CAPÍTULO 1
PENSAR CUATRIDIMENSIONALMENTE
Y os lo he dicho ahora, antes
que suceda, para que cuando suceda, creáis. Juan 14:29.
Muchas personas, incluyéndome a mí,
han observado eventos antes de que ocurran; es decir, antes de que ocurran en
este mundo de tres dimensiones. Desde que el hombre puede observar un evento
antes de que ocurra en el espacio de tres dimensiones, la vida en la tierra
debe proceder acorde al plan, y este plan debe existir en otro lugar, en otra
dimensión y debe estar moviéndose lentamente a través del espacio.
Si los eventos que ocurren, no
estaban en este mundo cuando fueron observados, entonces, para ser
perfectamente lógicos, deben haber existido fuera de este mundo. Y lo que sea
que esté allí para ser visto antes de que ocurra aquí, debe estar “predeterminado”
desde el punto de vista del hombre despierto en un mundo tridimensional.
Entonces, surge la pregunta: ¿Somos capaces de alterar nuestro futuro?
Mi objetivo en escribir estas
páginas es indicar las posibilidades inherentes en el hombre, para mostrar que
el hombre puede alterar su futuro; pero, una vez alterado, forma nuevamente una
secuencia determinista comenzando desde el punto de interferencia - un futuro
que será consistente con la alteración. La característica más remarcable del
futuro del hombre, es su flexibilidad. Es determinado por sus actitudes, más
que por sus acciones.
El pilar desde el cual todas las
cosas están hechas, es el concepto que tiene el hombre de sí mismo. Él actúa de
la manera en que actúa, y tiene las experiencias que tiene, porque su concepto
de sí mismo es lo que es, y por ninguna otra razón. Si el tuviera otro concepto
de sí mismo, él actuaría de manera diferente. Un cambio de concepto de sí
mismo, automáticamente altera su futuro: y un cambio en cualquier término de
sus futuras series de experiencias, recíprocamente altera su concepto de sí
mismo.
Las asunciones del hombre, que él
considera insignificantes, producen efectos que son considerables; por lo tanto
el hombre debería revisar la valorización que le da a una asunción, y reconocer
su poder creativo.
Todos los cambios toman lugar en la
conciencia. El futuro, aunque esté preparado en cada detalle por adelantado,
tiene varios resultados. En cada momento de nuestras vidas, tenemos delante de
nosotros la elección de cuál de varios futuros elegiremos.
Hay dos tipos de resultados reales
en el mundo que todos poseemos - un foco natural y un foco espiritual. Los
antiguos maestros llamaban al primero “la mente carnal” y al segundo “la mente
de Cristo”.
Podemos diferenciarlos como: una
despierta conciencia ordinaria - gobernada por nuestros sentidos; y una
imaginación controlada - gobernada por nuestro deseo.
Reconocemos estos dos distintivos
centros de pensamiento en esta declaración: “Pero el hombre natural no
acepta las cosas del Espíritu de Dios, porque para él son necedad; y no las
puede entender, porque se disciernen espiritualmente.” 1 Corintios
2:14.
El punto de vista natural, confine
la realidad al momento llamado “ahora”. Para el punto de vista natural, el
pasado y el futuro son puramente imaginarios.
El punto de vista espiritual, por
otro lado, ve los contenidos del tiempo. Ve a los eventos como objetos en el
espacio, distintivos y separados. El pasado y el futuro son un Todo presente,
para el punto de vista espiritual. Lo que es mental y subjetivo para el hombre
natural, es concreto y objetivo para el hombre espiritual.
El hábito de ver sólo lo que
nuestros sentidos nos permiten ver, nos deja completamente ciegos a lo que de
otra manera podríamos ver.
Para cultivar la facultad de ver lo
invisible, deberíamos desapegar deliberadamente nuestra mente de la evidencia
de los sentidos, y enfocar nuestra atención en un estado invisible, mentalmente
sintiéndolo y percibiéndolo hasta que tenga toda la peculiaridad de la
realidad.
