jueves

EL REINO DÉVICO



Lección 13

EL REINO DÉVICO



La mayoría de las tradiciones religiosas del mundo incluye la existencia de los ángeles. Se presume que se trata de seres espirituales, y en consecuencia invisibles a los ojos humanos. Y es sin duda por ello que los ángeles – qué según la teosofía son seres perfectamente reales – han sido relegados por la gente en general al terreno de la fantasía o mitología.

Por otro lado, aquellas personas de tipo religioso o devoto aceptan la existencia del Reino de los Ángeles como dogma de fe. Sin embargo, ni éstos últimos ni los anteriores poseen una idea clara de la naturaleza de estos seres ni de la infinita variedad que caracteriza su reino; tampoco poseen información en lo relativo a su origen, su razón de ser, ni del papel que juegan en el Plan Divino. Los postulados ofrecidos en esta lección exploran los conceptos teosóficos en relación con el llamado Reino Dévico o Angélico.

La palabra “dévico” proviene de “Deva”, término sánscrito que significa literalmente “ser que brilla”, pero cuyo significado general abarca lo que en la tradición cristiana se conoce como Ángeles, Arcángeles, Tronos, Dominaciones, Principados , Querubines, Serafines, etc.…

Dada la inhabilidad del ser humano corriente para comprobar por sí mismo la existencia de los ángeles, la Teosofía se apoya en el testimonio de clarividentes quienes, invariablemente, describen a los ángeles como seres etéreos y tan intensamente radiantes que parecen estar hechos de materia ígnea. Entre los clarividentes más notables que han tenido oportunidad de observar Devas, se encuentran Geoffrey Hodson (autor del “El Reino de Los Dioses” y otras obras que describen el resultados de sus observaciones) y H.P. Blavatsky, cuya descripción de los ángeles coincide en afirmar que se trata de “seres que irradian una luz desconocida en tierra y mar”.

En “La Doctrina Secreta”, H.P. Blavatsky resume el reino dévico de la siguiente manera: “El Cosmos entero está controlado, animado y guiado por una Jerarquía de seres espirituales de infinita variedad, cada una de ellos cumpliendo una misión determinada, y cuyos integrantes, llamémosles como les llamemos –Dhyan Chohans o Arcángeles, Devas o Ángeles- no son otra cosa que “mensajeros” en el sentido de que son agentes de las leyes kármicas y cósmicas. Estos seres varían infinitamente en lo que se refiere a sus grados de consciencia e inteligencia, y llamarles puramente “espíritus” sin conexión alguna con la materia terrestre es caer en indulgencia poética, ya que cada uno de ellos fue o se apresta a ser un ser humano en un ciclo pasado o futuro respectivamente. En consecuencia, la variedad incluye dos tipos fundamentales: aquellos que podrían definirse como seres humanos incipientes y aquellos que son seres humanos perfeccionados porque han ya trascendido el reino humano. Estos últimos, en su presente existencia en esferas menos materiales, difieren moralmente de los seres humanos corrientes en el hecho de que no están sujetos a los sentimientos propios de la personalidad y naturaleza emocional humanas, características éstas puramente terrestres”.

Madame Blavatsky agrega que esta diferencia es debido a que los perfeccionados, es decir, aquellos que han ya completado su proceso evolutivo humano, han logrado, en virtud de ello, liberarse de las limitaciones impuestas por la personalidad y las emociones humanas. Los incipientes, en cambio, no tienen aún cuerpo físico, careciendo así del sentido de la personalidad o EGO-ísmo. Este postulado teosófico, basado en la observación clarividente directa, está en oposición a la idea tradicional cristiana que sostiene que los ángeles son seres humanos fallecidos.

La observación clarividente, utilizada también para determinar lo que ocurre cuando la gente fallece, indica claramente que las personas siguen siendo exactamente como eran cuando aún estaban vivos en cuerpo físico, tanto en temperamento como en virtudes y defectos. Y es evidente que no podría ser de otra manera, ya que no es sensato suponer que la pérdida de un vehículo (el físico) tenga el efecto de modificar drásticamente la manera de ser de la persona que lo ocupara durante un tiempo. Un chofer no deja de serlo porque abandona su automóvil y adquiere otro. La etapa evolutiva que llamamos humana requiere gran cantidad de tiempo y esfuerzo para alcanzar su meta de perfección, y resulta infantil pretender que defectos que no han podido ser erradicados durante una vida de 60 o 70 años de duración van a desaparecer como por arte de magia al morir el cuerpo de la persona.

Recapitulando lecciones anteriores recordaremos que la teosofía postula el universo como compuesto de siete tipos básicos de materia, vale decir, siete campos de energía vibratoria manifestados en forma de esferas que se compenetran e interactúan. Más aún, teniendo en cuenta aquel axioma oculto que establece que todo lo manifestado obedece a un propósito claramente predeterminado en el Plan de la evolución cósmica, es razonable suponer que los seis campos de energía que coexisten con el físico compenetrándolo, tienen un importantísimo papel que desempeñar en este Plan.

Estos campos, dispuestos como esferas, constituyen lugares de manifestación de numerosas entidades cuyos cuerpos están hechos de la materia del campo al cual pertenecen. Hay, en consecuencia, ángeles astrales, mentales y otros más elevados y más sutiles aún, tan sutiles de hecho, que sus “cuerpos”, sin forma, aparecen a la observación clarividente sólo como complejas y hermosas radiaciones de luz.
No existe la “magia” en los trabajos de la Naturaleza, y aquello que conocemos como Ley Natural no es en forma alguna una fuerza ciega siguiendo dictados automáticamente sino más bien el trabajo de Altas Inteligencias cuya real naturaleza permanece fuera del entendimiento humano y a través de las cuales fluye la vida del Logos, nuestro Padre Celestial. Estas Altas Inteligencias realizan su labor secundadas por innumerables huestes de seres angélicos de menor grado que pueblan los campos vibratorios antes mencionados formando una gigantesca estructura compuesta de Jerarquías, Órdenes, Grados, etc.….
Hemos dicho también que el proceso evolutivo no procede en línea recta sino en un círculo cuya primera mitad llamamos “arco descendente” y su segunda “arco ascendente”, es decir, involución y evolución respectivamente. Se nos dice que estos seres, en su inmensa variedad, pueblan ambos arcos. Hay, en consecuencia, Devas que están aún involucionando, es decir, descendiendo hacia la materia física, hacia la etapa humana, como también aquellos que están emergiendo de ella a través del arco ascendente, entrando a la etapa super humana y exhibiendo, como es lógico, un grado de consciencia superior al de los anteriores y por cierto también al de los seres humanos. Estos dos grupos dévicos se clasifican separadamente: a los que se encuentran en el arco descendente se les llama “espíritus de la naturaleza”; y a los que se encuentran en el ascendente, ángeles, arcángeles, etc.….

Al describir la gran variedad de seres que pueblan el reino dévico, trataremos de clasificarlos en términos de su naturaleza, sus campos de actividad y el papel que desempeñan en el desarrollo del Plan Cósmico. Comenzaremos por los espíritus de la naturaleza, a quienes se da también el nombre de “elementales”. En un texto básico como éste resulta prácticamente imposible mencionar todas las variedades existentes, pero mencionaremos a aquellos considerados como los más representativos de su medio y que constituyen la especie más familiar para el ser humano en lo que respecta a Devas.

En su libro “El Lado Oculto de las Cosas”, C.W. Leadbeater nos dice: “En el estudio de los espíritus de la naturaleza nos encontramos con un reino radicalmente diferente (al reino humano), sin sexo, libre de miedo y que nada sabe acerca de aquello que llamamos “la lucha por la vida”: y sin embargo el resultado eventual de su desarrollo es, en todo respecto, el mismo que se obtiene siguiente nuestra propia línea…”

En “La Antigua Sabiduría de la Vida”, Clara Codd dice lo siguiente: “Puede decirse que no existe actividad alguna que no exprese algún tipo de consciencia aunque ésta no implique inteligencia humana. No podemos ver la vida y la inteligencia tras el viento soplando o las flores creciendo, pero el hecho de que no la veamos no significa que no esté presente”. Más directamente expresado, si no lo estuviera, ¡el viento no soplaría y las flores no crecerían!

