Una Corriente Especial de La Realidad del Ser de Gurdjieff por Jeanne Salzman




V


CON LOS OTROS


El trabajo es una corriente especial sostenida
por una energía que solo puede ser tocada
por un hombre unido, entero.

Los otros nos son tan necesarios como la enseñanza misma.

La vida es una relación que pide la cooperación.

El trabajo con otros es una condición para vivir
Esta enseñanza.

La enseñanza es el guía. Y solo aquel que se pregunta más
profundamente puede ser responsable de servirla.

El grupo crea una posibilidad para la conciencia,
en la cual lo que damos en el encuentro es
más importante que lo que deseamos conseguir:

Los Movimientos son una forma de vivirla idea de Presencia.


UNA CORRIENTE ESPECIAL



~ 49. DECIMOS QUE ESTAMOS «EN EL TRABAJO»

Decimos que estamos «en el Trabajo». ¿Qué significa esto? El trabajo es una corriente especial sostenida por una energía que solo puede ser tocada por un hombre unido, entero. Es una corriente especial de energía de pensamiento, de sentimiento, de acción. Su vida depende de los individuos que se incorporan a ella; ellos son, cada uno y todos juntos, responsables de lo que le da calidad, lucidez. Un trabajo juntos, una cooperación, son necesarios para producir algo: cómo una cadena de seres que buscan ser más conscientes, y que, con sus esfuerzos, se ayudan unos a otros. Al integrarse a la cadena, cada persona tiene que encontrar su lugar, un lugar que es determinado por su utilidad. Entonces, por sus actitudes y sus acciones, o mantiene y vivifica la cadena en el lugar donde le corresponde ser un eslabón, o cae y deja de participar en ella.

La fuerza de la vida está siempre aquí con su acción continua sobre mí. La fuerza superior esta también aquí, pero no estoy listo para recibirla. Es difícil para uno solo hacer siempre el esfuerzo necesario para acelerar las vibraciones de los centros de manera que las funciones también se aceleren. Esta es la razón por la cual se necesita un grupo. La vida de trabajo en común es necesaria. La vida que surge de esa vibración acelerada común es una ayuda poderosa, un centro de atracción capaz de estremecer, al aportar un choque necesario. La concentración de un cierto número de seres orientados hacia un plano superior constituye un poderoso imán para todos los que se acercan sólo son atraídos, en el mismo movimiento, hacia su órbita o son expulsados como inútiles e inadecuados. Esta es la fuerza de los monasterios y de las iglesias, de los templos y lugares sagrados. Mientras más consciente es la concentración, mayor es la fuerza de atracción. Pero, en un grupo, como en uno mismo, los elementos que participan en esta concentración deben ser de una calidad que se equilibre. De otra manera, el fuego central y la densidad serán débiles y el choque unificador no dará una resonancia suficientemente alta.

Cada paso que damos en nombre del Trabajo añade o elimina una posibilidad para la obra. Querer estar relacionado con el Trabajo significa estar relacionado con aquellos que se sienten responsables frente a él. Esa relación conlleva una obligación, EI primer paso hacia un mejor vinculo es reconocer que no hay una relación consciente entre nosotros y que debemos ir hacia ella. Sino podemos llegar a relacionarnos de manera consciente, no habrá Trabajo en absoluto. Cada paso que damos ahora será como un granito de arena que se agrega a la relación. Sin esto, iremos en la dirección opuesta. Hasta ahora hemos recibido los frutos del trabajo y la energía de quienes nos antecedieron. Ahora la vida del Trabajo depende de nosotros. EI Trabajo no vivirá sin nosotros. Debemos compartir la responsabilidad. Esto requiere un compromiso total con toda nuestra inteligencia y buena voluntad.

El Trabajo podría desempeñar su papel en el mundo de hoy si comprendiéramos la manera, la forma adecuada que corresponde con la situación actual del mundo. Encontraremos resistencia, oposición interior y exterior, pero necesitaremos de esa resistencia. Ella puede ayudarnos a encontrar nuestro lugar, nuestra responsabilidad, por momentos en acuerdo, por momentos sin relación alguna. Hay dos movimientos de los que depende todo: un movimiento esencial en un cierto número de personas, un movimiento creativo dentro de uno mismo, que abre las posibilidades de una acción nueva; y otro movimiento que crea un área de intercambio, un área de relación con un número mayor de personas. La fuerza y la calidad de la corriente que llamamos el Trabajo dependerá de lo que pueda ser vivido y de lo que pueda ser recibido.