El pensamiento sincero y
concentrado, enfocado en una dirección en particular, deja afuera otras
sensaciones y hace que desaparezcan. Solo basta con que nos concentremos en el
estado deseado, para poder verlo.
El hábito de sacar la atención de
la región de las sensaciones, y concentrarla en lo invisible, desarrolla
nuestro resultado espiritual y nos permite penetrar más allá del mundo de los
sentidos, y nos deja ver aquello que es invisible.
“Porque desde la creación del
mundo, sus atributos invisibles, su eterno poder y divinidad, se han visto con
toda claridad”. Romanos 1:20.
Esta visión es completamente
independiente de las facultades naturales. ¡Ábrela y Apúrala! Porque sin ella,
estas instrucciones son inútiles, ya que: “las cosas del espíritu se disciernen
espiritualmente”.
Un poco de práctica nos convencerá
de que podremos, al controlar nuestra imaginación, restructurar nuestro futuro
en armonía con nuestro deseo. El deseo es el impulso primario de la acción. No
podemos mover ni un solo dedo sin el deseo de moverlo. No importa lo que
hagamos, seguimos el deseo que en el momento domina nuestra mente. Cuando
rompemos un hábito, nuestro deseo de romperlo es más grande que nuestro deseo
de continuar con ese hábito.
Los deseos que nos impulsan a la
acción son aquellos que sostienen nuestra atención. Un deseo no es más que
estar conscientes de algo que nos falta o necesitamos para hacer nuestra vida
más disfrutable.
Los deseos siempre tienen alguna
ganancia personal en vista, cuanto más grande sea la ganancia anticipada, más
intenso será el deseo. No hay ningún deseo absolutamente desinteresado. Donde
no hay nada que ganar no hay deseo y, consecuentemente, no hay acción.
El hombre espiritual le habla al
hombre natural a través del lenguaje del deseo.
La clave para el progreso de la
vida y para el cumplimiento de los sueños, yace en la dispuesta obediencia a su
voz. La determinada obediencia a su voz es una inmediata asunción del deseo
cumplido. Desear un estado, es tenerlo.
Como dijo Pascal, "Tú
no me hubieras buscado, si no me habrías ya encontrado". El hombre, al
asumir el sentimiento de su deseo cumplido, y luego viviendo y actuando en esta
convicción, altera el futuro en armonía con su asunción. Las asunciones
despiertan lo que afirman.
Tan pronto como el hombre asume el
sentimiento de su deseo cumplido, su ser cuatri-dimensional encuentra maneras
para obtener su final, descubre métodos para su realización.
No conozco definición más clara
para los medios por los cuales realizar nuestros deseos, que el de experimentar
en la imaginación lo que experimentaríamos en la carne si fuéramos a cumplir
nuestro objetivo. Esta experiencia del final, dará los medios. Con su
perspectiva más grande, nuestro ser cuatri-dimensional construye entonces, los
medios necesarios para realizar el final aceptado.
Para la mente no disciplinada, le
parece muy difícil asumir un estado el cual es negado por los sentidos.
Aquí hay una técnica que hace que
sea más fácil vivir los eventos antes de que ocurran, para “llamar a
las cosas que no existen, como si existieran.” Romanos 4:17. La
gente tiene la costumbre de menospreciar la importancia de las cosas simples;
pero esta fórmula simple para cambiar el futuro fue descubierta luego de años
de búsqueda y experimentación.
El primer paso para
cambiar el futuro, es el deseo - eso es: define tu objetivo - Sabe
definitivamente lo que quieres.
Segundo: construye un
evento que tú crees que vivirías siguiendo el cumplimiento de tu deseo - un
evento que implique el cumplimiento de tu deseo - algo que la acción del Ser
sea predominante.
