo; es compartir y disfrutar de los acuerdos y aceptar los desacuerdos, y si llegase un día en el que evidentemente los caminos divergieran sin remedio, amar es ser capaz de despedirte en paz y en armonía, de tal manera que ambos se recuerden con, gratitud por los tesoros compartidos.

Amar a un ser humano es ir más allá de su individualidad como persona; es percibirlo y valorarlo como una muestra de la humanidad entera, como una expresión del Hombre, como una manifestación palpable de esa esencia trascendente e intangible llamada "ser humano", de la cual tú formas parte; es reconocer, a través de él, el milagro indescriptible de la naturaleza humana, que es tu propia naturaleza, con toda su grandeza y sus limitaciones; apreciar tanto las facetas luminosas y radiantes de la humanidad, como sus lados oscuros y sombríos; amar a un ser humano, en realidad, es amar al ser humano en su totalidad; es amar la auténtica naturaleza humana, tal como es, y por tanto, amar a un ser humano es amarte a ti mismo y sentirte orgulloso de ser una nota en la sinfonía de este mundo.


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Extraído  https://buscandome.es/index.php/topic,10673.0.html









IMAGINACION DESPIERTA - NEVILLE GODDARD (1954 - 1946)



Para Bill


“La Imaginación es el mundo real y eterno, del cual este Universo Vegetal no es más que una sombra leve. ¿Qué es la Vida del hombre sino el Arte y La Ciencia?”
William Blake, Jerusalem


“La Imaginación es más importante que el conocimiento”
Albert Einstein, En Ciencia


CAPITULO 1
¿QUIEN ES TU IMAGINACION?


“No ceso de trabajar en mi gran tarea,

de Abrir los Mundos Eternos,

de Abrir los Ojos Inmortales del Hombre

a los Mundos del Pensamiento en su interior:

a la eternidad siempre expandiéndose en el seno de Dios,

la Imaginación Humana”

Jerusalén 5: 18-20


Ciertas Palabras en el transcurso de usarlas por largo tiempo, suman tantas extrañas connotaciones que casi cesan de tener sentido alguno. Palabras tales como Imaginación. Esta palabra está hecha para servir a tantos tipos de ideas, algunas opuestas directamente a otras. Fantaseo, pensamiento, alucinación, sospecha, ciertamente, tan amplio es su uso y tan variado su significado, la palabra imaginación no tiene estatus ni significado fijo.

Por ejemplo, le pedimos a un hombre que “use su imaginación”, queriendo decir que su presente perspectiva está muy restringida y por lo tanto no puede realizar su tarea. Y en el próximo respiro, le decimos que sus ideas son “pura imaginación”, por lo tanto implicando que sus ideas son delirantes. Nos referimos a una persona celosa o desconfiada como “víctima de su propia imaginación”, queriendo decir que sus pensamientos son irreales. Minuto después, le rendimos gran atributo a un hombre describiéndolo como “un hombre de gran imaginación”.

Por lo tanto, la palabra Imaginación no tiene significado definitivo. Aun el diccionario no nos ayuda. Define a la Imaginación como, 1) El poder fotográfico o hecho de la mente, el principio constructivo o creativo; 2) un fantasma; 3) una noción o creencia irracional; 4) planear, conspirar, o confabular involucrando construcción mental.

Yo identifico a la figura central de los Evangelios con la imaginación humana, el poder que hace el perdón de pecados y el logro de nuestras metas, inevitable.

Todas las cosas fueron hechas por Él, y sin Él nada de lo que ha sido fue hecho. Juan 1: 3

Hay una sola cosa en el mundo, la Imaginación, y todas nuestras deformaciones de ella.

Los hombres lo despreciaban y lo rechazaban.

Era un hombre lleno de dolor, acostumbrado al sufrimiento. Isaías 53: 3

La imaginación es el propio portal de la realidad.

“El hombre” dijo Blake, “es, o el arco de Dios, o el fantasma de la tierra y del agua”. “Naturalmente es solo un órgano natural sujeto a Sentidos”. “El Cuerpo Eterno del Hombre es La Imaginación: eso es Dios mismo, el Cuerpo Divino. [yod, shin, ayin; de derecha a izquierda]: Jesús: somos Sus Miembros”.

No conozco definición más grande y verdadera que la definición de Imaginación de Blake. Por la Imaginación tenemos el poder de ser cualquier cosa que deseamos ser.

A través de la imaginación, desarmamos y transformamos la violencia del mundo. Nuestras más íntimas así como también nuestras más casuales relaciones se convierten en imaginativas, a medida que despertamos del “misterio escondido por los siglos” (Colosenses 1: 26), que el Cristo en nosotros es nuestra Imaginación.

Entonces nos damos cuenta que solo cuando vivimos por la imaginación podemos decir que verdaderamente estamos viviendo.

Quiero que este libro sea el más simple, claro, franco trabajo que pueda yo hacer, para que pueda alentarte a que funciones imaginativamente, para que puedas abrir tus “Ojos Inmortales hacia adentro, a los Mundos del Pensamiento” (William Blake), donde tienes todos los deseos de tu corazón como grano maduro “blanco, listo para cosechar” (Juan 4: 35).

He venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Juan 10: 10.

La vida abundante que Cristo nos prometió es nuestra para ser experimentada ahora, pero hasta que no sintamos a Cristo como nuestra imaginación, no podremos experimentarla.

El misterio escondido por los siglos… Cristo en ti, la esperanza de la gloria, Colosenses 1: 26,27, es tu imaginación.

Este es el misterio por el cual siempre estoy empeñándome en realizarlo con más entusiasmo, e instigando a otros a hacerlo.

La Imaginación es nuestra redentora, “El Señor de los Cielos” nacido de los hombres pero no el unigénito del hombre [El Credo de Nicea Constantinopla, o el Sello de Fe, 325/381 DC].

Cada hombre es María, y debe darle nacimiento a Cristo.

Si la historia de la inmaculada concepción y nacimiento de Cristo le parece irracional al hombre, es tan solo porque se ha malinterpretado como biografía, historia, y cosmología, y los exploradores modernos de la imaginación no ayudan cuando lo llaman la mente inconsciente o subconsciente.

El nacimiento de la imaginación y su crecimiento es la transición gradual de un Dios de tradición a un Dios de experiencia. Si el nacimiento de Cristo en el hombre parece lento, es solo porque el hombre no está dispuesto a abandonar la cómoda pero falsa seguridad de tradición.

Cuando la imaginación es descubierta como el primer principio de la religión, la piedra del entendimiento literal habrá sentido la vara de Moisés y, como la roca de Sion (Isaías 28: 16; Romanos 9: 33), provee el agua del significado psicológico para saciar la sed de la humanidad; y todos aquellos que tomen la copa ofrecida y vivan una vida de acuerdo a esta verdad, transformarán el agua de significado psicológico, a el vino del perdón.

Luego, como el buen samaritano (Lucas 10: 33-35), lo verterán en las heridas de todos.

El Hijo de Dios no será encontrado en la historia, ni en ninguna forma externa. El solo puede ser encontrado en la imaginación de aquel en quien Su presencia se manifiesta.

¡Ah! Si tu corazón pudiera convertirse en un pesebre, Dios volvería a ser un niño en esta tierra (Angelus Silesius, poeta del siglo 17).

El hombre es el jardín en el cual este unigénito Hijo de Dios duerme. El despierta a este Hijo al elevar su imaginación hacia el Cielo y vestir al hombre en estatura divina. Debemos continuar imaginando y superar aún más, aquello que conocemos como lo mejor.

El hombre en el momento en que despierta a la vida imaginativa debe enfrentarse a la prueba de la Condición de Hijo.

“Padre, revela tu Hijo en mí.” (James Montgomery).

Y “él tuvo a bien revelarme a Su Hijo en mi”, Gálatas 1: 15,16.

La prueba Suprema de la Condición de Hijo es el perdón de pecados. La prueba de que tu imaginación es Cristo Jesús, el Hijo de Dios, es tu habilidad de perdonar pecado. Pecar significa errar al blanco en nuestra propia vida, quedarse corto en el ideal de uno, fallar en lograr el objetivo al que se apunta. El Perdón significa la identificación del hombre con su ideal u objetivo en la vida. Este es el trabajo de la imaginación despierta, el trabajo supremo, porque pone a prueba la habilidad del hombre de entrar y tomar parte de la naturaleza de su opuesto.

Que diga el hombre débil, “Yo soy Fuerte”. Joel 3: 10

En razonamiento, esto es imposible. Solo La Imaginación despierta puede entrar y tomar parte de la naturaleza de lo opuesto.

Este concepto de Cristo Jesús como imaginación humana trae estas preguntas fundamentales: ¿Es la Imaginación poder suficiente, no solo para permitirme que asuma que soy fuerte, sino que también para ser capaz de ejecutar la idea?

Supongamos que deseo estar en otro lugar o situación. ¿Podría yo, al imaginarme a mí mismo en tal estado y lugar, traer su realización física? Supongamos que no puedo pagar el viaje y supongamos que mi estatus social y económico actual opone la idea que yo quiero realizar. ¿Será la imaginación, suficiente por sí misma para encarnar estos deseos? ¿La imaginación comprende la razón? Y por razón, me refiero a deducciones de las observaciones de los sentidos.

¿Reconoce la imaginación, el mundo externo de hechos? En la manera práctica de la vida diaria, ¿es la imaginación una guía completa para el comportamiento?

Supone que yo soy capaz de actuar en continua imaginación, es decir, supone que soy capaz de sostener el sentimiento de mi deseo cumplido, ¿se cumplirá en hecho mi asunción?

Y si se cumple en hecho, ¿debería yo pensar que mis acciones, durante el período de incubación, han sido razonables?

¿Es mi imaginación un poder suficiente, no meramente para asumir el deseo cumplido, sino que también sea capaz de por sí misma, encarnar la idea?