~ 50. ¿POR QUÉ JUNTOS?

¿Por qué venimos aquí a trabajar juntos? Sentimos que si no participamos en ciertas condiciones seremos tomados por los hábitos y las circunstancias de la vida en los cuales nos perderemos. Tal vez aquí, juntos, sea posible crear condiciones en las cuales una energía más elevada puede aparecer en nosotros y a nuestro alrededor. Entonces, juntos, seremos responsables de servirla.

Debemos comprender la necesidad de trabajar con los otros, pues ellos nos son tan necesarios como la enseñanza misma. En momentos difíciles, pensamos que sería más fácil trabajar solos …, «no con esta gente, no en estas condiciones …». Esto muestra una falta total de comprensión de este camino, de la necesidad de ver y de liberarnos de nuestra voluntad propia, que no tiene nada que ver con la voluntad real. Tenemos que salirnos del círculo estrecho de los pensamientos y emociones en el que estamos encerrados. Tenemos que escapar para tener la posibilidad de acercarnos a otro mundo y existir de una forma diferente. Sabemos que esto requiere esfuerzos. Nos reunimos porque cada uno de nosotros siente la necesidad de llegar a ser consciente de sí mismo. Mientras sea lo que soy --es decir, mientras piense como pienso y sienta como siento-, no conoceré nada verdadero, nada real. Necesito tomar conciencia de mi manera de pensar y sentir, pues ella condiciona todos mis actos. Solo la percepción de la verdad une. El Trabajo real juntos, la cooperación, vienen de una comprensión común de la verdad, del hecho de que cada uno de nosotros ve la verdad y siente la necesidad de ponerla en acción. La base de este Trabajo no es un acercamiento especial, un método especial o unas condiciones especiales. En primer lugar, es una apertura así mismo y a los demás. La vida es una relación que pide la cooperación. Nos pide que colaboremos, que hagamos cosas juntos, que veamos las cosas juntos, que sintamos y vivamos juntos. Esa cooperación pide la misma intensidad, al mismo nivel y al mismo tiempo; de otra manera no es «juntos».

Cada uno de nosotros esta solo y dentro de sí debe estar solo: solo frente a su comprensión, solo frente al llamado de lo divino y solo frente a lo que es su persona humana. Llego a vincularme con los otros cuando empiezo a reconocer la identidad de mí naturaleza original y a ver que todos tenemos la misma dificultad de hacer que la totalidad de nuestra persona reconozca esa naturaleza original hasta que ella pueda tener un poder de acción sobre nosotros. ¿Cuál podría ser en este momento el sentido de nuestra vida? ¿Cuál podría ser nuestra utilidad? No lo sabemos antes de haber llegado allí. Mientras tanto, hay una energía muy especial que permite la acción de una naturaleza más fina sobre una naturaleza menos sutil. Esa energía tiene el poder de llamar y de atraer de manera irresistible. Esto representa la ayuda verdadera que podríamos darnos unos a otros. Esa es la única ayuda, la única relación verdadera. Toda otra relación decepciona. Pero esa relación tiene que ser asumida. Requiere sinceridad y rigor en todo momento. Todos dependemos unos de otros; somos responsables unos de otros. Lo que uno aporta con su trabajo los otros lo reciben como ayuda, y lo que otro aporta de su inercia u oposición los lleva en otra dirección. Puede que yo comprenda el esfuerzo menos que los demás y puede que algunos titubeen más que otros, pero eso no importa. La dirección común que seguimos es reconocida.

En un nivel más profundo, el trabajo con otros es una condición para vivir esta enseñanza, para representar el drama que Gurdjieff nos dejó. En el camino hacia el nacimiento interior se requiere vigilancia para contrarrestar las fuerzas que actúan contra un verdadero trabajo. La primera es la mentira en la afirmación de sí mismo. Es una prueba decisiva. No debe haber componendas con la verdad. Es por ello que la condición más importante, la más necesaria, es trabajar con un grupo de personas más antiguas, de experiencia y comprensión equiparables, capaz de derribar la escala completamente falsa de valores establecida por la personalidad. Necesitamos ver que en el centro de todo está la monstruosa proliferación de nuestra vanidad nuestro egoísmo, que ocupan todo el espacio. Trabajar juntos sinceramente seria comprender nuestra nulidad y lo que sería una relación humana verdadera.