La teosofía postula que los elementales son fundamentalmente seres sub humanos, y representan para los ángeles más o menos lo que los animales representan para el ser humano. El hecho de que se encuentren en el plano astral no implica que sean seres evolucionados, ya que se encuentran aún involucionando en el arco descendente.

En general, los elementales pueden ser divididos en cuatro grupos principales que animan los cuatro elementos básicos del mundo físico, a saber:

1. Elementales de Tierra
2Elementales del Agua
3. Elementales del Aire
4. Elementales del Fuego

Esta clasificación, se nos dice, fue realizada por los antiguos alquimistas de la Edad Media, y la tradición popular les ha dado los nombres de Gnomos, Ondinas, Silfos y Salamandras, respectivamente. Esta es otra de las razones por las cuales se les ha dado el nombre de “elementales”. Y al utilizar el término “animan”, lo que se quiere decir es que las plantas no crecerían si no fuese por los elementales de tierra; el agua no tendría vitalidad ni frescura si no fuese por las ondinas; la ausencia de silfos provocaría la ausencia de vientos y formaciones de nubes necesarias para la lluvia; y la combustión del fuego no sería posible sin las salamandras.

La variedad terrestre conocida generalmente como “gnomos” trabaja sobre la superficie terrestre y es el agente principal en el crecimiento y mantenimiento del reino vegetal, de cuya estabilidad depende nuestro equilibrio atmosférico. Trabajan como operarios bajo la dirección de Devas mayores que diseñan los diversos tipos de plantas, árboles y flores, y les comunican vitalidad a través de la energía solar de la cual son agentes.

La tradición popular ha dado a los elementales diferentes nombres. Debido a que sus cuerpos están hecho de la materia astral más próxima a la materia física, son a veces vistos por personas cuya percepción visual puede caer momentáneamente más allá de la vibración física, es decir, un estado temporal de clarividencia relativamente frecuente en gentes de los campos no contaminada con las densas vibraciones de la vida urbana de las ciudades, gente de vida simple y sana que se encuentran vibratoriamente más cercanos a los reinos sutiles de la Naturaleza. Debido a esto, la tradición campesina habla con frecuencia de encuentros entre gnomos y seres humanos y habiendo también un sinnúmero de leyendas que hablan de hadas, duendes, sátiros, faunos, etc., nombres que suelen ser aplicados a las múltiples variedades existentes o a todas las variedades en conjunto dependiendo del lugar y país donde sean observados.

Dado el hecho que su estado de consciencia es limitado, los elementales realizan su trabajo de manera instintiva, similarmente a las abejas o las hormigas en sus muy bien organizadas actividades. Trabajan arduamente, pero sin evidenciar cansancio alguno al no estar sometidos a limitaciones impuestas por el cuerpo físico tales como la necesidad de dormir, comer y beber para sustentar su vida. Mantienen su energía mediante la constante absorción de vitalidad o Prana yacente en la atmósfera que les rodea. Las partículas de materia etérica cargadas de Prana, (que no es otra cosa que energía solar procesada por la atmósfera del planeta), son absorbidas por sus cuerpos que simultáneamente expelen las partículas agotadas.

Se nos dice que los elementales no envejecen, y sus cuerpos no están sujetos al crecimiento identificado con el cuerpo físico, que va de niño a adulto. Su nacimiento tiene lugar cuando su cuerpo se materializa del éter circundante, y mantiene el mismo aspecto a lo largo de toda su existencia. Esta puede ser bastante más prolongada, en algunas de sus especies, que la vida del cuerpo físico del hombre, pero los hay tan pequeños y efímeros como para existir sólo unos días.

La muerte de un elemental ocurre como resultado del agotamiento de la energía etérica que les sustenta y de cierta resistencia de su parte a continuar renovándola. Al ocurrir esto, se reintegran al alma grupal del reino elemental (algo similar al alma grupal de los animales), en la cual pueden lograr cierto grado de consciencia siempre que estén suficientemente evolucionados. Posteriormente, la Ley Cíclica, que actúa sobre esta alma grupal, activa nuevamente el deseo de separación, ejerciendo presión sobre la plasticidad de la materia astral y etérica materializando así cuerpos similares y en armonía con el grado evolutivo que esos elementales hayan alcanzado en la vida anterior.

En las palabras C.W. Leadbeater, la vida de los elementales de tierra o gnomos “parece estar enmarcada en un tipo de existencia alegre y despreocupada, algo parecido a la consciencia infantil cuando el niño se encuentra entregado a juegos que le reportan gran diversión. Los elementales no tienen sexo, no sufren enfermedades y no tienen necesidad de abocarse a la “lucha por la existencia”, estando en consecuencia liberados de las causas más fértiles del sufrimiento humano. Pueden ser bastante afectuosos y capaces de formar amistades de las cuales derivan enorme alegría. Pueden también experimentar celos o fastidio, pero tales reacciones tienden a desaparecer rápidamente ante el intenso placer que experimentan en sus actividades concernientes a las operaciones de la Naturaleza, siendo ésta su característica más prominente”.

El aspecto que los elementales ofrecen a la vista clarividente varía considerablemente no sólo en términos de especies y tamaños, sino también en colorido. Generalmente son de tamaño relativamente pequeño, especialmente en lo que se refiere a elementales de tierra cuyo tamaño va desde unos centímetros y medio metro. Salamandras y silfos ostentan gran variedad de tamaño. En el incendio de un bosque, por ejemplo, se encontrará salamandras bastante grandes, pero también las hay en la llama de una vela, pequeñitas.
Las hadas son invariablemente pequeñas, algunas siendo observadas como diminutas mientras trabajan en el colorido y el aroma de las flores, de los cuales, se nos dice, son responsables. En lo que respecta a colorido, similarmente a como ocurre con la flora del planeta, los elementales de las áreas ecuatoriales o tropicales ostentan colores vivos y variados, mientras que aquellos que habitan las zonas templadas y más cercanas a los polos son de colores pálidos. Comparaciones efectuadas entre el aspecto de gnomos de Escocia (verde azulado suave), Bélgica (azul grisáceo), y aquellos observados en la zona mediterránea al sur de Italia, por ejemplo (rojos brillantes, amarillo dorado, verde esmeralda, lavanda, azul turquesa, etc.), claramente demuestran esta característica.

En lo que respecta a su relación con el reino humano, C.W. Leadbeater en su libro “El Lado Oculto de las Cosas” dice lo siguiente: “La mayoría de los Espíritus de la Naturaleza desconfían del ser humano y tratan de evitar su contacto. Esto no debe sorprendernos. Ven al hombre como una especie de demonio furibundo, destruyendo y arruinando todo doquiera llega. Lo ven matando por deporte a los hermosos animales a quienes disfrutan observando en paz. Lo ven cortando los árboles, pisoteando los prados, arrancando las flores para después botarlas descuidadamente. Lo ven reemplazando la encantadora vida agreste de la Naturaleza con horribles estructuras de ladrillo y cemento, y arruinando la fragancia de las flores con las fétidas y venenosas emanaciones de las fábricas. ¿Tenemos realmente derecho a sentirnos sorprendidos de que las hadas nos miren con horror y se asusten de nosotros tal como nosotros nos asustamos ante la presencia de un reptil venenoso? No solo traemos devastación a todo aquello que les es querido y respetado, sino que además nuestros malos hábitos y emanaciones les resultan desagradables. Envenenamos el aire puro con nuestros cigarrillos y nuestras bebidas alcohólicas. Nuestros descontrolados deseos y pasiones desatan un verdadero huracán de corrientes astrales que les molesta y altera, provocándoles la misma indignación que sentiríamos si alguien nos bañase con un balde de agua inmunda”.  En otro de sus libros, “El Plano Astral”, el mismo autor añade: “Por otra parte, en muchas ocasiones ciertos elementales han entablado amistad con seres humanos ofreciéndoles ayuda dentro de sus medios…”. Esta aseveración demuestra otra interesante característica de estas entidades: así como se les encuentra en varios planos de la Naturaleza, los elementales también difieren individualmente en grados de consciencia, inteligencia y poder. Es en consecuencia erróneo suponer que todos los elementales tienen una disposición amable y amistosa. Tal como ocurre entre seres humanos, los hay malignos y los hay bondadosos.

