CAPITULO 5 - LA MONEDA DEL CIELO de NEVILLE






“¿Puede, una persuasión firme de que una cosa es así, hacer que la cosa sea así?”

Y el profeta respondió, “Todos los poetas creen que si puede. Y en eras de imaginación, ésta firme persuasión removió montañas: pero muchos no son capaces de una persuasión firme de nada.”

Que cada hombre sea completamente persuadido en su propia mente. Romanos 14: 5

La persuasión es un esfuerzo interno o atención intensa.

Escuchar atentamente como si lo hubieras oído, es evocar; es activar.

Al escuchar, puedes oír lo que quieras oír y persuadir a aquellos que no están en el rango del oído externo.

Háblalo internamente en tu imaginación solamente.

Haz tu conversación interna coincidir con tu deseo cumplido. Lo que deseas escuchar externamente, debes escucharlo internamente.

Acepta lo externo en lo interno y conviértete en alguien que solo escucha aquello que implique el cumplimiento de su deseo, y todos los acontecimientos externos en el mundo se convertirán en un puente que te llevará a la realización objetiva de tu deseo.

Tu discurso interno está siendo escrito perpetuamente alrededor tuyo en acontecimientos.

Aprende a relacionar estos acontecimientos con tu discurso interno y aprenderás a enseñarte a ti mismo.

Por discurso interno me refiero a esas conversaciones mentales que llevas contigo.

Podrán ser inaudibles cuando estas despierto por ruidos y distracciones del mundo externo de lo físico, pero son muy audibles en meditación profunda y sueños.

Pero ya sean audibles o inaudibles, tú eres su autor y moldeas tu mundo en su semejanza.

Hay un Dios en el cielo (y el cielo está dentro de ti) que revela los misterios, y Él ha dado a conocer al rey Nabucodonosor lo que sucederá al fin de los días. Tu sueño y las visiones que has tenido en tu cama eran éstos. Daniel 2: 28

El discurso interno desde las premisas del deseo cumplido es la forma de crear un mundo inteligente para ti.

Observa tu discurso interno porque es la causa de acción futura. El discurso interno revela el estado de conciencia a través del cual observas al mundo.

Haz que tu discurso interno coincida con tu deseo cumplido, porque tu discurso interno es lo que se manifiesta alrededor tuyo en acontecimientos.

Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo. He aquí nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, y dirigimos así todo su cuerpo. Mirad también las naves; aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por donde el que las gobierna quiere. Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. ¡He aquí! ¡Cuán grande bosque enciende un pequeño fuego! Santiago 3: 2-5

El mundo entero manifestado esta para mostrarnos el uso que hemos hecho de la Palabra – El Discurso Interno.

Una observación no crítica de nuestra conversación interna nos revelará las ideas desde donde vemos al mundo.

Las conversaciones internas reflejan nuestra imaginación, y nuestra imaginación refleja el estado con el cual estamos fusionados. Si el estado con el que estamos fusionados es la causa del fenómeno de la vida, entonces estamos liberados de la carga de preguntarnos qué hacer, ya que no tenemos otra alternativa más que identificarnos a nosotros mismos con nuestro objetivo, y dado que, si el estado con el que nos identificamos refleja nuestro discurso interno, entonces para cambiar el estado con el que estamos fusionados, debemos primero, cambiar nuestras conversaciones internas.

Son nuestras conversaciones internas las que hacen los hechos de mañana.

Dejen la conversación vieja, el viejo hombre, que es corrupto… y sean renovados en el espíritu de sus mentes… vístanse del nuevo hombre, el cual es creado en justicia. Efesios 4: 22-24

En nuestra mente, como en nuestro estómago, abrimos el apetito por un cambio de comida.
Quintillan

Detén toda vieja conversación mecánica interna que es negativa, y comienza un nuevo discurso interno que sea positivo y constructivo desde las premisas del deseo cumplido. La conversación interna es el comienzo de la siembra de las semillas de las acciones futuras. Para determinar la acción, tú debes iniciar conscientemente y controlar tus conversaciones internas.

Construye una oración que implique el cumplimiento de tu objetivo, como “Tengo un ingreso grande, estable y dependiente, consistente con integridad y beneficio mutuo”, o “estoy felizmente casado”, “soy deseado”, “estoy contribuyendo para el bien del mundo”, y repite tales oraciones una y otra vez hasta que seas afectado internamente por ellas. Nuestro discurso interno representa en varias maneras, al mundo en el que vivimos.

En el principio era el Verbo. Juan 1: 1

Aquello que siembras, cosecharás. ¡Mira aquellos campos! El sésamo era sésamo, el maíz, era maíz. ¡El Silencio y la Oscuridad! Así es como nace el destino del hombre. La Luz de Asia (Edwin Arnold)

Los finales son testimonios de los principios.

Aquellos que van en busca de amor, solo hacen manifestar su propia falta de amor. Y los faltos de amor nunca encuentran amor, solo los llenos de amor encuentran amor, y nunca tienen que ir a buscarlo. D.H. Lawrence.

