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FUERA DE ESTE MUNDO de NEVILLE GODDARD

 




1905, Parroquia de Saint Michael, Barbados 1972,  California, Estados Unidos



CAPÍTULO 1

PENSAR CUATRIDIMENSIONALMENTE

 

 

 

Y os lo he dicho ahora, antes que suceda, para que cuando suceda, creáis. Juan 14:29.

 

Muchas personas, incluyéndome a mí, han observado eventos antes de que ocurran; es decir, antes de que ocurran en este mundo de tres dimensiones. Desde que el hombre puede observar un evento antes de que ocurra en el espacio de tres dimensiones, la vida en la tierra debe proceder acorde al plan, y este plan debe existir en otro lugar, en otra dimensión y debe estar moviéndose lentamente a través del espacio.

 

Si los eventos que ocurren, no estaban en este mundo cuando fueron observados, entonces, para ser perfectamente lógicos, deben haber existido fuera de este mundo. Y lo que sea que esté allí para ser visto antes de que ocurra aquí, debe estar “predeterminado” desde el punto de vista del hombre despierto en un mundo tridimensional. Entonces, surge la pregunta: ¿Somos capaces de alterar nuestro futuro?

 

Mi objetivo en escribir estas páginas es indicar las posibilidades inherentes en el hombre, para mostrar que el hombre puede alterar su futuro; pero, una vez alterado, forma nuevamente una secuencia determinista comenzando desde el punto de interferencia - un futuro que será consistente con la alteración. La característica más remarcable del futuro del hombre, es su flexibilidad. Es determinado por sus actitudes, más que por sus acciones.

 

El pilar desde el cual todas las cosas están hechas, es el concepto que tiene el hombre de sí mismo. Él actúa de la manera en que actúa, y tiene las experiencias que tiene, porque su concepto de sí mismo es lo que es, y por ninguna otra razón. Si el tuviera otro concepto de sí mismo, él actuaría de manera diferente. Un cambio de concepto de sí mismo, automáticamente altera su futuro: y un cambio en cualquier término de sus futuras series de experiencias, recíprocamente altera su concepto de sí mismo.

 

Las asunciones del hombre, que él considera insignificantes, producen efectos que son considerables; por lo tanto el hombre debería revisar la valorización que le da a una asunción, y reconocer su poder creativo.

 

Todos los cambios toman lugar en la conciencia. El futuro, aunque esté preparado en cada detalle por adelantado, tiene varios resultados. En cada momento de nuestras vidas, tenemos delante de nosotros la elección de cuál de varios futuros elegiremos.

 

Hay dos tipos de resultados reales en el mundo que todos poseemos - un foco natural y un foco espiritual. Los antiguos maestros llamaban al primero “la mente carnal” y al segundo “la mente de Cristo”.

 

Podemos diferenciarlos como: una despierta conciencia ordinaria - gobernada por nuestros sentidos; y una imaginación controlada - gobernada por nuestro deseo.

 

Reconocemos estos dos distintivos centros de pensamiento en esta declaración: “Pero el hombre natural no acepta las cosas del Espíritu de Dios, porque para él son necedad; y no las puede entender, porque se disciernen espiritualmente.” 1 Corintios 2:14.

 

El punto de vista natural, confine la realidad al momento llamado “ahora”. Para el punto de vista natural, el pasado y el futuro son puramente imaginarios.

 

El punto de vista espiritual, por otro lado, ve los contenidos del tiempo. Ve a los eventos como objetos en el espacio, distintivos y separados. El pasado y el futuro son un Todo presente, para el punto de vista espiritual. Lo que es mental y subjetivo para el hombre natural, es concreto y objetivo para el hombre espiritual.

 

El hábito de ver sólo lo que nuestros sentidos nos permiten ver, nos deja completamente ciegos a lo que de otra manera podríamos ver.

