
Algunos de ustedes ya saben que la
evolución del Elohim es a través del Reino Elemental. EL-E-MENTAL,
significando MENTE DE DIOS. Cada uno de Nosotros comenzó como
pequeños seres Elementales perteneciendo a sistemas diferentes, galaxias
diferentes, en épocas diferentes.
Yo era Uno entre aquellos
Elementales quienes siguieron el orden exacto de Creación. Ustedes han visto la
Luz Elemental universal llenando la atmósfera, esos diminutos electrones que
parecen estar yendo a ningún lugar precisamente moviéndose rápidamente aquí y
allá en la luz del sol. Comprendan, cuando uno es creado al principio por Dios,
existe una liberación completa justamente para disfrutarla uno mismo. Hace
mucho, mucho tiempo, yo fui uno de esos Elementales moviéndome rápidamente aquí
y allá en mi universo cuando quiera que lo sentía, uniéndome a algún rayo de
luz proyectado por algún ser de quien escasamente era conocedor. A veces,
cabalgaba sobre un gran rayo de aquella luz que estaba destinada a convertirse
en parte de una estrella o en parte de alguna otra creación divina preciosa.
No tenía responsabilidades ni
tampoco obligaciones. Entonces, repentinamente, un día llegó un sentimiento
dentro de mí, de que yo quería ser una parte consciente de la creación. Cuando
esto toma lugar dentro de cualquiera, significa que la actividad del primer
rayo ha nacido dentro de ellos, VOLUNTAD para HACER, así fue conmigo. Luego
busque a alguien que supiera decirme precisamente qué hacer, y cuando hube
encontrado a tal ser, se me dijo que, sí me preocupaba de ir a cierto templo de
la naturaleza, podría aprender cómo construir formas, quizás una flor. Para
hacer esto, junto con otros de igual intención, tenía que aprender a sostener
el pensamiento forma mostrado a nosotros sobre el altar del Deva presidiendo,
nuestro Instructor. Después de enrolarme yo mismo como un estudiante en ese
Templo de la Naturaleza, mi primera tarea fue construir una FLOR AMARILLA de
cinco pétalos, ¡y nunca lo olvidaré! Oh, debe haber habido un par de cientos de
nosotros en la clase, todos tan absolutamente irresponsables como yo mismo.
Podíamos oír la hermosa música fuera del Templo; el aire era tan precioso y
fresco; bellos seres de Luz pasando por la atmósfera, fuera de las ventanas y
el sostenimiento del patrón de esa flor se hacía muy monótono, puedo
decírselos.
Sin embargo, el Deva justamente se
paraba allí sobre el altar, y desde Él mismo, exteriorizaba el patrón de esta
flor que nosotros debíamos aprender a crear. Él trataba de atraer la atención
de nuestros pensamientos y focalizarlos sobre esa flor. Pronto encontré que
solo la Voluntad para hacer no era suficiente; se deben seguir los otros seis
pasos de la creación para perfeccionar la actividad. Entonces, de repente,
llegó a mi mente la PERCEPCIÓN, y pensé: Sí, esto es parte de la creación, y
percibí, al menos lo que el Deva quería que yo tratara de hacer. Hasta ese
momento, sólo disfrutaba la fragancia y color y la simetría de la flor, no
sentía que quería hacer ninguna cosa más que eso, acerca de esto. A medida que
ese sentimiento de percepción tomaba posesión dentro de mí, yo trataba
conscientemente. Oh, pero esa primera forma que intenté crear, era ciertamente
distorsionada, era un poco cuadrada, no tenía suficientes pétalos, tampoco
tenía la fragancia correcta. Adicionalmente, justamente, tan pronto como le
quitaba mi atención, la forma se iba; ahora bien, algunos en la clase todavía
no estaban muy concentrados en su atención y aún estaban revoloteando a su
alrededor. Sin embargo, a aquellos de nosotros a quienes realmente les
importaba el asunto, finalmente nos movimos hacia el frente del salón, más
cerca al altar.