Luego de asumir que ya soy lo que deseo ser, ¿debo continuamente guiarme por ideas y acciones razonables para así poder traer el cumplimiento de mi asunción?

La experiencia me ha convencido de que una asunción, aunque falsa, si se persiste en ella, se solidificará en hechos, que imaginación continua es suficiente para todas las cosas, y que todos mis planes y acciones razonables nunca compensarán por mi falta de imaginación continua.

¿No es verdad que las enseñanzas de los Evangelios pueden ser recibidas solamente en términos de fe y que el Hijo de Dios está constantemente buscando señales de fe en la gente – es decir, fe en su propia imaginación?

No es la promesa

Crean que ya las han recibido, y les serán concedidas. Marcos 11: 24,

¿Es lo mismo que “imagina que ya eres, y lo serás”? ¿No era un estado imaginado en el que Moisés “se mantuvo firme, como si estuviese viendo al Invisible”? (Hebreos 11: 27)

¿No fue por el poder de su propia imaginación que él se mantuvo firme?

La Verdad depende de la intensidad de la imaginación, no depende de hechos externos. Los Hechos son el fruto dando testimonio del uso o mal uso de la imaginación.

El hombre se convierte en lo que imagina. Él tiene una historia auto-determinada. La Imaginación es el camino, la verdad, la vida revelada.

No podemos encontrar la verdad con la mente lógica. Donde el hombre natural de los sentidos ve a un capullo, la imaginación ve una rosa totalmente florecida.

La verdad no puede ser contenida por hechos.

A medida que despertamos en la vida imaginativa, descubrimos que imaginar una cosa es hacerla en hecho, que un verdadero juicio no debe conformarse con la realidad externa a la que se relaciona.

El hombre imaginativo no niega la realidad del mundo externo de los sentidos de Lo Que Será, pero él sabe que el mundo interno de Imaginación continua, es la fuerza por la cual el mundo externo de los sentidos de Lo Que Será se manifiesta. Él ve al mundo externo y todos sus acontecimientos como proyecciones del mundo interno de la Imaginación.

Para él, todo es una manifestación de la actividad mental que sucede en la imaginación del hombre, sin que el razonable hombre de los sentidos esté al tanto de ello.

Pero se da cuenta que cada hombre debe hacerse consciente de su actividad interna y ver la relación entre el mundo interno causal, de Imaginación y el mundo externo de los sentidos, de efectos.

Es una cosa maravillosa descubrir que puedes imaginarte a ti mismo en el estado de tu deseo cumplido y escapar de la cárcel que construye la ignorancia.

El Hombre Real es una Magnifica Imaginación.

Es este Yo el que debe ser despertado.

Despiértate, tú que duermes, levántate de entre los muertos, y te alumbrará Cristo. Efesios 5: 14

En el momento en que el hombre descubre que su imaginación es Cristo, él logra hechos que en este nivel solo pueden ser llamados milagrosos. Pero hasta que el hombre tenga el sentido de Cristo como su Imaginación,

“No me escogieron ustedes a mí, sino que yo los escogí a ustedes”, Juan 15: 16

Él verá todo en pura objetividad sin ninguna relación subjetiva.

Sin darse cuenta que todo con lo que él se encuentra es parte de él mismo, se rebela contra la idea de que él eligió las condiciones de su vida, que están relacionadas por afinidad a su propia actividad mental.

El hombre debe firmemente creer que la realidad yace dentro de él y no fuera.

Aunque otros tengan cuerpos, una vida propia, su realidad está arraigada en ti, termina en ti, como la tuya termina en Dios.


CAPITULO 2

INSTRUCCIONES SELLADAS


El primer poder que nos encuentra en el umbral del dominio del alma, es el poder de la Imaginación.
Dr. Franz Hartmann


La primera vez que me enteré del poder, naturaleza y función redentora de la imaginación fue a través de las enseñanzas de mi amigo Abdullah; y por subsecuentes experiencias, aprendí que Jesús era el símbolo de la venida de la imaginación al hombre, que la prueba de Su Nacimiento en el hombre era la habilidad individual de perdonar el pecado, es decir, su habilidad de identificarse a él mismo o a otro con su objetivo de vida.

Sin la identificación del hombre con su objetivo, el perdón de pecados es una imposibilidad, y solamente el Hijo de Dios puede perdonar pecado.

Por lo tanto, la habilidad del hombre de identificarse a sí mismo con su objetivo, aunque la razón y sus sentidos lo nieguen, es prueba del nacimiento de Cristo en él.

Rendirnos pacíficamente a las apariencias e inclinarnos ante la evidencia de los hechos, es confesar que Cristo no ha nacido en ti.

Aunque esta enseñanza me chocó y me repeló al principio – porque era un Cristiano convencido y serio, y en ese entonces no sabía que el Cristianismo no podía ser heredado por mero accidente de nacimiento sino que debe ser conscientemente adoptado como un camino de vida – más tarde, se apropió de mí entendimiento a través de visiones, revelaciones místicas y experiencias prácticas, y descubrí su interpretación en un sentido más profundo. Pero debo confesar que son momentos difíciles cuando esas cosas que siempre dimos por sentado son sacudidas.