El papel que cumplen los elementales en el Plan Divino consiste fundamentalmente en la construcción de las formas existentes en los diferentes reinos que pueblan el planeta, especialmente el reino vegetal. No existe árbol, planta o flor cuya forma no haya sido construida por elementales bajo la dirección y creatividad de ciertos Devas; de ahí que se les conozca a unos y otros como “los constructores del sistema”. La inmensa variedad floral del planeta deja de manifiesto no solo la gran cantidad de elementales que realizan este trabajo, sino además el número de Devas que intervienen, ya que cada tipo de flor, por ejemplo, tiene su propio Deva como creador y diseñador de su forma, perfume y color. Puesto en otras palabras, los Devas son los artistas creadores; los elementales son los artesanos constructores.

Ángeles Mayores y Menores

En el arco evolutivo ascendente encontramos a estos Devas quienes, similarmente a los elementales, se distinguen por su gran variedad. Los hay aquellos que revelando un elevado estado de consciencia y una gran inteligencia creativa guían, como indicamos anteriormente, a los elementales en la construcción de las formas existentes en el planeta. Estos Devas forman parte de una gigantesca estructura jerárquica que incluye desde el modesto Deva que anima la vida de un rosal al colosal arcángel que representa nuestro Logos Solar cuya presencia anima la vida de nuestro sistema solar.

Los hay aquellos que ostentan el grado de Logos Planetario y que rigen los tres planos, mental, astral y físico, en los cuales tiene lugar la evolución humana, trabajando en perfecta coordinación con los adeptos de la Jerarquía Planetaria conocida como la Hermandad Blanca para asegurar el desarrollo del plan evolutivo y el progreso continuado de la humanidad.

El radio de sus actividades es, sin embargo, infinitamente más vasto de lo que es dable imaginar a primera vista, incluyendo innumerables huestes de devas menores quienes diseñan la gran variedad de formas existentes en el reino vegetal de acuerdo con las necesidades evolutivas de la vida vegetal.
Los devas existentes en la Región Abstracta del plano mental son conocidos en teosofía como “arupa”, término sánscrito que significa “sin forma”, porque la materia que constituye sus cuerpos no se precipita en formas definidas sino más bien en una radiante y compleja vibración de luz. En la Región Concreta del plano mental los devas tienen, en cambio, forma definida y se les conoce como devas “rupa”, es decir, con forma definida.

Se nos dice que en los planos superiores al plano mental hay por cierto innumerables entidades dévicas aún más elevadas que las de la Región Abstracta, seres elevadísimos conocidos en las antiguas escrituras orientales como Adityas, Dhyani Budas, etc., y en la tradición cristiana como Arcángeles, Querubines, Serafines, etc.

La existencia y el trabajo de estas Grandes Inteligencias como portadoras de la Voluntad Divina en la administración de la Naturaleza son reconocidas en todas las grandes religiones. Los diferentes nombres con que estas religiones distinguen a tales Seres dejan de manifiesto su conocimiento de la estructura jerárquica a la cual pertenecen.

Al igual que los elementales, los ángeles son andróginos. Su aspecto a la vista clarividente es radiante, lleno de luz, cuerpo y rostro manteniendo una vaga semblanza a la del ser humano y, contrariamente a lo retratado en la pintura tradicional de occidente, sin alas. (Claramente, cuando se tiene un cuerpo estructurado de materia sutil, no tan sujeta a las leyes de gravedad como la materia física, la necesidad de alas es inexistente). Las alas de aquellos ángeles pintados en iglesias y cuadros de la época renacentista principalmente, parecen tener origen en la compleja radiación de luz que suele emanar de la parte superior de sus cuerpos, observada por clarividentes de la época.

Campos de Actividad – Los Siete Rayos

1º. Rayo = Liderazgo (Característica = Fuerza)
2º. “= Enseñanza (““= Sabiduría)
3º. “= Cultura (““= Tacto)
4º. “= Arte (““= Armonía)
“= Ciencia (““= Conocimiento)
6º. “= Religión (““= Devoción)
7º. “= Ritual (““= Servicio)

Los devas del primer Rayo supervisan el trabajo de los ángeles menores en lo que respecta a la construcción de formas. Los del segundo dedican sus esfuerzos al campo de la enseñanza. Los del tercero trabajan con las corrientes de pensamiento que estimulan el desarrollo de valores culturales en los diversos países. Los del cuarto rayo son los generadores del esfuerzo creativo y la inspiración manifestada a través de músicos, pintores y artistas en general. Los del quinto utilizan también corrientes mentales para estimular los descubrimientos científicos del hombre. Los del sexto estimulan en la humanidad las tendencias devotas, colaborando con el desarrollo de las religiones. Finalmente, los del séptimo Rayo ayudan a orientar las fuerzas y corrientes ocultas activadas por rituales místicos o religiosos para beneficio de las fieles y para su desarrollo espiritual a través del campo de la devoción.

No puede dejar de mencionarse la existencia de ciertos devas de indescriptible esplendor, capaces de traer a la existencia sistemas solares completos solo mediante el poder de su mente, canales perfectos de la Voluntad, Creatividad y Energía del Ser Supremo. En este nivel se encuentran cuatro elevadísimos Seres a quienes la tradición oriental llama “Lipikas” (sánscrito; literalmente, escribas), conocidos en ciencia oculta como los Señores del Karma, regentes de una de las leyes cósmicas más importantes en la evolución humana: La Ley del Karma o Ley de Consecuencia. A su disposición se encuentran millones de devas encargados de ejecutar los dictados de esta Ley que rige el comportamiento de la humanidad tanto a nivel individual como colectivo.

Se dice que al ocurrir el nacimiento del Ego humano – evento que tiene lugar cuando la Mónada hace su ingreso al reino humano después de completar su evolución a nivel del reino animal –se le asigna un deva para que le acompañe a través de su peregrinaje evolutivo en la nueva etapa. A este deva, que la tradición cristiana ha dado en llamar “el Ángel Guardián”, se le conoce en la tradición oculta como el Ángel Solar. Su misión es la de proteger al Ego - hasta donde sea posible y permitido - de influencias exteriores peligrosas, y de asegurar su avance.

Se nos dice además, que estos devas solares fueron traídos desde otras regiones cósmicas para acelerar el avance evolutivo de nuestra humanidad que aparentemente procedía con excesiva lentitud. La presencia de un deva solar en cada ser humano se llevó a cabo para devolver a los Egos humanos su ritmo evolutivo apropiado, estimulando así su desarrollo.

Existen numerosos casos que confirman la evidencia de la protección que nos da nuestro Ángel Solar, incluso a nivel físico. Entre otros, puede citarse el caso de cierto niño pequeño quien, durante un terremoto que afectó Taormina, en Sicilia, quedó sepultado vivo bajo los escombros. Cuando las cuadrillas de rescate lo encontraron días después en perfecto estado de salud y sin deshidratación, manifestó que había estado recibiendo diariamente comida y bebida a través de “una señora de vestiduras blancas y brillantes”. (El aspecto andrógino y delicado de los devas puede inducir a considerárseles como seres de sexo femenino por la persona inexperta). Pero la protección dévica es también particularmente eficaz a nivel astral.

Otras actividades

El trabajo de los devas en general es específico y perfectamente organizado. Dividen el planeta en sectores de los cuales son responsables y a los cuales atienden en orden jerárquico. Devas mayores y menores, asistidos por elementales, atienden todas las necesidades de los diferentes reinos de la vida en evolución, asegurando la supervivencia de las formas y estimulando su crecimiento y mejoramiento. Son, en el más amplio sentido, los constructores y mantenedores del sistema, y es a través de esta noble actividad que tiene lugar su propio proceso evolutivo. Se nos dice que no existe lago, montaña, aldea, casa, sección del océano, e incluso árbol o arbusto, que no tenga su propio deva animando la vida en ellos existente.

