EL TRABAJO PARA ESTAR PRESENTE de LA REALIDAD DEL SER de GURDJIEFF por JEANNE SALZMAN




IV

EL TRABAJO PARA ESTAR PRESENTE



¿Qué comprendo hoy, que necesito comprender?

La comprensión depende de mi estado de ser,
de mi estado de Presencia.

En mí sueño es absurdo pretender que quiero trabajar.
Mi primer esfuerzo es despertarme para ver.

Nuestros esfuerzos para trabajar en la vida son,
ante todo, descubrir cuán lejos estamos de nuestras
posibilidades más elevadas.

En el centro de nuestro trabajo está el deseo de vivir de una
manera más real.

Mi mentira es afirmarme sin tener el sabor de la verdad, el sabor de lo verdadero.

Podemos ser o un esclavo inconsciente o un sirviente
consciente.




EN UN ESTADO TRANQUILO



~ 37. UN CAMINO DE COMPRENSIÓN

El Cuarto Camino es un camino de comprensión que debe ser vivido. Mi comprensión se mide según la manera en que vivo. Existo exactamente según la medida de mi comprensión. No puedo decir que entiendo lo que quiere decir estar presente. No es verdad, porque no lo vivo. Cuando existo de otra manera, sin estar presente, es que hay algo que no comprendo. Pero, tal como soy, nunca lo comprenderé, a menos que una pregunta se levante en mí.

¿Cuál es el esfuerzo que llamamos «trabajar»? ¿Qué es lo que buscamos obtener? ¿Qué comprendo hoy, que necesito comprender? Siempre queremos cambiar algo en nosotros porque no nos gusta. Este no es un punto de partida justo. No está basado sobre la comprensión y lo que no parte de la comprensión no puede ser confiable. ¿Sobre qué comprensión de mí mismo apoyo hoy mi esfuerzo? Sólo me puedo comprometer en la medida de mi comprensión.

La comprensión depende de mi estado de ser, de mi estado de Presencia. Las impresiones conscientes forman la base de la comprensión. Lo que experimente en un momento de conciencia es lo que comprendo. Desafortunadamente no permanezco consciente. En el momento en que mi estado cambia, y mi conciencia disminuye, mi comprensión se pierde. Enseguida es tomada por mi pensamiento asociativo y mis emociones automáticas, mis medios ordinarios que la roban para pretender que es suya y servirse de ella. Hay que conocer este hecho inevitable para no ser engañado. La comprensión es un tesoro precioso que debe entrar como un elemento vivo en el esfuerzo siguiente que yo haga. Si ella entra con claridad, puede dar un impulso que será justo y Llevará a una impresión consciente, a una comprensión nueva. Hay que tener cuidado para no permitir que esa impresión nueva sea traicionada por mis medios ordinarios. De otra manera, será enturbiada y acompañada por asociaciones indeseables.

En el estado ordinario de sueño, de identificación, no podemos saber nada. Cuando estoy tomado, estoy totalmente ausente. No hay nadie allí para ver, para darse cuenta; no hay una partícula de atención libre para ver. En mi estado de sueño es absurdo pretender que quiero trabajar, es imposible. Necesito poner en tela de juicio la ilusión de mí mismo, mi afirmación habitual. Mi primer esfuerzo es despertarme para ver.

No damos suficiente importancia a ese momento de despertar, el momento en que uno se ve tal como es en su sueño. Creemos que despertar significa entrar en otra vida que no tendría nada que ver con la que llevamos. Sin embargo, en realidad, despertar significa ante todo despertar a lo que somos en nuestro sueño. Ver, experimentar el sueño, la identificación. El momento mismo en que emergemos para ver que estamos sumergidos en el sueño, la identificación, es el único momento de donde podría partir un impulso. Allí tengo la oportunidad de despertar; después justifico, miento. En ese instante, me doy cuenta de que mi estado es muy bajo, muy inferior. Me siento concernido y quiero liberarme. Entonces quiero estar presente. Viendo que estoy tomado por mi imaginación, de repente me he despertado como golpeado por una luz. Despierto al tomar conciencia de mi sueño. Veo que tengo la posibilidad de despertar cuando no estoy totalmente tomado. Reconozco allí una posibilidad que es algo muy grande. La mayoría del tiempo rechazo esa posibilidad, y eso es una traición. Podríamos despertar, pero no lo hacemos. Estamos ausentes. Y cuando despertamos vemos que no podemos permanecer presentes. Si no busco conocer la manera en que soy tomado, me quedare en un círculo sin salida. Ver, conocer, se vuelve la meta más importante.