El hombre atrae lo que es. El arte de la vida es sostener el sentimiento del deseo cumplido y dejar que las cosas vengan a ti, no ir en busca de ellas o pensar que se nos van a escapar.

Observa tu conversación interna y recuerda tu objetivo. Éstos, ¿coinciden?

¿Coincide tu conversación interna, con lo que dirías audiblemente si tu deseo ya se hubiese cumplido?

La conversación interna del individuo y las acciones atraen las condiciones de su vida.

A través de una auto-observación no crítica de tus conversaciones internas tú encuentras el lugar en el que estabas en el mundo interno y donde estés en el mundo interno es lo que eres en el mundo externo.

Te vistes del nuevo hombre cuando el ideal y el discurso interno coinciden. Esta es la única manera en que el nuevo hombre puede nacer.

La conversación interna madura en la oscuridad.

Desde la oscuridad emana hacia la luz. El discurso interno correcto es el discurso que dirías si realizaras tu ideal. En otras palabras, es el discurso del deseo cumplido.

“Soy el que Soy” (Éxodo 3: 14)

Hay dos dones que Dios le ha dado solamente al hombre, y a ninguna otra criatura mortal. Estos son la mente y el discurso; y el don de la mente y el discurso son equivalentes a la inmortalidad. Si un hombre utiliza estos dones de la manera correcta, no habrá diferencia entre él y los inmortales… y cuando el deje a su cuerpo, la mente y el discurso serán su guía, y con ellos traerá las tropas de los dioses y las almas que han obtenido el éxtasis. Hermética, traducción de Walter Scott.

Las circunstancias y condiciones de la vida son las conversaciones internas expresadas afuera, sonido solidificado. El discurso interno convierte los eventos en existencia. En cada evento, está el sonido creativo que es su vida y ser.

Todo lo que el hombre cree y consiente como cierto se revela en su discurso interno. Su Verbo, es su vida. Trata de notar lo que te estás diciendo a ti mismo en este momento, a que pensamientos y sentimientos les estas dando consentimiento. Serán perfectamente tejidos en el tapiz de tu vida. Para cambiar tu vida, debes cambiar tu conversación interna, ya que “vida”, dice Hermes, “es la unión del Verbo y la Mente”.

Cuando la imaginación coincide con tu discurso interno sobre el deseo cumplido, habrá luego, un camino directo en ti, desde adentro hacia afuera, y lo de afuera reflejará instantáneamente lo que hay dentro de ti, y tú sabrás que la realidad solo se realiza con la conversación interna.

Recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas. Santiago 1: 21

Cada etapa en el progreso del hombre, está hecha por el consciente ejercicio de su imaginación coincidiendo su discurso interno, con su deseo cumplido.

Porque el hombre no los iguala perfectamente, los resultados son inciertos, cuando podrían ser perfectamente exactos. La asunción persistente del deseo cumplido, es el medio por el cual se puede cumplir la intención.

A medida que controlamos nuestra conversación interna, igualándola a nuestros deseos cumplidos, podemos dejar otros procesos. Y así podemos actuar simplemente por la imaginación clara y la intención.

Imaginamos el deseo cumplido y llevamos conversaciones mentales desde esa premisa. A través del control de la conversación interna desde las premisas del deseo cumplido, lo que aparentan ser milagros, ocurre.

El futuro se convierte en el presente y se revela a sí mismo en nuestro discurso interno.

Ser sostenido por nuestro discurso interno del deseo cumplido es estar anclado con seguridad a la vida.

Nuestras vidas parecen ser destruidas por los eventos, pero nunca son destruidas siempre y cuando mantengamos el discurso interno de nuestro deseo cumplido.

Toda felicidad depende del uso activo voluntario de la imaginación para construir y afirmar internamente que somos lo que queremos ser. Nos igualamos a nuestros ideales al recordarnos constantemente nuestro objetivo y al identificarnos con él. Nos fusionamos con nuestro objetivo al ocupar el sentimiento del deseo cumplido frecuentemente.

Es la frecuencia, la ocupación habitual, el secreto del éxito. Cuanto más seguido lo hagamos, más natural será. La fantasía ensambla. La continua imaginación fusiona.

Es posible resolver toda situación con el uso apropiado de la imaginación.

Nuestra tarea es obtener la oración correcta, la que implique que nuestro deseo ya fue realizado, y disparar nuestra imaginación con él.

Todo esto está conectado íntimamente con el misterio de “la quieta y pequeña voz”.

La conversación interna revela actividades de imaginación, actividades las cuales son la causa de las circunstancias de la vida.

Como regla, el hombre es totalmente inconsciente de su conversación interna y por lo tanto se ve a sí mismo, no como la causa pero como la víctima de las circunstancias.

Para crear conscientemente las circunstancias, el hombre debe dirigir conscientemente su discurso interno, que iguale a su “quieta y pequeña voz ”a su deseo cumplido.

Él llama a las cosas que no existen, como si existieran. Romanos 4: 17

El discurso interno correcto es esencial. Es el arte más grandioso. Es la manera de liberarse de la limitación a la libertad.

La ignorancia de este arte, ha hecho del mundo un campo de batalla y una penitenciaria donde solo se espera la sangre y el sudor, cuando debería ser un lugar donde maravillarse y sorprenderse.