¿Ves todos estos grandiosos edificios? —Contestó Jesús—. No quedará piedra sobre piedra; todo será derribado. Marcos 13: 2

Ni una piedra de entendimiento literal quedará luego de tomar el agua de entendimiento psicológico.

Todo lo que fue construido por religión natural, será lanzado a las llamas del fuego mental. Aun así, ¿Qué mejor manera existe para entender a Cristo Jesús que identificar el personaje central de los Evangelios con la imaginación humana – sabiendo que, cada vez que ejercitas tu imaginación de manera amorosa para otro, tu estas literalmente mediando a Dios en hombre y por lo tanto alimentando y vistiendo a Cristo Jesús y que, cuando imaginas maldad contra otro, tu estas literalmente golpeando y crucificando a Cristo Jesús?

Toda Imaginación del hombre es, o la copa de agua fría, o la esponja de vinagre a los labios secos de Cristo.

Ninguno de ustedes imagine el mal en sus corazones en contra de su vecino, advirtió el profeta Zacarías
(8: 17)

Cuando el hombre presta atención a este consejo, despertará del sueño impuesto en Adán a la completa consciencia del Hijo de Dios. Él está en el mundo, y el mundo fue hecho por Él, y el mundo no lo conoce (Aprox. Juan 1: 10) Imaginación Humana.

Me pregunté a mí mismo muchas veces “Si mi imaginación es Cristo Jesús y todas las cosas son posibles para Cristo Jesús, ¿todas las cosas son posibles para mí?

A través de la experiencia, llegué a la conclusión de que, cuando me identifico a mí mismo con mi objetivo en la vida, entonces Cristo está despierto en mí.

Cristo es suficiente para todas las cosas. “Toda la plenitud de la divinidad habita en forma corporal en Cristo; y en él, que es la cabeza de todo poder y autoridad, ustedes han recibido esa plenitud.” Colosenses 2: 9,10; “Mi gracia es suficiente para ti”, 2 Corintios 12: 9)

Por eso me ama el Padre: porque entrego mi vida para volver a recibirla. Nadie me la arrebata, sino que yo la entrego por mi propia voluntad. Juan 10: 17,18

Qué alivio es saber que todo lo que yo experimento es un resultado de mi propio estándar de creencias; que yo soy el centro de mi propia red de circunstancias y que cuando yo cambio, ¡así debe cambiar mi mundo externo!

El mundo presenta diferentes apariencias de acuerdo a como nuestros estados de conciencia difieran.

Lo que vemos cuando estamos identificados con un estado no puede ser visto cuando ya no estamos fusionados a él.

Por estado, me refiero a todo lo que el hombre cree y consiente como verdadero.

Ninguna idea presentada a la mente puede realizarse a sí misma a menos que la mente la acepte.

Dependerá de la aceptación, el estado con el que nos identificamos, como las cosas se presentan. En la fusión de la imaginación y estados es donde se encuentra la formación del mundo como se ve. El mundo es una revelación de estados que han sido fusionados con la imaginación. Es el estado desde donde pensamos que determina el mundo objetivo en el que vivimos. El hombre rico, el hombre pobre el hombre bueno, el ladrón, son lo que son por virtud de los estados desde donde ven al mundo. En la distinción entre estos estados depende la distinción entre los mundos de estos hombres. Individualmente, es tan diferente este mismo mundo. No son las acciones y comportamiento del hombre bueno lo que debe ser correspondido sino su punto de vista.

Reformas externas son inútiles si el estado interno no es cambiado.

El éxito es ganado no por imitar las acciones externas de los exitosos pero por las correctas acciones internas y por las conversaciones internas.

Si nos desconectamos de un estado, y podemos hacerlo en cualquier momento, las condiciones y circunstancias a las que esa unión les dio vida, desaparecen.

Fue en el otoño de 1933 en la ciudad de Nueva York que me acerqué a Abdullah con un problema. Él me preguntó una simple pregunta, “¿Qué es lo que quieres?”

Le dije que quisiera pasar el invierno en Barbados, pero que estaba en bancarrota. Literalmente no tenía un centavo.

“Si te imaginas a ti mismo estando en Barbados”, dijo él, “pensando y viendo el mundo desde ese estado de consciencia en vez de pensar sobre Barbados, tu pasarás el inverno allí.

No debes preocuparte por la manera y los medios en que llegarás allí, porque el estado de consciencia de ya estar en Barbados, si lo ocupas con tu imaginación, concebirá los mejores medios adecuados para realizarse a sí mismo.”

El hombre vive para encomendarse a sí mismo a estados invisibles, fusionando su imaginación con aquello que conoce como diferente a sí mismo, y en esta unión el experimenta el resultado de esa fusión. Nadie puede perder lo que tiene, salvo por desconexión del estado donde las cosas experimentadas tienen su vida natural.

“Debes imaginarte a ti mismo justo dentro del estado del deseo cumplido”, Abdullah me dijo, “y caer dormido viendo el mundo desde Barbados”.