Necesito comprender que puedo poder y que puedo querer; puedo trabajar para estar presente. Necesito querer estar presente y poder permanecer presente. La manera en que me cuestiono, en que busco conocer lo que necesito, es muy importante. No puedo empezar desde un deseo vago que doy por sentado. Tengo que saber qué es lo que hago y por qué lo hago.

~ 38. CADA DÍA

EI sentido de nuestro trabajo, del esfuerzo justo, se ha perdido en el camino. Olvidamos que la necesidad es reconocer y relacionar dos niveles en sí mismos. No vemos los movimientos simultáneos hacia fuera, hacia la manifestación, y hacia dentro, hacia una realidad, la fuente. Son dos tipos de vibraciones. Alimento siempre el sentimiento de mi yo ordinario porque, como un ciego, me quedo pegado al movimiento, a la vibración que me arrastra hacia fuera. Estoy tomado en la vibración de mi actividad del momento y creo que allí está la afirmación de mí mismo. Identificado, estoy perdido en una parte separada de mí mismo, inconsciente del todo. Entonces mi esfuerzo es recordarme, observarme.

Estamos sometidos a la identificación, que es una ley de este mundo, porque no la vemos y no creemos tampoco en otras posibilidades. No podemos salir de ella a menos que nos demos cuenta de que es un estado de sueño y de que podemos despertar a la posibilidad de otra vida en nosotros, una realidad superior en nosotros. Para eso tengo que conocer primero un estado de otra calidad diferente del que experimento todo el tiempo. Solo es posible en un trabajo sentado o «trabajo en calma», en condiciones que estén libres de las demandas de la vida.

Para concentrarme, estoy en un estado sin pasión; mi pensamiento solo tiene un objeto: «Yo». todos mis sentidos están atentos al servicio del conocimiento de mi existencia. Solo esto importa: «existo». Sé que existo. Puedo existir, quiero existir. No necesito si no esto. Porque sé que existo, sé que todo existe alrededor de mí. Todo se levanta y cae, aparece y desaparece. Sin embargo, algo permanece inmóvil detrás de esos movimientos. Hay que tomar conciencia de esto; no quedarse en la superficie, sino concentrarse lo más profundamente posible en un nivel donde apenas penetro, allí donde no se quedarme. Quiero ese conocimiento, tengo el deseo de lo que conoceré, allí, más fuerte que cualquier otra cosa. Es un deseo consciente de oír resonar el sonido que es yo.

Cada día debo dar todo el tiempo que sea necesario, algunas veces más, algunas menos, para llegar a una visión clara de una Presencia interior, una vida en mí, mucho más elevada, mucho más fina que mi cuerpo. Necesito conocer esa Presencia en su realidad misma, que no se limite a la posibilidad que siento algunas veces cuando no soy arrastrado por la vida. Puedo alcanzarla si soy activamente pasivo, lo suficientemente tranquilo para que una energía de otra calidad aparezca y sea contenida en mí. Es un estado de relajación total donde las funciones son enteramente pasivas. Trato de dejar que mis funciones entren en mi presencia. No entro yo en ellas. Ellas entran en mí. Solo la atención es activa, una atención que proviene de todos los centros. Necesito buscar esa Presencia hasta que se vuelva una realidad y ya no pueda dudar de ella.

Esa experiencia se volverá la fundación sobre la cual podré construir mi trabajo. Si cada día vuelvo a esa convicción, a esa certidumbre, estaré en un camino que me permitirá conocer como vivo. Me veré encerrado en el círculo de mis deseos y de mis intereses, llevado por la vida. Pero teniendo cada día la experiencia de mí mismo en otro estado, veré que en realidad puedo escaparme y hasta veré que el circulo no existe.

