lunes

YESHUA DOS TIPOS DE OSCURIDAD






Queridos amigos, YO SOY Yeshua, un viejo amigo a quien le encanta compartir esta tarde con vosotros, simplemente estando juntos en la energía del Amor y la Unidad. Esto es algo que deseáis muchísimo, porque muy frecuentemente os sentís a la deriva y perdidos en la vida en la Tierra. Yo estoy aquí para recordaros la Verdad que vive dentro de vosotros, en vuestra Alma. No es observable a simple vista; y frecuentemente perdéis contacto con esa Verdad cuando estáis ocupados e involucrados en vuestras muchas actividades, deberes y responsabilidades. Por favor, dedicad un momento a tranquilizaros y dejar que todas esas presiones externas se vayan.

Siente el silencio en tu profundo interior. El silencio en tu corazón no es un vacío, sino una Presencia total que solamente puede sentirse si das un paso atrás del ajetreo y el bullicio de la vida cotidiana. Hoy estamos aquí para dar ese paso atrás, para que recordéis quiénes sois; y para revitalizaros con la plenitud del silencio en vuestro corazón. Esto os hace posible comenzar a vivir de nuevo, pero ahora con más facilidad y alegría.

A veces la vida parece ser una batalla, pero así no es como está destinada a ser.

Esencialmente vosotros estáis aquí para experimentaros, para recordar vuestra fortaleza y belleza como radiantes Ángeles de Luz; y para compartir con otros esa Luz. Al hacer eso, os sentiréis en el Hogar en la Tierra. La vida volverá a ser más simple, fácil y gozosa. Así que ve a tu interior junto conmigo; y recuerda la Fuente de donde provienes: la eterna Luz imperecedera que siempre se está moviendo y cambiando, tomando nuevas formas; y sin embargo siempre es indivisa y Una. Tú eres parte de esa corriente; y de hecho, nada te puede suceder.

Estás seguro y completo incluso ahora, habitando tu cuerpo terrenal. Estás seguro incluso en este Mundo, el cual parece dominado por la lucha y el conflicto.

Hoy hablamos sobre Luz y oscuridad; y sobre llevar Luz a la oscuridad. ¿Y qué es la oscuridad? Es algo que evoca en ti resistencia como Ser Humano. Nadie quiere experimentar la oscuridad, nadie quiere sufrir dolor, tristeza ni temor. Sin embargo es parte de nuestra vida. ¿Entonces por qué está allí esa oscuridad? La gente se ha hecho esta pregunta durante siglos. Ahora, para comenzar, mucho depende de cómo hagas la pregunta. ¿Haces la pregunta con una actitud de apertura: "¿Por qué está allí la oscuridad? ¿Por qué me está sucediendo? ¿Qué debo hacer con ella?" o haces la pregunta desde el temor, la ira y la resistencia: "¿Por qué en la Tierra está esa oscuridad presente en mi vida; y cómo puedo derrotarla o evitarla?"? Siente la desesperación y la resistencia expresadas por la última pregunta; y reconoce esas emociones dentro de ti; porque es una reacción muy Humana oponerse a lo que se siente oscuro, malsano o difícil.

El desafío más profundo para ti como Ser Humano es decir "sí" a situaciones que inicialmente rehúsas aceptar; decir "sí" a lo que quieres evitar a toda costa. Se requiere gran fortaleza interna para decir "sí" a lo que llega a tu vida en forma de oscuridad. Si no puedes encontrar esa fortaleza, lo cual es comprensible; y dices "no", te endureces en la oposición a lo que sucede; y la oscuridad se hace más profunda y la desesperación crece.

Realmente hay dos clases de oscuridad en la vida. La primera oscuridad es algo externo que te sucede en tu camino por la vida. Puede ser un divorcio de alguien a quien amas, la pérdida de un ser querido, una enfermedad o un accidente, cualquier cosa que te angustie profundamente: una crisis, una gran adversidad. La llamaremos “oscuridad uno”. Y luego viene tu reacción ante ella, tu respuesta emocional. Inicialmente cualquier Ser Humano está inclinado a oponerse al destino, a acometer la oscuridad. Pero si insistes en tu resistencia y te cierras y sigues diciendo "no", emitiendo juicios sobre lo que está sucediendo en tu vida, entonces hay una capa adicional de oscuridad, una segunda clase de oscuridad. La llamaremos “oscuridad dos”. Ésta rodea a la “oscuridad uno”. La “oscuridad uno” te lleva a un nivel de emociones profundas e intensas. Sucede algo en tu vida que te produce una cantidad de pena, temor y dolor; y cuando experimentas esas emociones, estás mucho más vivo. La vida fluye a través de ti como una ola atronadora. ¿Puedes permitir que esto suceda? Te golpean profundas cargas emocionales, te impactan; entonces eso se convierte en un asunto de si tienes la fortaleza para confiar en que en esa experiencia hay algo que te llevará a alguna parte. Si confías en que la vida tiene significado, aún cuando nosotros como Seres Humanos, frecuentemente no entendemos el significado. Para ponerlo en términos aún más fuertes: aceptar que tu Alma puede haber elegido tener esta experiencia, quizá para sacar a la superficie algo oculto, para sanar algo que no sabías que necesitaba sanarse. Entonces hay un momento de elección mientras estás confrontando fuertes emociones: aceptar y rendirte, o resistir y cerrarte. Es muy humano querer decir "no". No diré que es equivocado, pero al hacerlo estás poniendo otra capa de oscuridad sobre la oscuridad que ya está presente. A esta capa la llamaré "oscuridad dos", una segunda clase de oscuridad. Esta oscuridad proviene del interior; y es tu reacción a la "oscuridad uno". Si persistes en decir "no", el flujo de tus emociones se detendrá y quedarás atascado. "No, yo no quiero experimentar esto, me rehuso; no puedo aceptarlo". Si persistes, te llenarás de resentimiento, ira y acritud. Realmente estos sentimientos no son emociones, son juicios que liberan el flujo natural de las emociones que están en tu interior.