El mundo que describimos por observación debe ser como lo describimos relativo a nosotros mismos.

Nuestra imaginación nos conecta con el estado deseado.

Pero debemos utilizar la imaginación magistralmente, no como un observador de afuera pensando sobre el final, pero como un participante pensando desde el final.

Debemos estar realmente allí en la imaginación.

Si hacemos esto, nuestra experiencia subjetiva será realizada objetivamente.

“esto no es mera fantasía”, me dijo él, “pero una verdad que puedes probar con la experiencia.”

Su recurso de entrar en el deseo cumplido era el secreto de pensar desde el final. Cada estado está allí como “mera posibilidad” mientras pienses en él, pero es súper poderosamente real cuando piensas desde él. Pensar desde el final, es el camino de Cristo.

Comencé ahí mismo, fijando mis pensamientos más allá de los límites de los sentidos, más allá de ese aspecto que mi estado presente dio vida, hacia el sentimiento de ya estar en Barbados y viendo el mundo desde esa perspectiva.

Él enfatizó la importancia del estado desde el cual el hombre ve al mundo mientras cae dormido. Todos los profetas claman que la voz de Dios es mayormente oída por el hombre en sueños.

En un sueño, en una visión nocturna, cuando un sueño profundo cae sobre los hombres, mientras dormitan en sus lechos, entonces El abre el oído de los hombres, y sella su instrucción. Job 33: 15,16

Esa noche, y por varias noches siguientes, me dormí en la asunción de que estaba en la casa de mi padre en Barbados. Al término de un mes, recibí una carta de mi hermano, diciendo que tenía un fuerte deseo de tener a toda la familia junta para Navidad y pidiéndome que utilice el ticket incluido de barco para ir a Barbados. Navegué dos días después de que recibí la carta de mi hermano y pasé un hermoso invierno en Barbados

Esta experiencia me convenció de que el hombre puede ser lo que sea que le plazca si hace esta idea habitual y si vive desde el final.

También me ha mostrado de que ya no puedo ponerme excusas al echarle la culpa al mundo de las cosas externas – que mi bondad o maldad no tienen dependencia salvo por mí mismo – que depende del estado desde el cual vea al mundo como las cosas se presenten a sí mismas.

El hombre, que es libre en sus elecciones, actúa desde conceptos que él elige libremente, pero no siempre sabiamente. Todo estado concebible está esperando que lo elijamos y ocupemos, pero no hay racionalización posible que nos moldee hasta ese estado de conciencia, que es lo único que vale la pena tener.

La imagen imaginativa es la única cosa que hay que buscar.

El fin de la imaginación es crear en nosotros “el espíritu de Jesús”, que es perdón continuo de pecado, identificación continúa del hombre con su ideal.

Solo al identificarnos con nuestro objetivo podemos perdonarnos a nosotros mismo de haber fallado. Todo lo demás es trabajo en vano. En este camino, a cualquier lugar o estado al que le atribuyamos nuestra imaginación, también a ese lugar o estado gravitaremos físicamente.

En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no fuera así, os lo hubiera dicho; porque voy a preparar un lugar para vosotros. Y si me voy y preparo un lugar para vosotros, vendré otra vez y os tomaré conmigo; para que donde yo estoy, allí estéis también vosotros. Juan 14: 2,3

Al dormir en la casa de mi padre en mi imaginación tal como si durmiera allí en la carne, yo fusioné mí imaginación con ese estado y fui obligado a experimentar ese estado en la carne también.

Este estado era tan vívido para mí, que podría haber sido visto en la casa de mi padre si alguien sensible hubiera entrado en la habitación donde en mi imaginación yo estaba durmiendo. Un hombre puede ser visto donde este con su imaginación, ya que un hombre debe estar donde su imaginación esta, porque su imaginación es él mismo. Esto lo sé por experiencia, ya que yo he sido visto por algunos que quería que me vean, cuando físicamente me encontraba a cientos de millas de distancia.

Yo, por la intensidad de mi imaginación y sentimiento, imaginándome y sintiéndome a mí mismo estando en Barbados en vez de meramente pensar en Barbados, atravesé el gran Atlántico para influenciar a mi hermano en que desee mi presencia para completar el círculo familiar en Navidad.

Pensar desde el final, desde el sentimiento de mi deseo cumplido, fue la fuente de todo lo que ocurrió como causa externa, como el impulso de mi hermano de enviarme un ticket de barco; y también fue la causa de todo lo que apareció como resultados.

En Ideas del Bien y el Mal, W.B. Yeats, describiendo algunas experiencias similares a la mía, escribe:

Si todos los que describieron eventos como estos no hubieran soñado, deberíamos reescribir nuestras historias, ya que todos los hombres, ciertamente todos los imaginativos, deben estar por siempre lanzando encantamientos, glamour, ilusiones: y todos los hombres, especialmente los tranquilos que no tengan una vida poderosamente egoísta, deben estar continuamente pasando por debajo de su poder.
Imaginación determinada, pensar desde el final, es el principio de todos los milagros.