La conversación interna correcta es el primer paso para convertirse en lo que quieres ser.

“El discurso es una imagen de la mente, y la mente es una imagen de Dios.” Hermética, traducción Scott.

En la mañana del 12 de Abril de 1953, mi esposa fue despertada por el sonido de una gran voz de autoridad que le hablaba dentro de ella diciéndole “Debes dejar de gastar tus pensamientos, tiempo y dinero. Todo en la vida debe ser una inversión.”

Gastar es desperdiciar, derrochar, gastar sin recompensa. Invertir, es gastar con un propósito por el cual se espera una recompensa. Esta revelación de mi esposa se refiere a la importancia del momento. Se trata de la transformación de momento. Lo que deseamos, no yace en el futuro sino en nosotros mismos en este mismo momento.

En cada momento de nuestras vidas, nos encontramos con una elección infinita: “Lo que somos, y lo que queremos ser.”

Y lo que queremos ser ya existe, pero para manifestarlo debemos vigilar nuestro discurso interno y las acciones que le corresponden.

Si dos de vosotros se ponen de acuerdo sobre cualquier cosa que pidan aquí en la tierra, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. Mateo 18: 19

Solo lo que se hace ahora es lo que cuenta.

El presente no retrocede hacia el pasado. Avanza hacia el futuro para confrontarnos, gastado o invertido.

El pensamiento es la moneda del Cielo. El dinero es su símbolo terrestre.

Cada momento debe ser invertido, y nuestra conversación interna revela si estamos gastando o invirtiendo.

Interésate más en lo que estas “diciendo ahora” internamente, que en lo que “has dicho”, eligiendo sabiamente lo que piensas y lo que sientes ahora.

Cada vez que nos sentimos malinterpretados, abusados, abandonados, desconfiados, con miedo, estamos gastando nuestros pensamientos y gastando nuestro tiempo.

Cuando sentimos el sentimiento de ser lo que queremos ser, estamos invirtiendo.

No podemos abandonar al momento, a la conversación interna negativa y tener la expectativa de retener el comando de la vida.

Adelante de nosotros va el resultado de todo lo que aparenta estar detrás. El último momento no quedo atrás – sino que está por venir.

Así será Mi palabra que sale de Mi boca, No volverá a Mí vacía, Sin haber realizado lo que deseo, Y logrado el propósito para el cual la envié. Isaías 55: 11

Las circunstancias de la vida son las afirmaciones amortiguadas de tu conversación interna, que fue lo que las creó – la palabra hecha visible.

“La Palabra”, dijo Hermes, “es el Hijo, y la Mente es el Padre de la Palabra. No están separados uno del otro; ya que la vida es la unión de La Palabra y La Mente.”

Por su propia voluntad nos hizo nacer mediante la palabra de verdad. Santiago 1: 18

Por tanto, imiten a Dios, como hijos muy amados. Efesios 5: 1

Y usen el discurso interno sabiamente para moldear el mundo externo en armonía con su ideal.

El Espíritu del SEÑOR habló por mí, y su palabra estuvo en mi lengua. 2 Samuel 23: 2

La boca de Dios es la mente del hombre. Alimenta a Dios solo con lo mejor.

Todo lo que es de buena reputación… en esto pensad. Filipenses 4: 8 28

El momento presente es siempre precisamente adecuado para invertir, para hablar internamente la palabra correcta. La palabra está muy cerca de ti; la tienes en la boca y en el corazón, para que la obedezcas. Hoy te doy a elegir entre la vida y la muerte, entre el bien y el mal, entre la bendición y la maldición. Elige, pues, la vida. Deuteronomio 30: 14, 15, 19.

Tú eliges la vida y el bien y la bendición al ser lo que eliges. Los iguales se reconocen entre sí.

Haz de tu discurso interno una bendición y da buena reputación.

La ignorancia del hombre sobre el futuro es el resultado de su ignorancia sobre su conversación interna. Su conversación interna refleja su imaginación, y su imaginación es un gobierno donde la oposición nunca obtiene el poder.

Si el lector pregunta, “¿Qué pasa si el discurso interno permanece subjetivo y no logra encontrar un objeto de su afecto?”, la respuesta es: no permanecerá subjetivo, por la simple razón de que el discurso interno esta siempre objetivándose a sí mismo.

Lo que frustra y pudre y se convierte en la enfermedad que aflige a la humanidad, es la ignorancia del hombre sobre el arte de igualar sus palabras internas a su deseo cumplido.

El discurso interno refleja la imaginación, y la imaginación es Cristo.

Altera tu discurso interno, y tu mundo perceptual cambiará. Cuando el discurso interno y el deseo están en conflicto, el discurso interno invariablemente gana. Porque el discurso interno se objetiva a sí mismo, es fácil ver que si se iguala al deseo, se realizará objetivamente. Si esto no fuera así, yo diría con Blake,

“Mejor matar a un niño en su cuna que alimentar deseos que no se llevan a la práctica.”

Pero yo sé por experiencia,

La Lengua…inflama al curso de la existencia. Santiago 3: 6



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