 

Para cultivar la facultad de ver lo invisible, deberíamos desapegar deliberadamente nuestra mente de la evidencia de los sentidos, y enfocar nuestra atención en un estado invisible, mentalmente sintiéndolo y percibiéndolo hasta que tenga toda la peculiaridad de la realidad.

 

El pensamiento sincero y concentrado, enfocado en una dirección en particular, deja afuera otras sensaciones y hace que desaparezcan. Solo basta con que nos concentremos en el estado deseado, para poder verlo.

 

El hábito de sacar la atención de la región de las sensaciones, y concentrarla en lo invisible, desarrolla nuestro resultado espiritual y nos permite penetrar más allá del mundo de los sentidos, y nos deja ver aquello que es invisible.

 

“Porque desde la creación del mundo, sus atributos invisibles, su eterno poder y divinidad, se han visto con toda claridad”Romanos 1:20.

 

Esta visión es completamente independiente de las facultades naturales. ¡Ábrela y Apúrala! Porque sin ella, estas instrucciones son inútiles, ya que: “las cosas del espíritu se disciernen espiritualmente”.

 

Un poco de práctica nos convencerá de que podremos, al controlar nuestra imaginación, restructurar nuestro futuro en armonía con nuestro deseo. El deseo es el impulso primario de la acción. No podemos mover ni un solo dedo sin el deseo de moverlo. No importa lo que hagamos, seguimos el deseo que en el momento domina nuestra mente. Cuando rompemos un hábito, nuestro deseo de romperlo es más grande que nuestro deseo de continuar con ese hábito.

 

Los deseos que nos impulsan a la acción son aquellos que sostienen nuestra atención. Un deseo no es más que estar conscientes de algo que nos falta o necesitamos para hacer nuestra vida más disfrutable.

 

Los deseos siempre tienen alguna ganancia personal en vista, cuanto más grande sea la ganancia anticipada, más intenso será el deseo. No hay ningún deseo absolutamente desinteresado. Donde no hay nada que ganar no hay deseo y, consecuentemente, no hay acción.

 

El hombre espiritual le habla al hombre natural a través del lenguaje del deseo.

 

La clave para el progreso de la vida y para el cumplimiento de los sueños, yace en la dispuesta obediencia a su voz. La determinada obediencia a su voz es una inmediata asunción del deseo cumplido. Desear un estado, es tenerlo.

 

Como dijo Pascal, "Tú no me hubieras buscado, si no me habrías ya encontrado". El hombre, al asumir el sentimiento de su deseo cumplido, y luego viviendo y actuando en esta convicción, altera el futuro en armonía con su asunción. Las asunciones despiertan lo que afirman.

 

Tan pronto como el hombre asume el sentimiento de su deseo cumplido, su ser cuatri-dimensional encuentra maneras para obtener su final, descubre métodos para su realización.

 

No conozco definición más clara para los medios por los cuales realizar nuestros deseos, que el de experimentar en la imaginación lo que experimentaríamos en la carne si fuéramos a cumplir nuestro objetivo. Esta experiencia del final, dará los medios. Con su perspectiva más grande, nuestro ser cuatri-dimensional construye entonces, los medios necesarios para realizar el final aceptado.

 

Para la mente no disciplinada, le parece muy difícil asumir un estado el cual es negado por los sentidos.

 

Aquí hay una técnica que hace que sea más fácil vivir los eventos antes de que ocurran, para “llamar a las cosas que no existen, como si existieran.” Romanos 4:17. La gente tiene la costumbre de menospreciar la importancia de las cosas simples; pero esta fórmula simple para cambiar el futuro fue descubierta luego de años de búsqueda y experimentación.

 

El primer paso para cambiar el futuro, es el deseo - eso es: define tu objetivo - Sabe definitivamente lo que quieres.

 

Segundo: construye un evento que tú crees que vivirías siguiendo el cumplimiento de tu deseo - un evento que implique el cumplimiento de tu deseo - algo que la acción del Ser sea predominante.