Tercero: inmoviliza tu
cuerpo físico e induce una condición semejante al sueño - acuéstate en una cama
o relájate en una silla e imagina que tienes sueño; luego, con tus ojos
cerrados y tu atención enfocada en la acción que pretendes experimentar - en la
imaginación-, siente mentalmente que estás justo en medio de la acción
propuesta-, imaginando durante todo el tiempo que estás realmente actuando la
acción, aquí y ahora. Tú debes siempre participar en la acción imaginaria, no
meramente estar detrás parado y observar, sino que debes sentir que tú estás
realmente actuando la acción, para que la sensación imaginaria sea real para
ti.
Siempre es importante recordar que
la acción propuesta debe ser una que siga el cumplimiento de tu deseo; y
también, tú debes sentirte a ti mismo justo en medio de la acción hasta que
tenga toda la viveza y distinción de realidad.
Por ejemplo: Suponte que tú deseas
una promoción en la oficina. Ser felicitado sería un evento que tú vivirías
siguiendo el cumplimiento de tu deseo. Habiendo elegido esta acción como la que
experimentarás en la imaginación, inmoviliza el cuerpo físico, e induce un
estado próximo al sueño - un estado somnoliento- pero uno en el que todavía
puedas controlar la dirección de tus pensamientos - un estado en el que estás
atento pero sin esfuerzo. Ahora, imagina que un amigo está parado frente a ti.
Pon tu mano imaginaria en la de él. Primero siéntela sólida y real, luego ten
una conversación imaginaria con él en armonía con la acción. No te visualices a
ti mismo a distancia en un punto en el espacio, ni a distancia en un punto en
el tiempo siendo felicitado por tu buena fortuna. En vez de eso, haz que aquel
otro lugar sea aquí; y el futuro, ahora. El evento futuro es una realidad ahora
en un mundo dimensionalmente más grande; y, aunque parezca mentira, ahora en un
mundo dimensionalmente más grande, es equivalente a aquí en el espacio
ordinario tridimensional de la vida diaria.
La diferencia entre sentirte a ti
mismo en la acción, aquí y ahora, y visualizarte a ti en acción, como si
estuvieras en una pantalla cinematográfica, es la diferencia entre el éxito y
el fracaso. La diferencia será apreciada si tú ahora te visualizas a ti mismo
subiendo una escalera. Luego, con los ojos cerrados, imagina que la escalera
está justo enfrente tuyo, y tu sientes que estás realmente subiéndola.
El deseo, la inmovilidad física
bordeando el sueño, y la acción imaginaria en el que el propio ser
sentimentalmente predomina, aquí y ahora, no son solo factores importantes para
alterar el futuro, sino que son condiciones esenciales para conscientemente
proyectar nuestro ser espiritual. Si cuando el cuerpo físico al estar
inmovilizado, se posesiona de la idea de hacer algo - e imaginar que lo estamos
haciendo aquí y ahora, y mantener esa acción imaginaria con gran emoción justo
hasta que nos quedemos dormidos-, tendremos más posibilidades de despertar
fuera del cuerpo físico para encontrarnos en un mundo dimensionalmente más
grande con un foco dimensionalmente más grande y haciendo realmente lo que
deseamos e imaginamos que estábamos haciendo en la carne.
Pero ya sea que despertemos allí o
no, aun así estamos actuando la acción en el mundo cuatri-dimensional, y aun lo
volveremos a vivir en el futuro, aquí en el mundo tridimensional.
La experiencia me ha enseñado a
restringir la acción imaginaria, a condensar la idea que será el objeto de
nuestra meditación, en un solo acto, y recrearlo una y otra vez, hasta que
tenga la sensación de realidad. Porque si no, la atención, divagará a una línea
de temas que estén asociados, y líneas de imágenes asociadas se nos harán
presentes en nuestra atención. En unos pocos segundos, nos llevarán a miles de
kilómetros, lejos de nuestro objetivo en un punto en el espacio, y años luz en
un punto en el tiempo.