~ 51. PARA ORGANIZAR

Nuestro trabajo necesita ser organizado. Los esfuerzos accidentales y anárquicos no conducirán a nada. Mis esfuerzos tienen que ser disciplinados y sujetos a reglas, a leyes de un orden diferente al de mi nivel ordinario. Mientras yo no vea esa necesidad imperiosa de someterme a una fuerza más grande que yo, sigo creyendo en mi yo ordinario y no trabajo, no avanzo hacia mi meta. Tengo que reconocer esa necesidad. Después, tengo que ponerme aprueba -poner a prueba mi yo ordinario- en un círculo de vida cuyo interés principal sea el de despertar. Para esto, en ciertos momentos se siente la necesidad de pertenecer a una organización, aun centro cuyos miembros trabajen en la misma dirección. Organizar significa crear un órgano, un organismo con una meta determinada. Como todo organismo, tiene que contener en sí mismo la causa de su aparición y manifestarla en los detalles de su organización y en todos sus resultados. Debe contener el sentido de lo sagrado. Esta dimensión nunca debe estar ausente. En todas sus ramas, sus centros, los efectos de la organización deberían proyectar algo de la intensidad y de la calidad de la causa que los contiene. Aquel que comprende la causa, la percibe en todos sus rasgos. Cada uno de los efectos visibles debe tener tras de sí un fuego de actividad que no es percibido desde el exterior. Es eso lo que produce el milagro, y un organismo del cual el milagro este excluido no es un organismo viviente.

El primer requisito de una organización viviente es juntarse, reunirse. No podemos lograr nada a menos que las condiciones de ese «reunirse» sean justas. Sin impaciencia, sin intelectualismo, sin sentimentalismo, un acontecimiento debe tener lugar. Llamar, ser llamado: la causa es la misma. Necesito escuchar y oír el llamado y encontrar una forma de llamar que sea recibida. Para trabajar juntos se requiere una relación consciente, sostenida por medio de la vigilancia y el abandono de mi voluntad ordinaria. Yo acepto o no acepto esta relación con los otros. En un momento dado, no hay maestros ni alumnos, sólo hay seres que se preguntan y que escuchan. La enseñanza es el guía sólo aquel que se pregunta más profundamente puede ser responsable de servirla. Lo que cada uno de nosotros comprenda depende de su nivel de ser. Debo aprender a conocer mis propias limitaciones y a reconocer a aquellos que tienen una comprensión más amplia.

Yo me considero a mí mismo y a los demás. Ellos me atraen, me agradan, me atemorizan, me amenazan. Pero yo los necesito. Es a través de mis reacciones como aparezco y aparecen los otros, no sólo yo. Tengo que ir de descubrimiento en descubrimiento, mas allá de los juicios, mas allá del mal y el bien, para saber que soy la única energía. La liberación no está ni en el mal ni en el bien. Esta en la desaparición del ego y en la unión con todo y con todos. El mal es la ignorancia; el bien, el despertar. Sin embargo, uno quiere dirigir o ser dirigido a su antojo, juzgar y criticar antes de tratar de comprender. Esta actitud es fundamentalmente falsa. No se trata de querer imponer un orden, sino de entrar en un orden, un orden que existió antes de nosotros. Es ese orden lo que importa, no la organización.

Debemos comprender que nuestra organización existe en la vida sobre dos niveles. Un nivel, que le da su verdadero sentido, es el del trabajo, nuestra búsqueda, con todas las condiciones que ello requiere. El otro es el aspecto oficial, que es sólo una cubierta, nada más, pero que puede ayudarnos a continuar tranquilamente con nuestro trabajo. Esta distinción parece fácil de comprender, pero de hecho no lo es. He visto que ese lado oficial, organizado para cumplir con la imagen y la rutina requeridas por nuestra vida en el mundo, siempre reclama sus derechos y tiende a imponer su estructura sobre el trabajo; a imponer una forma que no responde de ninguna manera al orden de valores del trabajo.