 

Tercero: inmoviliza tu cuerpo físico e induce una condición semejante al sueño - acuéstate en una cama o relájate en una silla e imagina que tienes sueño; luego, con tus ojos cerrados y tu atención enfocada en la acción que pretendes experimentar - en la imaginación-, siente mentalmente que estás justo en medio de la acción propuesta-, imaginando durante todo el tiempo que estás realmente actuando la acción, aquí y ahora. Tú debes siempre participar en la acción imaginaria, no meramente estar detrás parado y observar, sino que debes sentir que tú estás realmente actuando la acción, para que la sensación imaginaria sea real para ti.

 

Siempre es importante recordar que la acción propuesta debe ser una que siga el cumplimiento de tu deseo; y también, tú debes sentirte a ti mismo justo en medio de la acción hasta que tenga toda la viveza y distinción de realidad.

 

Por ejemplo: Suponte que tú deseas una promoción en la oficina. Ser felicitado sería un evento que tú vivirías siguiendo el cumplimiento de tu deseo. Habiendo elegido esta acción como la que experimentarás en la imaginación, inmoviliza el cuerpo físico, e induce un estado próximo al sueño - un estado somnoliento- pero uno en el que todavía puedas controlar la dirección de tus pensamientos - un estado en el que estás atento pero sin esfuerzo. Ahora, imagina que un amigo está parado frente a ti. Pon tu mano imaginaria en la de él. Primero siéntela sólida y real, luego ten una conversación imaginaria con él en armonía con la acción. No te visualices a ti mismo a distancia en un punto en el espacio, ni a distancia en un punto en el tiempo siendo felicitado por tu buena fortuna. En vez de eso, haz que aquel otro lugar sea aquí; y el futuro, ahora. El evento futuro es una realidad ahora en un mundo dimensionalmente más grande; y, aunque parezca mentira, ahora en un mundo dimensionalmente más grande, es equivalente a aquí en el espacio ordinario tridimensional de la vida diaria.

 

La diferencia entre sentirte a ti mismo en la acción, aquí y ahora, y visualizarte a ti en acción, como si estuvieras en una pantalla cinematográfica, es la diferencia entre el éxito y el fracaso. La diferencia será apreciada si tú ahora te visualizas a ti mismo subiendo una escalera. Luego, con los ojos cerrados, imagina que la escalera está justo enfrente tuyo, y tu sientes que estás realmente subiéndola.

 

El deseo, la inmovilidad física bordeando el sueño, y la acción imaginaria en el que el propio ser sentimentalmente predomina, aquí y ahora, no son solo factores importantes para alterar el futuro, sino que son condiciones esenciales para conscientemente proyectar nuestro ser espiritual. Si cuando el cuerpo físico al estar inmovilizado, se posesiona de la idea de hacer algo - e imaginar que lo estamos haciendo aquí y ahora, y mantener esa acción imaginaria con gran emoción justo hasta que nos quedemos dormidos-, tendremos más posibilidades de despertar fuera del cuerpo físico para encontrarnos en un mundo dimensionalmente más grande con un foco dimensionalmente más grande y haciendo realmente lo que deseamos e imaginamos que estábamos haciendo en la carne.

 

Pero ya sea que despertemos allí o no, aun así estamos actuando la acción en el mundo cuatri-dimensional, y aun lo volveremos a vivir en el futuro, aquí en el mundo tridimensional.

 

La experiencia me ha enseñado a restringir la acción imaginaria, a condensar la idea que será el objeto de nuestra meditación, en un solo acto, y recrearlo una y otra vez, hasta que tenga la sensación de realidad. Porque si no, la atención, divagará a una línea de temas que estén asociados, y líneas de imágenes asociadas se nos harán presentes en nuestra atención. En unos pocos segundos, nos llevarán a miles de kilómetros, lejos de nuestro objetivo en un punto en el espacio, y años luz en un punto en el tiempo.