Bien. A medida que continuábamos
absorbiendo la instrucción y tratábamos una y otra vez; finalmente, un día la
pequeña flor amarilla apareció en mis manos, ¡y yo estaba muy feliz! Esta vez,
tenía el número correcto de pétalos, el color correcto y la fragancia correcta
para mi flor, pero... ¡Dios mío! Justamente cuando estaba a punto de
presentársela al Deva, uno de los Arcángeles pasó por la ventana y mi atención
siendo atraída por su magnificente luz, abandonó a la flor por un instante.
Cuando miré de vuelta a mi mano, la flor se había ido. Justamente, falta de
Concentración. ¿Comprenden?
Ahora bien, éstos Devas no hablan
en lo absoluto; Ellos dan toda su instrucción a través de radiación, y nuestro
Deva Instructor nos sugirió que, si queríamos crear esas flores
conscientemente, podríamos aumentar la belleza y perfección a alguna primavera
en algún precioso planeta que el Elohim encargado de ese planeta fuera a
embellecer para la bendición de una evolución de almas vivientes.
Cuando pensé en esto, el Amor por
el esfuerzo nació en mí. Sentí que quería hacer esa pequeña flor perfecta lo
suficiente, con suficiente fragancia, suficiente belleza y hacerla duradera lo
suficiente como para bendecir realmente alguna parte de vida.
Ese era el tercer aspecto de la
Divinidad, AMOR. ¿Comprenden? Luego me olvidé de mí mismo y de la distracción
de aquellos que estarían afuera, entonces realmente quise crear esa flor, y
permanecí con ésta. ¿Qué pasó luego? Recibí una tarea. Los Devas no asignan a
alguien la tarea de siquiera llegar a hacer una flor de manzana, hasta que
Ellos sepan que ustedes permanecerán con esa tarea suficiente tiempo como para
completarla.
En mi nueva tarea, pienso que había
cerca de setecientos de nosotros, dirigidos para adornar un árbol grande (Entre
paréntesis, la flor amarilla que debía crear no crece en su tierra, tampoco tal
árbol, quizás algún día crecerá).
Aquí vino otra lección que no
aprendí de una vez; nuestro Instructor nos recordó que cuando fuéramos a ese
planeta con el gran Deva del Árbol a ser formado, veríamos toda clase de
árboles diferentes. Él nos advirtió vigilar y ver que nuestra flor individual a
ser creada, no se convirtiera justamente en aquello que viéramos en algún otro
arbusto o árbol. Yo olvidé su admonición, y ¡sí que lo hice! Vi flores rosadas,
azules y blancas; para el momento que estaba mirándolas enteramente a todas, no
tenía nada definido de la mía en mi mente, y, por lo tanto, no tuve
manifestación. Entonces aprendí la cuarta lección: la PUREZA del sostenimiento
del patrón divino que me había sido dado en el comienzo.
Cuando finalmente regresamos al
salón de clases en nuestro Templo de la Naturaleza, ninguno de nosotros,
quienes nos habíamos perdido afuera, de ninguna manera estuvimos orgullosos de
los logros. Vean, aquellos encargados siempre preparan más Elementales que lo
que Ellos saben serán necesarios para una cierta creación y, por lo tanto, la
creación fue terminada por aquellos que podían hacer el trabajo.
¡Yo no me ofrecí como voluntario
tan rápidamente para la próxima experiencia, puedo decírselos! Sin embargo,
dentro de mí mismo, me decidí a que sostendría el patrón de esa flor amarilla
hasta que la hubiera manifestado en perfección. Finalmente, ni siquiera tuve
que ofrecerme como voluntario. Mi Deva Instructor, con Misericordia, me dijo un
día: -Correcto, puedes salir y tratar de nuevo-. Esta vez, cerré mis ojos, mi
mente y atención a todo, sólo para convertirme en esa flor amarilla.
Sin embargo, quedaba aún más por
recordar para mí; CONSTANCIA, porque permitía que mis pétalos se cayeran antes
de que terminara la primavera. Tuve que aprender la quinta actividad de la
CONSTANCIA Y CONCENTRACIÓN hasta que el Deva me llamara al hogar.