~ 39. EL CAMINO DE SUBIDA

¿Qué es lo que necesitamos para reencontrar una sensación interior, un sentimiento de realidad? Tenemos que conocer ese camino, aceptando lo que somos y que tal como somos hoy no podemos abrirnos a la realidad en el movimiento de la vida. Debo conocer el camino que tome: el camino de subida y el camino de bajada. Ante todo, aprendo a retirarme, para encontrar en mi algo real que pueda conocer y después regresar hacia la manifestación.

Ante todo, debe tener el deseo de ser diferente del que soy por lo común, el deseo de otra calidad. Estoy completamente vuelto hacia esa percepción de una mejor calidad. Comprendo que mi pensar habitual, mis emociones habituales y mis sensaciones habituales no me lo darán, y renuncio a mi actitud ordinaria y a mi ilusión de mí mismo. No puedo hacer nada. Pero puedo tomar conciencia de la manera en que ocurren las cosas en mí. Sé que hay una posibilidad, una actitud que permitirá la apertura a una energía más alta, pero no soy lo suficientemente consciente de esto. Estar consciente de esto querría decir que todas mis partes tendrían ese conocimiento. Para la apertura a una energía más alta, tengo que estar presente a ella, presente con todos mis centros, Ese acuerdo debe venir de todas las partes de mí mismo. Es como un mundo que se organiza, cada parte debe voluntariamente tomar su lugar.

El obstáculo principal para la conciencia es la mente que divaga. Todo lo que me distrae de mi concentración es mi enemigo. No tengo por qué luchar contra ella, tengo que ignorarla, no alimentarla con mi energía, es decir, con mi atención, Mi pensamiento se mueve demasiado, vibra con todos los choques, porque ingenuamente espero algo de ellos. Los pensamientos siempre presentes comunican ciertas vibraciones que tienen la propiedad de invadir la conciencia del cerebro. Pero ciertos pensamientos, si están presentes, impiden a aquellos traspasar la puerta de la conciencia. Eso muestra que la mente puede ser la causa de mi esclavitud o de mi liberación.

Podemos separarnos de ese amasijo de pensamientos para llegar a la vibración única de un pensamiento con el cual trato de armonizarme: «¿Quién soy yo?» Tras el flujo de pensamientos aparece la percepción continua, silenciosa, de Yo. Entonces no vibro con todos sus choques, si no que permanezco indiferente, no espero nada de ellos. Me adhiero al choque producido por la pregunta «¿Quién?» hasta que todos los otros pensamientos se hayan sometido. No es fácil, pero no me permito descorazonarme o tener miedo. Esta pregunta tiene como meta llevarme a la conciencia. Y no me aferro a la idea de lograrlo. Cualquier idea que se le agregue, hasta la idea de la conciencia, es inútil y hasta nociva. Si otro pensamiento llega, lo reconozco por lo que es y no lo sigo. Mi mente se tranquiliza y adquiere más firmeza, con el poder de conocer sin la participación del pensamiento.

Cuando mi pensamiento está tranquilo, aparece una sensación de energía más sutil, de una Presencia viva en mí. Siento que detrás de mis asociaciones hay una vibración que parte de mi cerebro y circula por mi cuerpo, una corriente de energía en los músculos. La corriente necesaria para una sensación intensa de mí es muy alta, mientras que la que se requiere para cualquier manifestación es mucho menos poderosa. Así, para dejar lugar a esta corriente y cerrar su circuito, extiendo la red de mi atención. La corriente se acumula en las mallas de su red. Mi atención penetra por todas partes. Mis músculos más profundos y más pequeños están relajados, pero solamente hasta cierto punto. Conservan la tensión necesaria para mantener la corriente, ni más ni menos: mas, me separaría de mi cuerpo; menos, dejaría escapar la corriente. Los otros músculos de mi cuerpo están flexibles, libres, sin tensión, listos para ser animados por la corriente menos intensa. La regulación del tono global influencia el ritmo que emite las ideas y puede, por consiguiente, traer consigo una especie de dominio de las asociaciones. Hay una tranquilidad, un sentido interior de la realidad.

EI recuerdo empieza a ser más completo cuando el sentimiento participa de él. Y cuando mi atención está dividida, cuando me siento concernido con mis dos aspectos, el sentimiento no puede sino intervenir, no puede permanecer indiferente. EI sentimiento es tocado por la calidad de mi estado o por la falta de armonía. La energía particular necesaria para el recuerdo solo puede producirse en el momento de un acento muy fuerte del sentimiento. Antes de esto no hay sino una preparación.