Si decidimos subir una escalera en
particular, porque ese sería el evento más probable que seguiría a continuación
de la realización de nuestro deseo, entonces debemos restringir la acción a
subir esa escalera en particular. Si nuestra atención divagará, debemos traerla
de nuevo a su tarea de subir la escalera y continuar haciéndolo hasta que la
acción imaginaria tenga toda la solidez y distinción de la realidad. La idea
debe ser mantenida en el campo de la presentación sin ningún tipo de esfuerzo
sensorial de nuestra parte. Debemos, con el mínimo de esfuerzo, permeabilizar
la mente con el sentimiento del deseo cumplido.
El adormecimiento facilita los
cambios, porque favorece a la atención sin esfuerzo, pero no debe ser empujado
al punto tal de dormirse, en el cual ya no podremos controlar los movimientos
de nuestra atención, sino que debe llegar a un adormecimiento de grado moderado
en el cual todavía somos capaces de dirigir nuestros pensamientos.
Una manera muy efectiva de
personificar un deseo, es asumir el sentimiento del deseo cumplido y luego, en
un estado relajado y adormecido, repetirlo una y otra vez, como una canción de
cuna, cualquier frase corta que implique el cumplimiento de nuestro deseo, como
por ejemplo: “Gracias”, como si nos dirigiéramos a un poder más alto, por
haberlo hecho por nosotros.
Sin embargo, si buscamos una
proyección consciente a un mundo dimensionalmente más grande, entonces debemos
mantener la acción en marcha hasta que nos quedemos dormidos.
Experimenta en la imaginación, con
toda la distinción de la realidad, lo que sería experimentado en la carne si tú
lograras tu objetivo; y con el tiempo, lo experimentarás en la carne como lo
has experimentado en la imaginación.
Alimenta a la mente con premisas -
es decir, aserciones que se presumen ser ciertas, porque las asunciones, aunque
sean irreales para los sentidos, si se persiste en ellas hasta que tengan la
sensación de realidad, se materializarán en hechos. Para una asunción, todos
los medios que promocionen su realización son buenos. Influencian en el
comportamiento de todas al inspirar en ellas, los movimientos, acciones y
palabras que tienden hacia sus cumplimientos.
Para entender cómo el hombre moldea
su futuro en armonía con su asunción, debemos saber a qué nos referimos con “un
mundo dimensionalmente más grande”, porque es a un mundo dimensionalmente más
grande al que vamos para alterar nuestro futuro. La observación de un evento
antes de que suceda implica que el evento es predeterminado desde el punto de
vista del hombre en el mundo tridimensional. Por lo tanto, para cambiar las
condiciones aquí en las tres dimensiones del espacio, debemos primero
cambiarlas en las cuatro dimensiones del espacio.
El hombre no sabe exactamente a qué
se refiere con “mundo dimensionalmente más grande”, y no dudaría en negar la
existencia de su propio ser dimensionalmente más grande.
El hombre está familiarizado con
las tres dimensiones de longitud, anchura y altura, y él siente que si hubiera
una cuarta dimensión, debería ser tan obvia para él como las dimensiones de
longitud, anchura y altura.
Una dimensión no es una línea; es
cualquier manera en que una cosa pueda ser medida que es completamente
diferente de todas las otras maneras. Es decir, al medir a un sólido
cuatri-dimensionalmente, simplemente lo medimos en cualquier dirección excepto
de su longitud, anchura y altura.
¿Existe otra manera en que se pueda
medir a un objeto que no sea en su longitud, anchura y altura?
El tiempo mide mi vida sin emplear
estas tres dimensiones de longitud, anchura y altura.
No existe tal cosa como un objeto
instantáneo. Su aparición y desaparición son medibles.
Perdura por un período de tiempo
definitivo. Podemos medir su periodo de vida sin usar las dimensiones de
longitud, anchura y altura.