Debido a mi falta de constancia
después de la caída prematura de mis pétalos, me fui a casa un mes entero antes
que los demás. Debo decirles que no entre al Templo durante un buen rato.
Caminaba arriba y abajo-afuera- pero no entraba. Finalmente tuve que entrar
-sepan eso-; donde quiera que estén y lo que se ofrezcan para hacer como
voluntarios deben finalizarlo algún día; es la misma cosa con la humanidad.
Ellos pueden estar divirtiéndose tanto tiempo como deseen y desperdiciar su
tiempo, pero algún día deben finalizar su curso, cumplir su plan Divino.
Temprano, quizá con sus pequeñeces
a rastras, regresarán al cumplimiento de su Plan Divino Original.
Cuando nos reunimos de nuevo
delante del Deva en el templo de la Naturaleza, fui sentado atrás, lejos, en la
última fila. Yo era pequeño de estatura, y pensé que no sería demasiado visto
fácilmente allí; pensando, yo mismo me dije: -Nunca saldré de nuevo, solo
estaré aquí mismo. Sin embargo, después se nos enseñó la lección del RITMO.
Aquí aprendí que tenía que sostener la Pureza de la forma que tenía que
permanecer en mi oficio hasta que fuera liberado por el ser quien me había
enviado fuera. Eso era Constancia. Luego, asombrosamente aprendí que tenía que
salir cada primavera - ¡Dios Mío! - Pensé que yendo una y otra vez todas y cada
una de las primaveras! No intentaré decirles en cuantas primaveras me convertí
en una Flor amarilla. Haciéndolo una vez era una novedad; aún una docena de
veces era divertido, pero ¡cada primavera! Me parecía como un trabajo largo,
tedioso, continuo y severo. OBEDIENCIA, Obediencia, obediencia hasta el final.
El último paso que tuve que
aprender en este proceso de creación, fue el sostener la PAZ. La última vez que
el Deva me dijo que iba a hacer una flor Amarilla de nuevo, ¡casi pierdo el
curso entero! Comprendan - Mientras tanto, otros de mis amigos ya habían
llegado a ser hermosos árboles, arbustos y otras creaciones preciosas, pero yo
era todavía, una pequeña, diminuta flor amarilla.
Así que ven, que tuve que aprender
a sostener la Paz, PAZ en la que me convertí - presten atención - en un esquema
futuro más distante, así que, si ustedes son una de esas pequeñas flores
amarillas, aprendan a sostener su Paz, y, quizás, algún día, serán un Sol de un
sistema. Quien sabe lo que el uso del Libre albedrío de alguien puede hacer.
Por último, en mi viaje final, solo
SOLTÉ. Realmente solté. -Pensé- "Si Dios lo desea, seré esta flor para la
eternidad". Ese fue mi último viaje. Esa entrega absoluta me dio mi
Liberación en ese momento.
Cuando regresé a mi Deva en el
templo de la Naturaleza, Él coronó mi servicio de las edades - ¡Edades,
dije!" con la Victoria. Luego fui graduado al Reino Dévico.
Durante largo, largo tiempo, serví
y trabajé con eficacia incrementándose, hasta que finalmente, tomé la
iniciación del Elohim. Posteriormente, se nos dio la oportunidad, por el
llamado de los amados Helios y Vesta, para Aquellos que se ofrecieran como voluntarios,
para construir para Ellos este querido Planeta Tierra, Yo me uní
voluntariamente a los otros seis Elohims, a prestar ese servicio.
Créanme, lo Sé, Yo pienso que Era
el pupilo más lento de todo el grupo de Elementales con los cuales Me inicié.
Pero una cosa aprendí: SÍ, nada más que debía sostener mi Paz y morar
en la Sabiduría de la Ley.
Les dejo con mis bendiciones; ¡Que
todas sus precipitaciones sean perfectas, sus flores hermosas, y todos sus
esfuerzos Divinos exitosos en Su Nombre!
GRACIAS y Buenos días.
EL AMADO TRANQUILIDAD, EL ELOHIM DEL SEXTO RAYO.