Quisiera darte una inmensa creencia en milagros, pero un milagro es solo un nombre dado por aquellos que no tienen conocimiento del poder y función de la imaginación sobre los trabajos de la imaginación.

Imaginarse a uno mismo con el sentimiento del deseo cumplido es el medio por el cual se entra a un nuevo estado. Esto le da al estado, la cualidad de ser-ismo.

Hermes nos dice:

Aquello que es, es manifestado; aquello que ha sido o que será, no es manifestado, pero está muerto; porque el Alma, la actividad eterna de Dios, anima todas las cosas.

El futuro debe convertirse en el presente en la imaginación de aquel que sabiamente y conscientemente crea circunstancias.

Debemos traducir “visión” a Ser, “pensar en” a “pensar desde”. La imaginación debe centrarse en algún estado y ver el mundo desde ese estado. Pensar desde el final es una percepción intensa del mundo del deseo cumplido.

Pensar desde el estado deseado es vivir creativamente.

La ignorancia de esta habilidad de pensar desde el final es esclavitud.

Es la raíz de toda esclavitud a la que el hombre está sujeto. El rendirse pasivamente a la evidencia de los sentidos subestima las capacidades del Ser Interior.

Una vez que el hombre acepta pensar desde el final como el principio creativo en el cual él puede cooperar, entonces es redimido de la absurdidad de tratar de lograr su objetivo con tan solo pensar en él.

Construye todos los finales de acuerdo a la forma del deseo cumplido.

Toda la vida es el apaciguamiento del hambre, y los infinitos estados de conciencia desde los cuales el hombre puede observar al mundo, son tan solo medios para satisfacer ese hambre.

El principio por el cual cada estado es organizado, es algún tipo de hambre para elevar la pasión para la auto-gratificación hacia estados altos y más altos de experiencia.

El deseo es el impulso primario de la maquinaria mental. Es una bendición. Es un derecho y un antojo natural el cual tiene un estado de consciencia como su derecho y su satisfacción natural.

Pero una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante, prosigo hacia la meta para obtener el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Filipenses 3: 13,14.

Es necesario tener un objetivo en la vida. Sin objetivo, deambulamos. “¿Qué es lo que quieres de mí?” (¿Qué deseas que haga por ti? Lucas 18: 41) es la pregunta implícita que más seguido pregunta la figura central de los Evangelios. Al definir tu objetivo, debes quererlo.

Como el ciervo anhela las corrientes de agua, así suspira por ti, oh Dios, el alma mía. Salmos 42: 1

Es la falta de esta dirección pasional hacia la vida, lo que hace que el hombre falle en lograrlo.

La distancia del puente entre deseo – pensar en – y satisfacción – pensar desde – es lo más importante.

Debemos movernos mentalmente desde pensar en el final, a pensar desde el final.

Esto es algo que la razón nunca podría hacer. Por su naturaleza, está restringida a la evidencia de los sentidos; pero la imaginación, al no tener limitaciones, puede hacerlo.

El deseo existe para ser gratificado en la actividad de la imaginación.

A través de la imaginación, el hombre escapa de la limitación de los sentidos y la esclavitud de la razón.

No hay quien detenga al hombre que pueda pensar desde el final. Nada puede detenerlo. El crea los medios y crece hasta salir de sus limitaciones, hacia las mansiones grandes y más grandes del Señor.

No importa lo que él ha sido o lo que es. Todo lo que importa es “¿Qué es lo que quiere?”

Él sabe que el mundo es una manifestación de la actividad mental que sucede dentro de él, entonces se esfuerza para determinar y controlar los finales desde los que él piensa.

En su imaginación, él mora en el final, confiado de que también morará allí en la carne.

Él pone toda su confianza en el sentimiento del deseo cumplido y vive comprometido a ese estado, porque el arte de la fortuna es tentarlo a que así viva.

Como el hombre en la piscina de Bethesda, que está listo para el movimiento del agua de la imaginación.

Sabiendo que cada deseo es el grano maduro para aquél que sabe cómo pensar desde el final, él es indiferente a la mera probabilidad razonable, y confía en que, con continua imaginación, sus asunciones se materializarán en hechos.

Pero como persuadir a los hombres en todos lados que pensar desde el final es la única manera de vivir, como promoverlo en cada actividad del hombre, como revelarlo como la plenitud de la vida y no la compensación del decepcionado: ese es el problema.

La vida es algo controlable.

Tu puedes experimentar lo que se te plazca una vez que te des cuenta que tú eres Su Hijo, y que eres lo quieres por virtud del estado de consciencia desde el cual piensas y ves al mundo.