El tiempo es definitivamente una
cuarta manera de medir un objeto.
Cuanto más dimensiones tenga un
objeto, más sustancial y real se convierte. Una línea recta, que yace
completamente en una dimensión, adquiere forma, masa y sustancia por la suma de
dimensiones. ¿Qué cualidad nueva daría el tiempo, la cuarta dimensión, que
sería mucho más superior a los sólidos, como los sólidos son a las superficies
y las superficies a las líneas?
El tiempo es un medio para los
cambios en la experiencia porque todos los cambios necesitan tiempo. La nueva
cualidad es la variabilidad.
Observa que si bisecamos un sólido,
su corte transversal sería una superficie; y si bisecamos una superficie
obtendremos una línea; y si bisecamos una línea obtendremos un punto. Esto
significa que un punto no es más que un corte transversal de una línea, la cual
es un corte transversal de una superficie, la cual es un corte transversal de
un sólido, el cual, si seguimos con su conclusión lógica, es nada más que un
corte transversal de un objeto cuatri-dimensional.
No podemos ignorar la conclusión de
que todos los objetos tridimensionales son nada más que un corte transversal de
cuerpos cuatri-dimensionales. Lo que significa que: cuando te conozco, estoy
conociendo un corte transversal de tu ser cuatri-dimensional - el ser
cuatri-dimensional que no se ve. Para ver el ser cuatri-dimensional, debo ver
todos los cortes transversales, o momentos de tu vida desde el nacimiento, a la
muerte, y verlos a todos coexistiendo.
Mi enfoque debería tomar todo el
despliegue de las impresiones sensoriales que tú hayas experimentado en la
tierra, más aquellas que tú podrías encontrar. Debería verlas, no en el orden
en que tú las has experimentado, sino como un presente completo.
Dado a que el cambio es la
característica de la cuarta dimensión, yo debería verlas en un estado de flujo
como a un todo viviente y animado.
Si tenemos todo esto claramente
fijado en nuestras mentes, ¿Qué significa para nosotros en este mundo
tridimensional?
Significa que, si podemos movernos
en la longitud del tiempo, podemos ver el futuro y alterarlo como deseáramos.
Este mundo, el cual lo creemos tan
sólidamente real, es una sombra de la cual, y más allá de la cual, en algún
momento nos iremos.
Es una abstracción de un mundo más
fundamental y dimensionalmente más grande - un mundo más fundamental abstraído
de un mundo aún más fundamental y dimensionalmente aún más grande, y así
sucesivamente. El absoluto es inalcanzable bajo cualquier medio o análisis, no
importa cuántas dimensiones le agreguemos a este mundo.
El hombre puede probar la
existencia de un mundo dimensionalmente más grande simplemente al enfocar su
atención en un estado invisible e imaginar que lo ve y lo siente. Si él
permanece concentrado en ese estado, su ambiente presente desaparecerá, y él despertará
en un mundo dimensionalmente más grande donde el objeto que contemplaba será
visto como una realidad concreta y objetiva.
Intuitivamente siento que, si él
abstrajera sus pensamientos de este mundo dimensionalmente más grande, y se
retirara aún más adentro de su mente, él traería una exteriorización del
tiempo. Él descubriría que cada vez que se retira hacia su mente interior y
trae una exteriorización del tiempo, el espacio se convierte dimensionalmente
más grande. Y por lo tanto, concluiría que ambos tiempo y espacio son seriales,
y que el drama de la vida es nada más que el escalar un bloque de tiempo
multitudinario dimensional.
Los científicos algún día
explicaran porque hay un Universo Serial.
Pero en la práctica, lo más
importante es cómo usar este Universo Serial para cambiar el futuro. Para
cambiar el futuro, sólo necesitamos concentrarnos con dos mundos en la serie
infinita, el mundo que conocemos con la razón de nuestros órganos corpóreos, y
el mundo que percibimos independientemente de nuestros órganos corpóreos.
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