La "oscuridad dos" evita que la vida fluya a través de ti; has erigido muros y defensas. Finalmente, esto puede atraer hacia ti grandes formas de oscuridad, tales como profunda desesperación, alienación y depresión. Cuando estás deprimido, el flujo de la vida casi se ha detenido. Te sientes muerto por dentro. La vida siempre está sujeta al cambio. Inherentemente la vida tiene la posibilidad de crecimiento y sanación, de un nuevo nacimiento; si confías en ello en un nivel básico. Pero si persistes en decir "no", cierras esa posibilidad. Sigues insistiendo en que la vida no es como debería ser; y mientras juzgues la vida de esta manera, te desconectas de ella. De esta manera llegas a la más profunda oscuridad que un Ser Humano puede experimentar. No es la "oscuridad uno" (situaciones externas) la que lleva a las personas al más profundo nivel de oscuridad, es la persistente negación a aceptar las emociones que surgen de la "oscuridad uno". Ésta es la "oscuridad dos", un endurecimiento interno, un cierre de tu naturaleza sensible.

¿Cómo introduce uno Luz en esta clase de oscuridad? Si alguien llega a la primera clase de oscuridad; y se pone muy triste, ansioso y angustiado, aún puedes llegar a él. Aún está vivo, aún está en contacto con las emociones que corren por su cuerpo y su psique; y busca activamente el significado de lo que le está sucediendo. Desde un punto de vista psicológico, esta persona aún es íntegra y saludable; aún cuando encare situaciones muy graves. Una persona inmersa en la "oscuridad uno" necesita consuelo y compasión; y puede recibir y apreciar un gesto amable de otra; aún está muy viva. Pero alguien que persiste en su rechazo a aceptar, que sigue diciendo" no", esa persona se cierra a recibir Amor. No solamente se cierra a su Luz interna, sino también a la Luz del exterior que quiere llegar a ella a través de otras personas. Eso es soledad, eso es estar perdido; ése es el infierno en la Tierra. Yo digo que cada uno de vosotros conoce este infierno interior. Puede ser que no seas muy consciente de ello, pero para la mayoría de las personas, ya durante su niñez comenzó un proceso de cerrarse.

Tú sabes que un niño es espontáneo y desinhibido en el mundo; y que sus emociones fluyen fácilmente. Frecuentemente estas emociones pasan rápidamente a través de su Ser, porque no hay barreras ni puertas cerradas. En general, la vida fluye libremente a través de un niño. Por supuesto que hay excepciones, porque algunos niños llevan cargas de la temprana niñez o de vidas pasadas, pero comprendéis el punto que estoy señalando. Ser niño es existir en un estado de relativa apertura. Un niño es vivo y espontáneo porque no puede ser de otra manera; aún no ha aprendido a controlarse como lo hacen los adultos. Pero a medida que creces comienzas a experimentar emociones que no sabes cómo manejar. Las personas son entrenadas por la sociedad a rehuir las emociones difíciles, así que frecuentemente los adultos que te rodean no te ayudan a entender esas emociones ni hablan de ellas.