Hijo mío, tú siempre has estado conmigo, y todo lo mío es tuyo. Lucas 15: 31


CAPITULO 3

AUTOPISTAS DEL MUNDO INTERNO


Y los hijos luchaban dentro de ella… Y el SEÑOR le dijo: Dos naciones hay en tu seno, y dos pueblos se dividirán desde tus entrañas; un pueblo será más fuerte que el otro, y el mayor servirá al menor. Génesis 25: 22,23


La Dualidad es una condición de la vida. Todo lo que existe es dual. El hombre es una criatura dual con principios contradictorios incluidos en su naturaleza. Hacen guerra dentro de él y presentan actitudes de la vida que son antagonistas. Este conflicto es la eterna iniciativa, la guerra en el cielo, la lucha de nunca acabar entre el más joven u hombre interior de imaginación, reafirmando Su Supremacía sobre el más viejo o externo hombre de los sentidos.

Los primeros serán los últimos y los últimos serán los primeros. Mateo 19: 30

Este que es, quien viene después de mí, es preferido ante mí. Juan 1: 27

El segundo Hombre es el Señor de los Cielos. 1 Corintios 15: 47

El hombre comienza a despertar a la vida imaginativa en el momento en que siente la presencia de otro ser dentro de él.

En tus miembros yacen dos naciones. Razas rivales desde nacimiento; una ganará dominio. La más joven a la más vieja reinará.

Hay dos centros distintivos de pensamiento o perspectivas en el mundo que posee cada hombre. La Biblia habla de estas dos perspectivas como natural y espiritual.

Pero el hombre natural no acepta las cosas del Espíritu de Dios, porque para él son necedad; y no las puede entender, porque se disciernen espiritualmente. 1 Corintios 2:14

El cuerpo interno del hombre es tan real en el mundo subjetivo como su cuerpo físico externo es real en el mundo de realidades externas, pero el cuerpo interno expresa una parte más fundamental de la realidad.

El cuerpo interno que existe en el hombre debe ser conscientemente ejercitado y dirigido.

El mundo interno de pensamiento y sentimiento con el que el cuerpo interno está en sintonía tiene su propia estructura real y existe en su propio espacio elevado.

Hay dos tipos de movimientos, uno que va en relación con el cuerpo interno y otro que va en relación con el cuerpo externo. El movimiento que va en relación al cuerpo interno es causal, pero el movimiento externo es bajo compulsión. El movimiento interno determina el externo, al cual está sujeto, trayendo hacia lo externo un movimiento que es similar a las acciones del cuerpo interno. El movimiento interno es una fuerza por la cual todos los eventos han de suceder. El movimiento externo está sujeto a la compulsión aplicada por el movimiento del cuerpo interno.

Cuando las acciones del cuerpo interno se igualan a las acciones que lo externo debería tomar para apaciguar el deseo, ese deseo se realizará.

Construye mentalmente un drama que implique que tu deseo es realizado y has uno que involucre movimiento de uno mismo. Inmoviliza tu cuerpo físico externo. Actúa precisamente como si estuvieras por tomar una siesta, y comienza la acción predeterminada en la imaginación.

Una representación vívida de la acción es el comienzo de la acción. Luego, mientras te vas quedando dormido, imagínate conscientemente dentro de la escena. No importa la duración de lo que duermas, una pequeña siesta ya es suficiente, pero llevar la acción hasta quedarse dormido materializa la fantasía a la realidad.

Al principio tus pensamientos pueden ser como ovejas sueltas que no tienen pastor. No te desesperes. Si tu atención deambula setenta veces siete, tráela de nuevo setenta veces siete a su predeterminado curso, hasta que por mero cansancio siga al camino señalado. Al viaje interno nunca debe faltarle dirección. Cuando tomas tu ruta interna, es para hacer lo que hiciste mentalmente antes de que comenzaras. Vas por el premio que ya has visto y aceptado.

En la Ruta a Xanadu, el profesor John Livingston Lowes dice:

Pero por largo tiempo he tenido el presentimiento, que este estudio ha transformado en convicción, de que Fantasía e Imaginación no son dos poderes, sino uno. La distinción válida que existe entre ellos yace, no en los materiales que operan, pero en el grado de intensidad del poder operante en sí. Trabajando en alta tensión, la energía imaginativa ensambla y transmuta; con menos intensidad, la misma energía engloba y ancla juntas esas imágenes que en su más alto tono, las fusiona indisolublemente en una.

La fantasía ensambla, la imaginación fusiona.

Aquí tienen una aplicación práctica de esta teoría. Un año atrás, una chica ciega que vivía en la ciudad de San Francisco se encontró con un problema de transportación. Un cambio en la ruta de los autobuses la forzó a hacer tres transferencias entre su casa y su oficina. Esto alargó su viaje de quince minutos a dos horas y quince minutos. Ella pensó seriamente en este problema y llegó a la conclusión de que un auto sería la solución. Ella sabía que no podía conducir un auto pero sintió que podría ser llevada en uno. Poniendo esta teoría a la práctica, que “cuando las acciones del ser interior corresponden a las acciones que lo exterior que el ser físico debe tomar para calmar al deseo, ese deseo debe ser realizado”, ella se dijo a sí misma “Me sentare aquí e imaginaré que estoy siendo conducida a mi oficina”.

Sentada en su living, comenzó a imaginarse estando sentada en un auto. Ella sintió el ritmo del motor. Se imaginó que olía el olor de gasolina, sintió el movimiento del auto, tocó la manga del conductos y sintió que el conductor era un hombre. Sintió el auto frenar, y dirigiéndose hacia su compañero dijo “Muchas gracias Señor”.