Los hay cuyo trabajo consiste en la formación de vetas minerales en la tierra. Se nos dice que los metales nobles hallados en ciertas regiones del planeta han sido materializados por devas especializados en este tipo de actividad. Geoffrey Hodson dice haber observado clarividentemente un grupo de tres devas aparentemente suspendidos en el aire sobre una montaña a buena altura y proyectando un rayo de luz dorada como fuerza productora de oro, la formación de una veta del precioso metal empezando distinguirse varios metros bajo la superficie de la tierra.

La observación clarividente de devas coincide en afirmar que sus cuerpos tienen un aspecto transparente, dando la impresión de estar hechos de substancia ígnea. Resulta posible observarles cuando están inmóviles, pero cuando están en movimiento, su cuerpo pierde definición transformándose en un borrón luminoso como una neblina en desplazamiento.

La Jerarquía Angélica

De acuerdo a Santo Tomás y la tradición cristiana, existen nueve órdenes Angélicas reconocidas y estructuradas en tres Jerarquías, a saber:

1. Serafines, Querubines y Tronos;
2. Dominaciones, Virtudes y Potestades; y
3. Principados, Arcángeles y Ángeles.

Los integrantes de estas Jerarquías llevan a cabo las siguientes funciones en los respectivos campos de actividad:

Tronos: Representan la función de liderazgo, la Voluntad Universal en acción, siendo éste evidentemente el grupo angélico más elevado de aquellos que trabajan en nuestro sistema solar.

Serafines: Representan el Amor Universal, la cohesión de la fuerza centrípeta en acción.

Querubines: Representan las funciones del análisis y la multiplicidad, la Mente Universal en acción, el Espíritu de la
Naturaleza que incluye a los devas de Nuestra Señora (La Madre Divina) cuyo “departamento” – si se nos permite tal definición – representa el aspecto femenino de la Naturaleza, la Maternidad de la vida.

Dominaciones: a estos devas se les conoce como los “Agentes de Oferta y Demanda”, y representan la economía de la Naturaleza. Son responsables por la exacta distribución y apropiada utilización de la energía que anima el universo.

Principados: son los devas que gobiernan áreas, provincias, naciones. En este sentido, se nos dice que la totalidad de la raza humana se encuentra presidida por un elevadísimo arcángel cuyo trabajo se realiza a través de los llamados “Ángeles de las Naciones”. Estos son en realidad poderosos arcángeles que representan y animan la consciencia de cada nación establecida en la Tierra, guiando su evolución y desarrollo mediante la supervisión de su karma y su dharma. Son ellos los que actúan sobre líderes políticos, inspirándolos a tomar decisiones que aseguren el cumplimiento del destino de cada país, estimulando su proceso evolutivo hasta donde la Ley cósmica lo permite.

Potestades: estos devas son los reguladores de la Ley de Causa y Efecto y de la transmutación del mal en bien. Se les conoce también como los Señores del Karma. Están encargados de mantener el apropiado equilibrio entre el bien y el mal en la vida humana y también de la preservación de la armonía planetaria.

Virtudes: trabajan con los aspectos concretos de las materias astral y mental.

Arcángeles: son los “oficiales ejecutivos” en la administración cósmica en ciertos aspectos, especialmente en lo que se refiere al reino animal y sus variadas especies.

Ángeles: son esencialmente habitantes del plano astral, y su función principal tiene relación con las evoluciones de los reinos humano y vegetal. Su propia evolución ocurre como resultado del servicio que prestan a estos dos reinos.

Aunque los nombres de las entidades en esta clasificación de nueve tipos provienen de la tradición judeocristiana, la tradición oculta en general confirma esta estructura jerárquica aunque los nombres difieren en otras escuelas y religiones de acuerdo con los diferentes idiomas.

Devas especializados

Existe, se nos dice, un buen número de devas cuya labor puede calificarse de altamente especializada. Y aunque en un texto básico como éste es imposible mencionarlos a todos, bien vale destacar la labor de cierto ángel conocido como el deva constructor de la forma humana. La idea habitual apoyada por la ciencia tradicional es que el embrión humano se desarrolla por sí mismo dentro de la matriz de la madre bajo el impulso químico provisto por ésta. En teosofía, en cambio, se nos dice que nada en el universo ocurre por sí mismo cuando se trata de la construcción de una forma. En lo que respecta al embrión humano, la observación clarividente de Geoffrey Hodson y otros, nos dice que en el momento de la concepción, un deva especializado coloca el átomo permanente del individuo que se apresta a encarnar en la nueva célula recién formada por el espermatozoide y el óvulo, conocida como el “zigote”. La presencia de este átomo vivificada por la corriente egoica que sobre él desciende (es decir, la energía creativa microscópica de la “palabra-fuerza”) entrega a la célula doble del nuevo organismo su apropiado ímpetu biológico; puesto en otras palabras, la hace crecer al impulso de la “Palabra” o sonido creativo. Con esta energía creativa proyectada a través del átomo permanente y la célula doble o zigote, se producen cuatro reacciones. No está dentro del contexto de esta lección comentar sobre tres de éstas, pero Hodson dice lo siguiente respecto a la cuarta:

“La cuarta reacción en los efectos del proceso de germinación, es la llamada de los Devas Constructores de la forma humana. El tipo de deva que acude al llamado depende de las características de la resonancia del sonido emitido. Elementales constructores también escuchan el sonido y acuden presurosos porque están entonados con el tipo de vibración tonal emitida por el individuo que va a reencarnar. Al arribar al lugar de la escena, penetran su esfera de influencia encontrándose en una atmósfera que les es congenial porque está regida por el acorde inherente al individuo. Los elementales proceden entonces instintivamente a absorber y especializar materia, para subsiguientemente irla añadiendo al embrión en desarrollo”.

Este tipo de observación, confirmada por otros clarividentes, describe en consecuencia la mecánica de la concepción y desarrollo fetal del cuerpo humano, proceso ignorado por la ciencia médica y por la mayoría de los seres humanos. Se nos dice que el deva principal cuenta no solo con la colaboración de elementales en este trabajo, sino también la de dos devas adicionales con los cuales se va estructurando el cuerpo del feto utilizando como guía las característica del molde etéreo determinado por los Señores del Karma en consonancia con la situación kármica que el individuo se ha labrado en previas encarnaciones.

Los elementales que colaboran en esta extraordinaria labor, lo hacen de manera instintiva y bajo la dirección de los devas. Estos, en cambio, realizan el trabajo desde su elevado estado de consciencia, guiados por el amor y el deseo de colaborar con el Plan Divino.

Mucho más puede decirse, por cierto, acerca del maravilloso Reino Dévico, también conocido como El Reino de los Dioses por aquellos que han tenido el singular privilegio de observarlo de manera clarividente. Información más detallada podrá encontrarse en la literatura recomendada al final de esta lección.

¿Es sensato creer en la existencia de los ángeles como seres reales? Para aquellos que creen en la realidad de la evolución evidentemente lo es. No carece de lógica suponer que así como existen reinos menos evolucionados que el humano, también debe haberlos más avanzados. El reino dévico es un reino más avanzado que evoluciona paralelamente al reino humano y que colabora con la evolución de éste último.

Concluimos citando una vez más a Leadbeater: “Existe entre la gente común gran confusión respecto a los ángeles. La sola idea de la realidad de su existencia es algo tan hermoso y poético, que la mayoría de las personas tiende a considerar tal realidad solo como poesía. Se habla acerca de estos magníficos Seres con la misma idea con que se habla de cuentos de hadas: muy hermosos, pero no reales. Nada puede estar, sin embargo, más lejos de la verdad que semejante conclusión. La gloria radiante de los Seres Angélicos es mucho más real que todo lo que existe en el plano físico. Más aún, si hemos de comparar sus cuerpos y los nuestros, los de ellos son mucho más reales y de mucha mayor duración, ya que estas nobles entidades viven una vida mucho más larga, mucho más vívida y en un estado de consciencia mucho más elevado que el que nosotros ostentamos en este nuestro mundo físico”.