~ 40. UN EJERCICIO ES UNA AYUDA TEMPORAL

Cuando me siento a trabajar en calma, sin ser distraído por las influencias que de ordinario actúan en mi vida, puedo tener una actitud justa que incluye mis dos naturalezas. No es lo mismo en la vida, donde estoy sometido a influencias que trasforman por completo las condiciones de mi esfuerzo. Veo la diferencia en las sensaciones de tensión y relajación y veo que la sensación de una Presencia aparece solo en un cuerpo muy relajado. Es como si esa Presencia tuviera dificultad para establecer su orden en el cuerpo. Necesito comprender ese nuevo orden y ver que soy parte de él, que lo deseo, y que, de esa manera, soy más esencialmente yo mismo. Al regresar a mí mismo, hay ejercicios que podría hacer para aclarar la experiencia de la Presencia. Un ejercicio es siempre una ayuda temporal, un medio, para ayudarnos a franquear un umbral que necesitamos franquear. Entonces nos puede ayudar a ver mejor nuestra situación y a comprender el esfuerzo que debemos hacer. Solo puede ser una ayuda cuando lo necesitamos y cuando comprendemos su significado. De otra manera, un ejercicio no nos ayudara en nada y, al contrario, hasta puede impedirnos comprender. Por eso es importante no experimentar de una forma ciega ni hacer un ejercicio que ha sido dado a otros.

Cuando trato de hacer un ejercicio, debo preguntarme por qué lo hago y si realmente lo quiero hacer. Si no, se hará pasivamente y no me ayudará, porque la pasividad nunca engendra comprensión. Al hacer el ejercicio, tengo cuidado sobre todo de trabajar siempre con los tres centros. Si veo que trabajo solo con uno o dos centros, puedo estar seguro de que mi tratar será mecánico o semiconsciente. Solo hay verdadera conciencia cuando trabajo con la misma intensidad en los tres lugares. Si la iniciativa está en una parte -por ejemplo, si el centro de gravedad esta primero en la cabeza y después pasa al plexo solar- es una debilidad, un trabajo imaginario que me lleva al engaño. Si me relajo solo de una manera general es también una debilidad. Sin conciencia, eso no tiene valor. Para comprometerme del todo, mi cabeza se mantiene alerta como un vigilante, mi cuerpo tan sensible a la energía que lo llena que no tiene ninguna tensión involuntaria y el sentimiento siempre consciente de la verdad que vivo. Siento esa energía circulando por mi cuerpo.

Como es difícil tener la sensación de un todo, de lo que soy realmente, empiezo a sentir las diferentes partes de mí cuerpo. Siento la energía más en particular en mi brazo derecho, viviente, fluida. Circula de mi brazo derecho a mi pierna derecha; después a la pierna izquierda y el brazo izquierdo. Y recorro por turnos todos mis miembros, empezando cada vez por uno diferente. Después siento la energía viviente en mi espalda... y en mi cabeza... y en mi plexo solar... y en todo mi cuerpo. «Yo Soy». Puedo intensificar el ejercicio contando con la sensación de cada miembro; por ejemplo: 1,2,3,4 -4,3,2,1; 2,3,4,5 -5,4,3,2; 3,4, 5,6-6, 5,4,3, hasta 9, 10, 11,12- 12, 11, 10,9 y empezar de nuevo en 1. En ese momento trato de no dejarme llevar. Es un momento importante, siento su gravedad. Todo mí futuro depende de lo que voy a conocer ahora. Si cada parte de mi ha mantenido muy bien su iniciativa, siento que el sabor de la verdad es reforzado y que la experiencia de «yo soy “tiene apoyo. La vibración viene de ese esfuerzo consciente. Pero ese sabor desaparecerá más o menos rápido. Para que permanezca por más tiempo, se requiere un cierto pensamiento voluntario. En un estado tranquilo, al final del ejercicio, me pido pensar. Me digo seriamente que lo que he hecho debe quedarse conmigo hasta la próxima vez y que la próxima vez durara más.


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