A lo que él respondió “El placer es todo mío”.

Luego ella salió del auto y escuchó el golpe de la puerta mientras ella lo cerraba.

Ella me dijo que centró su imaginación en estar en ese auto y, aunque era ciega, veía la ciudad desde su viaje imaginario. Ella no pensó sobre el viaje. Ella pensó desde el viaje y todo lo que implicaba. Este viaje controlado y subjetivamente dirigido con propósito, elevó su imaginación a su máxima potencia. Ella mantuvo su propósito siempre primero, sabiendo que había cohesión en su movimiento interno con propósito. En estos viajes mentales debe hacer una continuidad emocional sostenido – La emoción del deseo cumplido. Expectativas y deseo eran tan intensamente unidas que pasaron directo desde el estado mental al acto físico.

El ser interior se mueve a través del curso predeterminado de mejor manera, cuando las emociones colaboran. El ser interior debe ser disparado, y la mejor manera de dispararlo es a través de pensamientos de grandes obras y ganancia personal. Debemos tener placer en nuestras acciones.

En dos días consecutivos, la chica ciega tomó su viaje imaginario, dándole todo el gozo y viveza sensorial de la realidad. Unas horas después de su segundo viaje imaginario, un amigo le cuenta sobre una historia que leyó en el diario de la tarde. Era la historia de un hombre que estaba interesado en los ciegos. La chica ciega lo llamó y le contó su problema. Al siguiente día, en su camino a casa, él paró en un bar y mientras estuvo allí sintió la urgencia de contarle la historia de la chica ciega a su amigo, el dueño. Un perfecto extraño, al escuchar la historia, se ofreció en llevar a la chica ciega a su casa todos los días. El hombre que contó la historia le dijo, “Si tú la llevas a su casa, yo la llevaré al trabajo”.

Esto fue hace un año, y desde ese día, la chica ciega ha sido llevada hacia y desde su oficina por estos dos caballeros. Ahora, en vez de perder dos horas y quince minutos en tres autobuses, ella llega a su oficina en menos de quince minutos. Y en ese primer viaje a su oficina, ella se dirigió a su buen Samaritano y dijo “Muchas gracias señor”; a lo que él respondió “El placer es todo mío”.

Por lo tanto, los objetos de su imaginación eran para ella las realidades para las cuales la manifestación física fue tan solo el testigo.

El principio animador determinante fue el viaje imaginario. Su triunfo puede ser una sorpresa solo para aquellos que no sabían de su viaje interno. Ella vio mentalmente al mundo desde este viaje imaginario con tal claridad de visión que cada aspecto de la ciudad era identificado.

Estos movimientos internos no solo producen movimientos externos correspondientes: esta es la ley que opera debajo de todas las apariencias físicas.

Aquel que practica estos ejercicios de bilocación desarrollará poderes inusuales de concentración y quietud, e inevitablemente logrará una conciencia despertante en el mundo interno y dimensionalmente más grande.

Realizándolo fuertemente, ella cumplió su deseo, porque al ver la ciudad desde el sentimiento de su deseo cumplido, alcanzó el estado deseado y se lo pidió a ella misma lo que los hombres dormidos le piden a Dios.

Para realizar tu deseo, una acción debe comenzar en tu imaginación, aparte de la evidencia de los sentidos, involucrando el movimiento del ser e implicando el cumplimiento de tu deseo. Cualquiera que sea el momento en que la acción del ser externo tome lugar para apaciguar al deseo, ese deseo se realizará.

El movimiento de cada objeto visible es causado no por cosas externas del cuerpo, pero por cosas dentro de él, que operan desde adentro hacia afuera.

El viaje está dentro de ti. Tú viajas a través de las autopistas del mundo interno. Sin movimiento interno, es imposible generar nada. La acción interna es sensación introvertida. Si construyes un drama mental que implique que ya has realizado tu objetivo, entonces cierra los ojos y lanza tus pensamientos internos, centrado tu imaginación todo el tiempo en la acción predeterminada y se partícipe de la acción, entonces te convertirás en un ser auto-determinado.

La acción interna ordena a todas las cosas de acuerdo a la naturaleza propia.

Pruébalo, y ve si un ideal deseable es posible una vez formulado, ya que solo por medio de este proceso de experimentación puedes realizar tus potenciales.

Es así que este principio creativo es realizado. Entonces la clave para vivir con propósito es centrar tu imaginación en la acción y sentimiento del deseo cumplido con tal consciencia, tal sensibilidad, que tú inicias y experimentas movimiento a través del mundo interno.

Las ideas solo actúan si son sentidas, si despiertan el movimiento interno. El movimiento interno es condicionado por auto-motivación, el movimiento externo por compulsión.

Yo les entregaré a ustedes todo lugar que toquen sus pies. Josué 1: 3

Y recuerda, El Señor tu Dios está en medio de ti, poderoso. Sofonías 3:17



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