CURSO INTRODUCTORIO, 14 LECCIONES -  RENARD, Enrique
 
Lección 3 -  VIDA DESPUÉS DE LA MUERTE

Lección 4 -  REENCARNACIÓN 

Lección 5 -  KARMA 

Lección 6 -  LA HERMANDAD BLANCA 

Lección 7 -  LA DOCTRINA DE LOS CICLOS 

Lección 8 -  EL DOBLE ETÉREO 

Lección 9 -  EL CUERPO ASTRAL 

Lección 10 -  EL PLANO MENTAL 

Lección 11 -  EL PODER DEL PENSAMIENTO 

Lección 12 -  LA CUESTIÓN DEL MAL 

Lección 13 -  EL REINO DÉVICO

Lección14 -  LA HERMANDAD UNIVERSAL 






LA HERMANDAD UNIVERSAL






Lección 14




HERMANDAD UNIVERSAL



En teosofía se nos dice que el concepto de la hermandad de todos los seres tiene su origen en aquella premisa fundamental que establece que toda manifestación de vida tiene un origen común: la Fuente Suprema, sin importar cuán variada y diversificada esta sea.

Gradualmente la humanidad va empezando a comprender y a acercarse a la idea de la unidad de toda vida, aceptándola al comienzo tal vez sólo como una premisa intelectual, pero que poco a poco se irá haciendo parte de nuestra consciencia interna y externa en respuesta a la realidad que encierra.

Demás está decir que tal realización deberá traer consigo una completa reorientación de nuestras actitudes no sólo con respecto a otros seres humanos, sino también para con los otros reinos de la Naturaleza y sus criaturas, afirmando con ello el reconocimiento de que toda vida es Divina y que la aparente separación de seres y objetos es simplemente la especialización de focos de consciencia, de una consciencia que es Una y universal.

Se nos dice que no nos sería posible compartir nada, que ni siquiera podríamos reconocernos o comunicarnos mutuamente si no fuera por nuestra participación en esta unidad que caracteriza la existencia consciente. Cuando nos damos cuenta de esta profunda verdad, es imposible dejar de ver que la hermandad es algo tan básico, tan natural como el brillo del sol o el alimento que nos procura La Tierra. Todos los grados de consciencia y de inteligencia son en realidad expresiones de la Vida Una. Del microbio al hombre, del átomo al ángel, el universo es la expresión de la Deidad, al margen del nombre con que la identifiquemos. Elevados o bajos, grandes o pequeños, verdaderamente “en Él vivimos, nos movemos y tenemos nuestra existencia”.

Este concepto de la hermandad postulado por la teosofía viene a ser entonces algo más que un simple ideal humanístico de bondad y consideración por los demás, cosa por cierto esencial si el hombre desea vivir en paz y armonía manifestando amor y compasión por toda criatura viviente. Decimos que es algo más que un noble ideal porque al postular la idea de la Vida Una como la raíz de todas las cosas y de todas las criaturas la Teosofía pone claro énfasis en el hecho de que la Ley de la Hermandad es tan inexorable como la ley de gravedad o cualquiera otra de las leyes que rigen el universo. Los efectos de la violación del esta ley en lo que respecta a actitudes individuales pueden no ser evidentes de inmediato, pero tarde o temprano tendrán lugar. El terrible caos que observamos sobre la faz de La Tierra en estos días es resultado directo de siglos de continua violación de la Ley de la Hermandad.

La naciente capacidad del hombre actual para comprender la trascendental verdad de “la identidad fundamental de cada alma con el Alma Universal” y la unidad de la familia de la humanidad, es algo que no ha ido paralelo con su capacidad para inventar métodos de destrucción mutua. Por ello, continúa persiguiendo lo que considera su propio interés por medio de la violencia e ignorando el bienestar de su prójimo. Porque olvida que aunque cada uno de nosotros tiene una función específica que llevar a cabo en el esquema general del universo, somos también parte de un solo Cuerpo, y el daño infligido a uno, es daño infligido a todos. No podemos considerar nuestra unidad como una simple metáfora, ni siquiera desde el punto de vista físico. Detengámonos por un momento para reflexionar acerca de lo obvio que resulta el hecho de que el aire que respiramos es el mismo, y que resulta muy difícil determinar en qué momento el aire que fue nuestro un momento antes se encuentra ahora en el cuerpo de otro ser humano y es parte de él; el oxígeno que respiramos es acarreado por los glóbulos rojos para mantener nuestra vitalidad, y al mismo tiempo exhalamos dióxido de carbono a la atmósfera que así mantiene su constitución apropiada en beneficio del reino vegetal. De hecho estamos continuamente recibiendo y contribuyendo a la misma atmósfera, y resulta difícil determinar en qué momento una cosa se torna en la otra. Y de acuerdo con esta reflexión, incluso los átomos de carbono, que son parte integral de nuestros cuerpos, pueden transformarse en parte de otra persona en cualquier momento dado.

Los arrabales pobres de una ciudad son generalmente sucios e insalubres, transformándose con ello en focos de enfermedades y epidemias. Ciertamente tal situación constituye una amenaza para la ciudad entera, al margen de cuán a salvo se consideren los ciudadanos que viven en barrios lujosos. También nos estamos empezando a dar cuenta de que la injusticia y el prejuicio pueden crear serios problemas morales y sociales para la ciudad, porque la Ley de la Hermandad opera tanto en lo moral como en lo físico.

Todos los hombres son iguales en cuanto a su origen e identidad divinos aunque existan vastas desigualdades de circunstancias y de desarrollo evolutivo entre unos y otros. Las lecciones anteriores sobre Reencarnación y Karma trataron acerca de estas diferencias. En otras lecciones hemos tratado sobre el desarrollo del Ego. Algunos Egos lograron individualización antes que otros, y los hay quienes aprendieron sus lecciones con mayor rapidez, superando así a sus propios contemporáneos. Algunos han escogido escalar la montaña en línea recta con todas las dificultades que ello representa; otros han preferido la ruta más prolongada que remonta la ladera lentamente en un camino lleno de curvas. Conviene sin embargo recordar las palabras del divino Sri Krishna en el Bhagavad Gita: “Sea cual fuere la forma como los hombres se acerquen a Mí, serán bienvenidos, ya que todos los senderos que escojan son Mi sendero”.

La mejor ilustración del concepto de la hermandad es aquella establecida por la familia, en la cual los miembros de más edad guían y ayudan a los más jóvenes sin alardes de superioridad o arrogancia. Los problemas y aflicciones de cada miembro, así como sus triunfos y alegrías, invariablemente afectan a todo el grupo familiar, ya que todos los que le componen están unidos por un sentimiento común de lazos afectivos e intereses comunes. La familia del Hombre, es decir, la humanidad, está destinada a manifestar el mismo sentimiento de unidad y consideración mutua.

Queda por cierto claramente establecido que la evolución humana aún tiene camino por recorrer, y que a través de su historia las manifestaciones de hermandad han sido breves y fragmentadas. Cuando el hombre hizo su aparición por vez primera en la escena cósmica, su única preocupación fue la propia supervivencia. No podemos decir que en nuestra época presente hemos logrado la emancipación total de semejante actitud, pero aún en aquel hombre primitivo un cambio gradual empezó a efectuarse cuando empezó a evidenciar un deseo de cuidar a los niños del grupo familiar, asegurando así la continuación de la especie. Posteriormente, los lazos de lealtad se extendieron para incluir a otros miembros del clan o tribu o religión a los cuales perteneciera el individuo.

Los Grandes Instructores de la humanidad siempre procuraron despertar en él el sentido unificador de la vida en común, pero sus seguidores interpretaron tal cosa como aplicable sólo a aquellos que también estaban dispuestos a seguir aquella determinada religión, excluyendo al resto. Este sentido limitado de la hermandad basado en una determinada fe fue llevado a cabo a expensas del concepto de la hermandad universal. El exclusivismo de la anterior proscribió el inclusivismo de esta última, pero en la historia del buen samaritano encontramos un claro ejemplo de hermandad en el individuo que no titubeó en sacrificarse personalmente para ayudar a alguien que no era de su propia gente, y Jesús utilizó esta parábola para ilustrar dramáticamente el verdadero sentido de la hermandad universal.