 

Si decidimos subir una escalera en particular, porque ese sería el evento más probable que seguiría a continuación de la realización de nuestro deseo, entonces debemos restringir la acción a subir esa escalera en particular. Si nuestra atención divagará, debemos traerla de nuevo a su tarea de subir la escalera y continuar haciéndolo hasta que la acción imaginaria tenga toda la solidez y distinción de la realidad. La idea debe ser mantenida en el campo de la presentación sin ningún tipo de esfuerzo sensorial de nuestra parte. Debemos, con el mínimo de esfuerzo, permeabilizar la mente con el sentimiento del deseo cumplido.

 

El adormecimiento facilita los cambios, porque favorece a la atención sin esfuerzo, pero no debe ser empujado al punto tal de dormirse, en el cual ya no podremos controlar los movimientos de nuestra atención, sino que debe llegar a un adormecimiento de grado moderado en el cual todavía somos capaces de dirigir nuestros pensamientos.

 

Una manera muy efectiva de personificar un deseo, es asumir el sentimiento del deseo cumplido y luego, en un estado relajado y adormecido, repetirlo una y otra vez, como una canción de cuna, cualquier frase corta que implique el cumplimiento de nuestro deseo, como por ejemplo: “Gracias”, como si nos dirigiéramos a un poder más alto, por haberlo hecho por nosotros.

 

Sin embargo, si buscamos una proyección consciente a un mundo dimensionalmente más grande, entonces debemos mantener la acción en marcha hasta que nos quedemos dormidos.

 

Experimenta en la imaginación, con toda la distinción de la realidad, lo que sería experimentado en la carne si tú lograras tu objetivo; y con el tiempo, lo experimentarás en la carne como lo has experimentado en la imaginación.

 

Alimenta a la mente con premisas - es decir, aserciones que se presumen ser ciertas, porque las asunciones, aunque sean irreales para los sentidos, si se persiste en ellas hasta que tengan la sensación de realidad, se materializarán en hechos. Para una asunción, todos los medios que promocionen su realización son buenos. Influencian en el comportamiento de todas al inspirar en ellas, los movimientos, acciones y palabras que tienden hacia sus cumplimientos.

 

Para entender cómo el hombre moldea su futuro en armonía con su asunción, debemos saber a qué nos referimos con “un mundo dimensionalmente más grande”, porque es a un mundo dimensionalmente más grande al que vamos para alterar nuestro futuro. La observación de un evento antes de que suceda implica que el evento es predeterminado desde el punto de vista del hombre en el mundo tridimensional. Por lo tanto, para cambiar las condiciones aquí en las tres dimensiones del espacio, debemos primero cambiarlas en las cuatro dimensiones del espacio.

 

El hombre no sabe exactamente a qué se refiere con “mundo dimensionalmente más grande”, y no dudaría en negar la existencia de su propio ser dimensionalmente más grande.

 

El hombre está familiarizado con las tres dimensiones de longitud, anchura y altura, y él siente que si hubiera una cuarta dimensión, debería ser tan obvia para él como las dimensiones de longitud, anchura y altura.

 

Una dimensión no es una línea; es cualquier manera en que una cosa pueda ser medida que es completamente diferente de todas las otras maneras. Es decir, al medir a un sólido cuatri-dimensionalmente, simplemente lo medimos en cualquier dirección excepto de su longitud, anchura y altura.

 

¿Existe otra manera en que se pueda medir a un objeto que no sea en su longitud, anchura y altura?

 

El tiempo mide mi vida sin emplear estas tres dimensiones de longitud, anchura y altura.

 

No existe tal cosa como un objeto instantáneo. Su aparición y desaparición son medibles.

 

Perdura por un período de tiempo definitivo. Podemos medir su periodo de vida sin usar las dimensiones de longitud, anchura y altura.