Cuando niños, la mayoría de vosotros llegáis a estar confundidos. Comienzas a creer que eres extraño y diferente. Es posible que cuando niño aún estuvieras lleno de inspiración, entusiasmo, Amor y sueños; y que esos sueños hayan chocado contra la dureza de la realidad. Sin entender lo que está sucediendo, comienzas a poner barreras creadas por los temores y perjuicios que existen en tu ambiente familiar, o posteriormente en la escuela y en las personas que conoces. Las puertas se cierran; y frecuentemente esto sucede subconscientemente, pero algunos lo podéis recordar como un viejo dolor. Busca para ver si puedes encontrar al niño dentro de ti, el símbolo de tu espontaneidad. Un niño extrovertido, desinhibido, vivo; alguien que dice "sí" a lo que se presenta como experiencia. ¿Puedes ver a ese alguien que dice "sí" a la alegría, al placer y al gozo, así como al dolor, al temor y a la ira? Imagina que este niño interior quiere llegar hasta ti. Él aún está allí; el espacio y el tiempo son ilusiones. En la realidad interna, nada se pierde nunca. Tu corriente vital original es preservada; y aún quiere unirse a ti. Por un momento imagina que un niño sonriente está llegando a ti con una actitud de apertura. En tu imaginación, óyelo decir: "¿Recuerdas quién soy Yo?" mira a ese niño; y pregúntale qué puedes hacer por él. Hay un deseo del corazón que el niño quiere ver cumplido, algo de lo que te puedes haber apartado durante un largo tiempo. Permite que el niño hable durante un momento. El niño representa el "sí" en ti, la parte de ti que quiere vivir; así que permítele hablar. Un niño aún posee confianza. Como adultos, habéis absorbido ideas llenas de temor y desconfianza; y eso alimenta decir "no" a la vida; y contribuye a la "oscuridad dos" en ti, a la segunda clase de oscuridad.

Ahora considera si puedes dar forma en tu imaginación a la "oscuridad dos"; esa parte de ti opuesta a la vida, que ya no quiere experimentar dolor; y que realmente quiere escapar de esta vida. ¿Puedes sentir en ti mismo ese elemento de endurecimiento y contracción? ¿Puedes sentirlo físicamente, o quizá ver un color asociado con él? Hay una parte de ti que está muy cansada; y que ya no quiere vivir porque ha visto y experimentado demasiado dolor y lucha. Siente el peso de esa parte. ¿Puedes decir "sí" a esa parte? No trates de cambiarla inmediatamente; trata de entender cómo se produjo. Nadie se cierra deliberadamente por causa de una renuencia a vivir. Es un acto de desesperación; es el desconocimiento de que hay otra manera de vivir el que te deja con ese reflejo de cerrarte, de retraerte, de decir "no". No solamente te pido que digas "sí" a la "oscuridad uno" en tu vida: los eventos difíciles, la enfermedad, el dolor, el sufrimiento, o cualquier otra cosa. También te pido decir "sí" a la "oscuridad dos", a eso en tu interior que se ha cerrado a la vida como resultado de eventos dolorosos; a eso que ya no quiere experimentar la vida y la rehúye. Y para llegar a esa parte de ti mismo, tienes que ser muy gentil; porque allí no funcionan ni la insistencia ni la coerción. Ésa es la Esencia de la Luz; la Luz que puede fluir hacia la oscuridad. Esta Luz puede llegar a todos los rincones porque no enjuicia. No dice: "¡Oh! Esto es malo, debemos derribar esta defensa o ese bloqueo, porque la vida debe volver a fluir". Nunca dice eso. La Luz simplemente dice: "Entiendo". La Luz dice: "Ha sido sumamente difícil para ti, puedo verlo. Puedo ver que te has endurecido, que te has cerrado; y que esa contracción eventualmente ha hecho que te sientas cansado y vacío". La Luz es gentil y fluida. Puede penetrar en en el dolor y el sufrimiento más profundos; y en el Alma Humana más endurecida. Yo te pido que te vuelvas a abrir a esa Luz. Si no puedes encontrar esa disposición dentro de ti mismo, si no sientes la apertura para dejar ir el "no", entonces permite también que eso sea, porque la Luz siempre está allí. Está contigo incluso en esos momentos de desesperación tan profunda, que sientes que no hay más Luz dentro de ti. Está allí durante esos momentos y en esas situaciones, en los cuales has perdido totalmente contacto con ella y nunca esperas volverla a ver.

El hecho es que la Luz no es tuya, pertenece a Todo Lo Que Es. El Universo entero y toda la Creación, es Luz. Todo está imbuido de Luz. Sabe que está allí y ten confianza en la vida. Tan pronto como te permites incluso una pequeña apertura a que la confianza y la entrega entren en tu vida, estás abriendo un poquito la puerta. Tú sabes que incluso durante la noche más oscura, tu Alma siempre está cerca de ti y llegando hasta ti con Luz y consuelo. Aunque esa puerta esté abierta solamente un poquito, la Luz encontrará esa apertura. No tienes que hacer nada más que permitir que suceda. La Luz está contigo, la vida está contigo. En últimas, tu "no" a la vida no puede mantenerse. Yo te pido que te rindas a la Luz; aquí Luz significa decir "sí", no solamente a las dificultades de tu vida, sino también a tu problema para decir "sí", la resistencia que opones a las profundas emociones que te hacen sentir desnudo y vulnerable.

Vuelve a ser como un niño. ¡Vive! Di "sí" a todo. Envuélvete en compasión y comprensión. ¡Al hacer esto, traes flujo a tu vida; y tú lo puedes hacer! Yo veo tu fortaleza. En cada uno de vosotros hay una llama de consciencia, una brillante llama de Luz. Yo estoy aquí para recordároslo.

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Canalizado por Pamela Kribbe 

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