A medida que las diferentes épocas han ido transcurriendo con millones de seres transitando el sendero de la evolución, el concepto de la hermandad ha ido gradualmente cobrando importancia. Hubo una época, por ejemplo, en que se consideraba normal comprar y vender esclavos y tratarles con crueldad. Al cabo de un tiempo empezó a considerarse inaceptable tratarles mal, pero ello no implicaba prohibición de tenerlos. Tiempo después la idea del derecho moral de un ser humano de transformarse en dueño de otro empezó a ser vista como algo inapropiado. Hoy en día, la esclavitud es vista como un horror de tiempos pasados, y es completamente ilegal en todo país civilizado. Aquellos que en encarnaciones anteriores la practicaron sin mayores consideraciones, han avanzado en el sendero, y ahora la ven como algo totalmente inaceptable. Incluso – y aunque parezca paradojal – la erupción de hostilidades raciales es considerada por algunos como preludio a un reconocimiento más universal de la unidad esencial del hombre; la violencia en la cual encuentra expresión por el momento es el extremo sombrío del espectro de las relaciones humanas, pero al otro extremo vamos encontrando cada vez en mayor cantidad a aquellos que empiezan a vislumbrar la luz de la hermandad y la buena voluntad. La inhumanidad del ser humano para con sus congéneres está aún lejos de ser erradicada en este planeta, pero cuando observamos atentamente el plan evolutivo y nos damos cuenta de que cada cual cosecha lo que siembra y que tal es el sistema que nos enseña el recto proceder, resulta posible vislumbrar un futuro en el cual el reconocimiento de la interdependencia de los seres humanos y su mutua responsabilidad por el bienestar de la humanidad serán los principios fundamentales que gobiernen el nuevo orden social internacional que ha de eliminar las ciegas hostilidades y brutalidades aún existentes.

La certeza de que esto constituirá tarde o temprano una realidad inevitable no significa en modo alguno que podemos darnos el lujo de abandonar nuestros esfuerzos para que este cambio ocurra lo antes posible. Porque es necesario comprender que el que tiene que llevarlo a cabo es el propio ser humano, porque se trata de un proceso que no puede ser impuesto desde fuera por una deidad imaginaria.

En aquel notable libro “La Voz del Silencio”, en el capítulo titulado Los Siete Portales, al peregrino se le dice que deberá prepararse para responder a ciertas preguntas. Una de ellas es: ¿Has entonado tu corazón y tu mente con la mente y el corazón de toda la humanidad?”. La virtud de la compasión predicada con igual énfasis tanto por el Buda como por el Cristo, es la principal virtud a ser desarrollada íntegramente por todo aspirante al Sendero. El estar “en armonía total con todo aquello que vive; el amar al prójimo como a sí mismo, como hermano y discípulo de un solo Maestro e hijo de la misma madre” es la exigencia que se hace al peregrino que desea recorrer el Sendero espiritual.

Ninguno de nosotros sabe en qué estado de desarrollo se encuentra en comparación con quienes le rodean. Es lógico suponer que en cierto momento estuvimos en la misma situación en que ahora se encuentra nuestro hermano menos desarrollado y que, de igual manera, algún día nos encontraremos donde el actual gigante espiritual, nuestro hermano mayor, se encuentra ahora, porque entre todos nosotros existen diferentes grados de avance que son como escalones en la escala del progreso espiritual. De ahí lo inapropiado de juzgar a nuestro prójimo.

Tenemos no sólo un origen común, sino también una lucha y un destino comunes, y esta es la clara realidad que la humanidad aún no comprende, y sin la cual no nos será posible traer la ansiada paz que el mundo tanto necesita.

Si la prueba de la hermandad humana es difícil, el ser humano tiene aún otra similar que enfrentar y conquistar: la vida, cualquiera sea la forma en que ésta se manifieste. Él es el hermano mayor de los seres de otros reinos de la Naturaleza y es, en consecuencia, kármicamente responsable por la explotación de recursos naturales y por sus relaciones con el reino animal en particular. Porque es necesario comprender que aquel que acepta la validez del concepto de la Vida Una, jamás podrá excusarse de la crueldad de infligir deliberado sufrimiento a los animales. La reverencia por toda vida debe ser la base de la ética de quienes deseen vivir sus vidas en consonancia con verdaderos principios ocultos.

Citamos nuevamente la Voz del Silencio: “Habla la Compasión y nos dice, “¿Puede acaso haber felicidad cuando todo aquello que vive está sufriendo? ¿Tenemos derecho a salvarnos mientras escuchamos el grito angustiado del mundo entero?”. Estas palabras son dichas a aquellos que habiendo llegado al fin de la jornada humana se aprestan a ser liberados de la necesidad de volver a renacer en este mundo. La voz les pregunta si se sienten contentos al dejar a sus hermanos menores en el sufrimiento. Tendrán entonces que elegir entre cruzar el Portal hacia la liberación total o escuchar la voz angustiada de la humanidad y retornar, manteniéndose altruistas hasta el fin.

La Compasión es la principal virtud que el Iniciado debe manifestar antes de obtener la liberación. El conocimiento puede ser utilizado para bien o para mal, pero la compasión no tiene alternativa: escucha el grito angustiado y corre a prestar ayuda. Cada paso dado en nombre de la compasión es pues un paso apropiado. La práctica de la hermandad es la verdadera expresión de nuestra consciencia de la unidad de toda vida y de nuestro origen común en la Fuente Suprema.

El Maestro K.H. escribió en una de sus cartas a A.P. Sinnet lo siguiente: “El término Hermandad Universal no es algo venal. La humanidad entera tiene derecho a esperar ciertas cosas de nosotros… y esta es la única base segura para lograr una moral universal verdadera. Y si esto fuere solo un sueño, es sin duda un noble sueño para el género humano; y es también la aspiración más elevada del verdadero adepto.





RENARD, Enrique





domingo

PALAS ATHENA - VÍSTANSE CON LA FE DE DIOS






La espada de la fe está en las manos de aquellos que tienen la osadía para usarla. Saludos amigos de la Tierra, Yo Soy Athena, vuestra aliada y me uno una vez más a mi canal en la intención del Amor para compartir con ustedes de mi esencia.

Mi esencia es el Amor, mi objetivo es la iluminación del Ser y la expansión de la conciencia. ¿Qué deseo con ustedes? Tan sólo que se den cuenta de quiénes son, de lo que pueden y de lo que están haciendo en la Tierra.

Ustedes son seres divinos y siempre, siempre leerán eso en mis mensajes. Porque no tengo otro interés a no ser mostrarles de cuánto son capaces, cuán fuertes son, y lo que pueden experimentar y cuánto pueden realizar cuando están encajados en esta verdad.

Y solamente cuando están encajados en la Verdad del Espíritu es que son capaces de todas las cosas. Solamente cuando descubren la conexión con el Ser y se mantienen en ella que son capaces de manifestar las bendiciones, de materializar las vibraciones y derrumbar todas las barreras.

Además, la barrera que está puesta delante de ustedes se llama “Ignorancia”. Sí, ésta es la única barrera que les impide, sea en cualquier nivel que fuera. Vuestra ignorancia acerca de sí mismos es aquello que los ciega. Todo hombre está ciego si no sabe mirarse a sí mismo. Todo hombre es sordo si no sabe oírse a sí mismo y todo hombre está enfermo si no sabe reconocer la propia naturaleza divina.

Y reconocer no se trata de convencerse de ella, se trata de asumirla, de vivirla día tras día, a cada paso, en cada gesto, en cada palabra, en cada acción y en cada pensamiento. Ustedes son Dios en esencia, y como portadores de la esencia divina están dotados del conocimiento, de la Sabiduría y de su fuerza. Mientras tanto, están también dotados de arbitrariedad y es ese arbitrariedad que les da el derecho de elegir el camino.

La arbitrariedad les permite elegir el camino de la conexión con Dios o el camino opuesto. Hay millares de años sobre el Orbe terrestre, ustedes tienen vividas experiencias físicas con el objetivo de encontrar la esencia de ese Yo del otro lado.

Durante muchas vidas, ustedes movieron las cabezas para comprenderla y toda la experiencia que vivieron sirvió grandemente para traerlos hasta aquí. Y si están aquí hoy, en este tiempo, delante de la Transformación que ahora les ocurre es porque están prontos para asumir su divinidad.

Y aquel que no se comprende como chispa divina, en el sentido de la naturaleza y de la entereza de su Ser, no estará apto para vivenciar las dádivas de esta Verdad. Es un camino que muchas veces puede ser largo. Y quien va a determinar eso son ustedes.