~ 52. UNA ESCUELA DEL CUARTO CAMINO

Una casa del Trabajo es cómo una escuela basada en los principios de un camino, de una enseñanza. Esta aquí por un tiempo limitado durante el cual ciertas metas necesitan ser alcanzadas. Una casa desempeña su papel de acuerdo con el nivel de la gente que trabaja en ella. Puede albergar a quienes tratan de darse cuenta de que no son como deberían ser, pero no hacen ningún esfuerzo por cambiar y no comprenden aun la necesidad del esfuerzo. Otros están ya decepcionados de sí mismos, no creen en su yo ordinario y saben que su vida solo cobrara sentido cuando sean capaces de hacer el esfuerzo preciso para despertar y para ver su situación, Y puede haber casas donde algunos han llegado aún más lejos. En cada momento el papel de la casa en el conjunto del Trabajo es diferente, dependiendo del nivel de la gente que participa. Sin embargo, necesitamos comprender que el trabajo nunca ira muy lejos sin un centro organizado para aportar las condiciones necesarias, sin una vida sometida a los principios de la enseñanza que seguimos. Una escuela requiere la comprensión de los principios de su trabajo y la disciplina basada en las reglas. Tenemos que pagar por aquello que recibimos.

Esta casa es cómo un mundo dentro de otro mundo. Busco conocer y ser lo que soy. Para eso mi atención está siempre vuelta hacia mí mismo, hacia la percepción de mí verdadera naturaleza, que no es la expresión de mi persona, de mi ego. Veo a mi ego expresándose en mis pensamientos, mis deseos, mis movimientos. Y trato de no ser tomado por ellos. Me mido constantemente. Por esto, porque estoy siempre en tela de juicio, no juzgo a los otros. Aprendo a ver, a comprender, sin juzgar. No hay «yo» ni «tu». Solo una única manifestación. Aprendo a ver las leyes del mundo en el que vivo, las leyes de la manifestación.

Un principio inmutable de esta escuela es hacer siempre más de lo que ordinariamente podemos hacer. Solo esto conducirá a un cambio. Si apenas hacemos lo que es posible, nos quedamos como estamos. Hay que hacer lo imposible. Esta es la diferencia con la vida ordinaria, en la que uno solo hace lo que es posible. Otro principio es que nosotros, intencionalmente, no nos apoyamos sobre una forma precisa dada por adelantado, de manera que pueda tener lugar una búsqueda activa y más consciente. Nuestra meta es liberarnos a nosotros mismos de todo cuánto nos mantiene apegados a una actividad y desarrollar una especie de vigilancia que nos permitirá ir más allá, Cuando surge una forma de trabajo, primero la recibimos y luego la repetimos como ha sido dada. Pero en esta repetición tenemos cada vez una menor comprensión de los principios que están tras esa forma. Para que una forma pueda permanecer viva, necesitamos volver siempre a la fuente, a la verdad. Después del Absoluto, los mundos se vuelven hacia el en todos los niveles, hay una sed de retornar hacia eso que es más grande. Pero, a medida que descendemos por la escala de la involución, surge el olvido y se hace cada vez más y más profundo.

Para quien transmite, dos cosas son necesarias, de forma que una verdad de otro nivel de conocimiento puede ser aportada a través de ideas: un saber y una calidad de ser. Este saber consiste en un conocimiento de las ideas, de su estructura como un todo, de su relación y de su lugar, Para el ser se trata de una comprensión fundada sobre la experiencia personal de la verdad contenida en estas ideas. Primero necesito comprender el valor de la idea, abrirme a ella, tenerla en mí pensamiento, estimular mi pensamiento con ella y después las otras partes de mí mismo, hasta que viva en mi con una vida mucho más pura. Habitualmente la dejo morir en mí. La idea tiene un dinamismo extraordinario. En su forma concentrada, contiene todo un potencial de verdad. Puedo ser animado, despertado, dinamizado por ella o me aparece bajo la forma de una idea muerta. Hemos recibido una gran cantidad de ideas, pero somos muy pobres en ideas. Ellas han pasado a través de nosotros sin estremecernos.

Este Trabajo es una escuela para desarrollar un nuevo centro de gravedad. Hasta ahora, el centro de gravedad alrededor del cual nuestra vida ha girado -sea que lo aceptemos o no- ha sido nuestro yo ordinario, y todavía es ese yo el que espera, el que evalúa, el que juzga … y todo esto hasta se hace en el nombre del Trabajo. Mientras toda mi psique gire en tome a ese yo, todo lo que se manifieste -sea que yo lo quiera o no- reflejara la autoridad de ese yo. La meta de una escuela del Cuarto Camino es llegar a ser diferente, cambiar nuestro ser del nivel de hombre núm., 1,2 y 3 al de hombre núm. 4, con un nuevo centro de gravedad, y del nivel de hombre núm. 4 al de núm. 5, con un Yo indivisible.



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Continúa: El Intercambio en un Grupo







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