 

El tiempo es definitivamente una cuarta manera de medir un objeto.

 

Cuanto más dimensiones tenga un objeto, más sustancial y real se convierte. Una línea recta, que yace completamente en una dimensión, adquiere forma, masa y sustancia por la suma de dimensiones. ¿Qué cualidad nueva daría el tiempo, la cuarta dimensión, que sería mucho más superior a los sólidos, como los sólidos son a las superficies y las superficies a las líneas?

 

El tiempo es un medio para los cambios en la experiencia porque todos los cambios necesitan tiempo. La nueva cualidad es la variabilidad.

 

Observa que si bisecamos un sólido, su corte transversal sería una superficie; y si bisecamos una superficie obtendremos una línea; y si bisecamos una línea obtendremos un punto. Esto significa que un punto no es más que un corte transversal de una línea, la cual es un corte transversal de una superficie, la cual es un corte transversal de un sólido, el cual, si seguimos con su conclusión lógica, es nada más que un corte transversal de un objeto cuatri-dimensional.

 

No podemos ignorar la conclusión de que todos los objetos tridimensionales son nada más que un corte transversal de cuerpos cuatri-dimensionales. Lo que significa que: cuando te conozco, estoy conociendo un corte transversal de tu ser cuatri-dimensional - el ser cuatri-dimensional que no se ve. Para ver el ser cuatri-dimensional, debo ver todos los cortes transversales, o momentos de tu vida desde el nacimiento, a la muerte, y verlos a todos coexistiendo.

 

Mi enfoque debería tomar todo el despliegue de las impresiones sensoriales que tú hayas experimentado en la tierra, más aquellas que tú podrías encontrar. Debería verlas, no en el orden en que tú las has experimentado, sino como un presente completo.

 

Dado a que el cambio es la característica de la cuarta dimensión, yo debería verlas en un estado de flujo como a un todo viviente y animado.

 

Si tenemos todo esto claramente fijado en nuestras mentes, ¿Qué significa para nosotros en este mundo tridimensional?

 

Significa que, si podemos movernos en la longitud del tiempo, podemos ver el futuro y alterarlo como deseáramos.

 

Este mundo, el cual lo creemos tan sólidamente real, es una sombra de la cual, y más allá de la cual, en algún momento nos iremos.

 

Es una abstracción de un mundo más fundamental y dimensionalmente más grande - un mundo más fundamental abstraído de un mundo aún más fundamental y dimensionalmente aún más grande, y así sucesivamente. El absoluto es inalcanzable bajo cualquier medio o análisis, no importa cuántas dimensiones le agreguemos a este mundo.

 

El hombre puede probar la existencia de un mundo dimensionalmente más grande simplemente al enfocar su atención en un estado invisible e imaginar que lo ve y lo siente. Si él permanece concentrado en ese estado, su ambiente presente desaparecerá, y él despertará en un mundo dimensionalmente más grande donde el objeto que contemplaba será visto como una realidad concreta y objetiva.

 

Intuitivamente siento que, si él abstrajera sus pensamientos de este mundo dimensionalmente más grande, y se retirara aún más adentro de su mente, él traería una exteriorización del tiempo. Él descubriría que cada vez que se retira hacia su mente interior y trae una exteriorización del tiempo, el espacio se convierte dimensionalmente más grande. Y por lo tanto, concluiría que ambos tiempo y espacio son seriales, y que el drama de la vida es nada más que el escalar un bloque de tiempo multitudinario dimensional.

 

Los científicos algún día explicaran porque hay un Universo Serial.

 

Pero en la práctica, lo más importante es cómo usar este Universo Serial para cambiar el futuro. Para cambiar el futuro, sólo necesitamos concentrarnos con dos mundos en la serie infinita, el mundo que conocemos con la razón de nuestros órganos corpóreos, y el mundo que percibimos independientemente de nuestros órganos corpóreos.

 


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