Puede ser rápido, pero puede ser lento.

Qué camino eligen? Cómo quieren caminar rumbo a esa conexión con quiénes son? Quieren seguir en la alegría, en el júbilo y en la abundancia? Escojan así, si lo desean. Pero, quiero que sepan que cada elección tiene su precio. Y si no desean pagar por el precio de una elección, entonces, no elijan nada. Sin embargo, pagarán el precio por la ausencia de elección.

Cuando ustedes deciden no elegir, en verdad, ya están eligiendo. Y siempre será así. Ustedes eligen todo. Y todo viene como resultado o fruto de vuestras elecciones. La Tierra está involuntariamente conduciéndolos a vuestra mejora y mi orientación hoy es que se permitan ir con todo eso y no precisan saber cómo todo eso “va”, lo que precisan es saber cómo “ir” con el Todo.

Para que sigan en victorias y éxitos delante de la nueva energía que los cerca en el globo terrestre, será indispensable que tengan fe. Y tener fe, mis amigos, no es simplemente decir “Yo creo”, tener fe no es decir, es hacer. Tener fe no es creer qué van a conseguir, es creer que ya lo consiguieron.

El Cristo interno en ustedes está despertando cada día con más vigor, con más lucidez y verdad. Y esa lucidez traerá muchos de vuestros potenciales como Espíritus, otrora adormecidos por vuestras limitaciones adquiridas. Destruyan las corrientes y los lazos que aún los atan. No hay nadie atándolos, con excepción de ustedes mismos.

En esta Luna llena, más que palabras de enseñanza que refuerzan vuestra mudanza interior y vuestro progreso, quiero auxiliarlos en el proceso de la acción, quiero ayudarlos en el Despertar de ese Poder Divino, que aún está, en muchos niveles en ustedes, inerte, mórbido.

Delante de la Luz de la Luna Llena de Julio de 2013, la Luna que celebra el segundo semestre y que trae una nueva energía, más vibrante, más positiva y más acelerada, yergan la espalda de la fe y díganse a sí mismo y al Todo:

“Yo despierto a mi fe, otrora adormecida por la ignorancia que abracé.

Nadie en el Universo negará en mí, mi esencia divina. Todos confirmaron quién Yo Soy en Dios. Y más que todos ellos, yo preciso confirmarme como tal.

Rompo los lazos de la limitación a mi impuesta. Rompo mis miedos, mi desmotivación. Rompo mi unión con el pasado, pues quien yo fui, se fue. Yo Soy nuevo, diferente, y único exactamente ahora. Rompo mi unión con el mal, porque no quiero creer en él, pues si yo creo en él y lo combato, lo expandiré.

Me uno a lo que me hace bien. Me uno a mi Espíritu en la certeza de que cuando Yo Soy Uno con Él, soy Uno con el Creador que me hizo y que me delegó la herencia de lo mejor.

Los lazos de la ignorancia ya no me atan más, porque yo los rompí con mi voz, con mi deseo, con mi más pura intención de positividad y fe. Yo tengo fe sobre todas las cosas. Yo tengo fe en mí sobre toda circunstancia, sobre todo miedo, sobre toda tristeza, sobre toda maldad y sobre todo el mal que viene de afuera.

Yo tengo fe sobre cualquier dificultad, enfermedades, limitaciones y falta. Yo tengo fe, la fe absoluta en la provisión y en la abundancia del Bien y con esa fe me visto, con esa fe me lleno, con esa fe me completo. Y me completo en mí. Y me completo en Dios.

Que mi “Haya” sea tan brillante como la luz del Sol, tan firme como la roca, tan poderoso como el león y tan esplendoroso como el Universo. Que mi “Haya” sea la certeza que yo porto conmigo todos los días. Mi “Haya” me yergue, mi “Haya” me firma, mi “Haya” me bendice y mi “Haya” me sustenta. Y que así sea!”.

Gracias, amigos de la Tierra!
Yo Soy Palas Athena, vuestra aliada.


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Palas Athena a través de Vinícius Francis




viernes

LOS ELOHIM SOBRE LA LEY DE ATRACCIÓ Y EL DISTANCIAMIENTO O LA PROXIMIDAD DE PERSONAS











Lector: En el proceso de evolución individual como Ser y de encuentro y armonización con nuestro yo mayor, algunas personas, que en un momento dado fueron importantes y constantes en nuestra existencia actual, naturalmente se alejan sin algún esfuerzo de nuestra parte. Tal hecho puede ser considerado una selección natural realizada por el Espíritu o esencia de quien pasa por tal proceso?

LOS ELOHIM – Nos abrimos en la entereza y la completitud de quiénes somos a fin de cultivar una interacción con vosotros. Ábranse al Bien que pulsa inconmensurablemente en ustedes a fin de que puedan no solamente sentir nuestra esencia en armonía con la vuestra, sino también sentir vuestra propia esencia en su interior.

Somos sus compañeros en la evolución. Y somos porque escogemos ser, nada hacemos que no sea de nuestra voluntad y decisión hacer. Vibramos en conformidad con nuestro Ser de forma que vivimos en profunda armonía con el Dios en nosotros. Y es eso lo que torna al hombre poderoso y capaz de cualquier cosa.

Enfatizamos esas cosas a ustedes porque tenemos conciencia de que estar en la Tierra, que es un orbe físico, requiere construcción. Y sabemos muy bien al respecto de cómo se construye la materia sólida. Y reconocemos esa necesidad, una vez que sabemos que ustedes están inmersos en un mundo donde el “estado consciente de ser” es justamente en la materia.

Ustedes son motivados por muchos sueños, metas y objetivos en este orbe y consideramos eso bueno, porque los sueños motivan al ser humano, mejor aún, los sueños motivan al Espíritu.

Los sueños son nada más que la expansión de la Fuente, de forma que la Fuente se encuentra moviéndose dentro del Ser. Es su expresión en la criatura. Cuando ustedes tienen sueños son motivados a la Vida. Y la vida es un constante fluir en ese eterno soñar.

Los sueños son la forma que el Espíritu encuentra de expresarse y de buscar su evolución, pues en el camino de la realización de esos sueños ustedes van juntando piedras y con esas piedras edifican vuestra casa interior. El aprendizaje viene de la experiencia y la experiencia viene de la vivencia y no puede haber vivencia si no hay sueños para motivarla. ¿Están de acuerdo?

Y todo en el Universo está unido por una especie de afinidad. Todo está unido por semejanza vibratoria y no hay absolutamente nada que no esté sobre ese contexto o Ley Si ustedes observan las estrellas, los cielos, el Universo, verán la creación expresándose de forma “material”, sólida. Y eso sólo es posible porque las moléculas, átomos y energías que forman las estrellas, los planetas y las galaxias están unidos por alguna fuerza que los atrae mutuamente.

A esa fuerza de atracción la denominamos de ley. Ahí en la Tierra hay un término bien aplicado de “ley de atracción”. Porque realmente todo en el Universo se atrae a partir de su frecuencia en términos de energía, en términos de lo que ustedes llamarían de Vibración.

Y todo, en el Universo físico y no físico es atraído por afinidad. La afinidad sería lo que podemos nombrar de similitud Todo aquello que posee similitud energética X, es atraído hacia las otras cosas que poseen la misma similitud energética X.

Y decimos “similitud” porque si jugáramos aquí la palabra “semejanza” dentro del contexto humano, ejemplificando hechos requeridos en la pregunta, podríamos remitirlos a cosas como : gustos personales y manera de ser.

Y ustedes no son atraídos hacia las personas por los gustos personales. Claro que eso tiene su peso.
Sino, que ustedes son atraídos por las citadas “similitudes energéticas”, en otras palabras, en la realidad humana, serían creencias y valores internos de cada uno.

Las personas alrededor de ustedes expresan exactamente vuestras creencias y valores personales.

Pero, Elohim, yo preciso convivir con esas personas al final, ellas componen mi círculo profesional o son de mi unión natural humana o familia.

Sí, eso es verdad, visto desde un ángulo humanamente lógico. Observado por la óptica de lo que ustedes llaman ley de atracción, ustedes están siendo atraídos a todo aquello que vibra en la frecuencia y similitud de frecuencia en la que ustedes vibran. Explicado más fácilmente, todos a vuestro alrededor, en algún nivel de vibración emiten señales que son “similares” en naturaleza y calidad, o en otro término, “parecidos” con los vuestros.

Si no fuese así esas personas que están en vuestro contexto hoy, simplemente dejarían de estar. Porque si en determinado momento ustedes se modifican en términos energéticos, todo eso se alterará.

Imaginen un cuadro y en ese cuadro, son puestas varias figuras, y una de ellas es ustedes, individualmente. Y por el Universo, todas las figuras que son colocadas a vuestro alrededor o en las proximidades, dentro de la realidad que ustedes ocupan en el cuadro, tienen similitudes con ustedes.

Y a partir del momento en que ustedes comienzan a emitir una energía diferente, natural y automáticamente (a nivel del Universo) ustedes son movidos hacia el lado que mejor combina con ustedes o al que pasaron a vibrar. Y todos están puestos en ese cuadro existencial. Y unos cambian de posición con cierta frecuencia y otros no. Todo depende de cómo Vibra el Ser, de cómo el modifica o altera eso.

Naturalmente, perciban en el “bailar” y el moverse de las energías que podemos nombrar de Universo, ustedes se van moviendo y ganando vuestros espacios, y en esos espacios irán interactuando con nuevos seres físicos, que vienen a ustedes, justamente para indicarles en cuál patrón están vibrando.

Y si ese moverse deseado no está ocurriendo y si ustedes juzgan estar en la posición equivocada en el cuadro, próximos de personas con quienes no les gustaría estar o lejos de otras con las que gustarían estar, implica que su deseo de cambio no “alcanzó”, a nivel energético, el Universo, de forma que él aún no “siente” eso pulsando, de vuestra parte, como su vibración más intensa, más dominante.

Porque cuando eso ocurra no será necesario ni siquiera que pidan, porque el “pedir” nunca fue realmente necesario, pues ustedes serán conducidos por esas “fuerzas naturales” de modo que encajen en medio de las figuras que desean. En otras palabras, serán llevados cerca de personas que desean proximidad porque vibran como ellas y serán sacados de otras que dejaron de vibrar como ellas.

Y eso se aplica a todas las áreas de vuestras vidas. La falta los rodea porque aún vibran la falta, aún la nutren o de alguna manera, la sustentan en sus vibraciones.

El pedir no es necesario porque cada vez que ustedes se encuentran con cosas que desean ya hacen eso automáticamente. Acaso le están pidiendo a quién? La ley no es arbitraria, ella es ejecutiva y matemática. Ella irá a trabajar con aquello que ustedes ofrecen, o sea, ustedes están con las posibilidades en las manos. Ustedes están con los medios para hacer todas las modificaciones necesarias y deseadas.

Lo que importa es que cambien vuestra señal interior. Lo que importa es que alteren la forma cómo piensan, cómo sienten, cómo creen y cómo actúan. Si el “actuar” no mudó significa que la base allá atrás, el pensamiento, no cambió , o cambió pero no ganó fuerza suficiente , no fue lo bastante “motivado” para ir hasta el campo de la “acción”.

Y es vuestra tarea hacer eso! Es vuestro deber como creadores de vuestra realidad hacer esas alteraciones. El Universo está listo para moverlos hacia donde quiera que ustedes apetezcan ir.

El Universo está matemáticamente preparado para hacer cualquier alteración de vuestra posición en el “cuadro de la existencia”. Dios está pronto para modificar las cosas en vuestras vidas, con todo, cabe a ustedes el ofrecer la energía necesaria para que él pueda conducirlos a lo que realmente desean.

Muévanse!. Hagan las alteraciones necesarias. Enfóquense en el estado de vibración y en aquello que desean, pues no es el simple enfoque en el objetivo que trae al objetivo, y si el enfoque en la frecuencia de similitud con el objetivo. Ustedes conocen personas que no imaginaron que llegarían a dónde llegaron y si la creación y manifestación ocurre solamente cuando el Ser mantiene en su mente la “idea del sueño” activada, entonces, esas personas no lo habrían conseguido.

Pero ellas lo consiguieron porque mantuvieron una energía que poseía un equivalente con lo que deseaban y eso las llevó hasta allí, con sus caminos, con sus medios, muchas veces inimaginables, pero llegaron. Y realmente los medios no importan. El objetivo si debe importar.

La forma cómo ustedes viven la vida debe importar y si están viviéndola de la mejor forma posible, que es justamente, lo más cerca posible de vuestro estado de plenitud y alineamiento con quiénes son, entonces, el viaje está valiendo la pena y todos los componentes necesarios para cualquier desplazamiento que quieran realizar, dentro del cuadro de la existencia, se unirán a ustedes por el camino hasta que eso de hecho, suceda.

Ustedes viven próximos a todo lo que vibra en fajas semejantes a las vuestras y siempre será así. Mantengan vuestro enfoque en : Preciso sentirme feliz, preciso vivir en concordancia con quien soy interiormente, porque es solamente cuando vivo así que consigo ser feliz y si consigo ser feliz, significa que consigo estar alegre, motivado y entusiasmado por el Bien. Y la consecuencia de eso será la manifestación, que no es mágica, y sí, natural, pues me coloqué en la vibración de tener y vivir eso, entonces , ella es natural.

Es natural tener y usufructuar todo aquello que es similar a lo que vibro y puedo cambiar si escojo sintonizarme de forma diferente. Es siempre así en mi vida y en la vida de cualquiera.

Ustedes pueden vibrar lo que ven o pueden vibrar lo que desean vibrar. Y lo que define eso, es la forma en cómo ustedes piensan y sienten. Encuentren la vibración de aquello que ustedes quieren experimentar y comiencen a practicarla siempre que puedan. Entrenen eso constantemente! Tengan por meta: Preciso sentirme de la forma en que me sentiría si ya estuviese allí.

Y comiencen el viaje que es a nivel interior, y no tiene nada que ver con lo que está allá afuera.

Caminen, nutran, sientan, llévense las cosas, personas, lugares y situaciones que promuevan similitud con aquello que desean vivir. Insistan en esa vibración, no en el mismo pensamiento, pues sustentar el mismo pensamiento no tiene funcionalidad precisa. Sustenten la misma vibración! Transfórmense! Ustedes pueden si realmente desean.

Todo es seleccionado por el Universo y si ustedes asumen esa fe y supieran manipular vuestra energía y desistir de manipular la vida, entonces, experimentarán otro contexto de la realidad, completamente diferente.

En cuál posición del cuadro de la existencia ustedes desean estar? Escojan, vibren, inviertan, y conquisten, pues ustedes pueden todo y los poderes del Universo estarán siempre a vuestra disposición.

Haya Luz!

A través de Vinícius Francis










jueves

LOS SIETE ASPECTOS DE DIOS de EMMET FOX







Alguna vez te has preguntado: ¿Cómo es Dios?

Nos han enseñado a orar apartándonos del problema y pensar en Dios; pero, ¿Cómo pensamos en Dios?  ¿Cómo es Su naturaleza?  ¿Cuál es Su carácter? ¿Dónde está? ¿Podemos realmente contactarlo?

Y si es así, ¿cómo?

Lo primero y lo más importante que debe comprenderse, es que Dios no es solamente una clase superior de hombre. La Biblia dice que Dios es espíritu y que aquellos que lo adoran, deben adorarlo en espíritu y en verdad. Adorarlo en espíritu significa obtener una comprensión espiritual de Su naturaleza.

Definir a Dios sería limitarlo, pero nosotros podemos obtener un excelente conocimiento básico de Dios considerando los diferentes aspectos de Su naturaleza. De éstos, hay siete aspectos principales que son más importantes que los demás. Estas son siete verdades fundamentales sobre Dios, verdades que nunca cambian.

Pensar en cualquier aspecto de Dios, resolverá un problema en el momento, pero si seleccionas el aspecto correcto, obtendrás el resultado más rápido y con mayor facilidad.

“Porque las cosas invisibles de él su eterno Poder y deidad, se hacen claramente visibles
 desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas...” (Romanos 1:20)



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